Multitudes, tragedias y estrellas: el peligro de la devoción política en India
El caso de Vijay en Tamil Nadu revela una peligrosa mezcla de culto a la celebridad, desorganización y dolor puro
Un actor con estatus divino
India es un país de pasiones intensas. Desde la religión hasta el arte y el deporte, el fervor de las multitudes es una constante. Lamentablemente, cuando esta pasión no es debidamente canalizada, puede transformarse en tragedia. Esto es precisamente lo que ocurrió en Karur, Tamil Nadu, cuando una multitud enfervorizada que asistía a un mitin político del actor convertido en político Joseph Vijay Chandrasekhar, conocido ampliamente como Vijay, degeneró en una estampida que dejó 40 muertos y más de 120 heridos.
Este evento no solo expone las deficiencias en la gestión de grandes concentraciones de personas, sino que también nos obliga a reflexionar sobre la peligrosa convergencia entre el culto a la celebridad y la política en India.
La tragedia en cifras
- Víctimas fatales: 40 (incluidos 9 niños)
- Heridos hospitalizados: 124 personas
- Hora estimada de llegada de Vijay: más de 6 horas de retraso
- Multitud estimada: decenas de miles
- Temperatura en el momento del evento: >35°C
El Ministro de Salud estatal, Ma Subramanian, confirmó los datos y lamentó la falta de disciplina en el evento. Además, reveló que el gobierno había encargado una investigación liderada por un exjuez para esclarecer los acontecimientos.
¿Quién es Vijay?
Vijay es más que un actor. Es una figura casi mitológica en Tamil Nadu, donde el cine y la política están íntimamente entrelazados. Su carrera cinematográfica abarcó más de dos décadas, en las cuales acumuló una legión de seguidores que lo idolatran literalmente. En 2024, se retiró del cine para fundar su propio partido político: Tamilaga Vettri Kazhagam.
“Mi corazón está destrozado. Estoy sufriendo un dolor indescriptible,” dijo Vijay pocas horas después de la tragedia en una publicación en X (antes Twitter).
El culto al héroe en Tamil Nadu
La región de Tamil Nadu no es ajena a la idolatría hacia actores convertidos en políticos. Figuras como M.G. Ramachandran (MGR) y J. Jayalalithaa, ambos exestrellas del cine tamil que se convirtieron en Jefes de Gobierno del estado, han marcado profundamente la historia política local.
Según el profesor R. Natarajan, sociólogo de la Universidad de Chennai: “En Tamil Nadu, un actor popular ya es medio político incluso antes de declararse como tal. Su palabra vale oro y su presencia colapsa estructuras sociales.”
La gestión del caos: errores críticos
El día del mitin era caluroso, y la logística estuvo lejos de ser ideal. El evento, programado para el mediodía, terminó retrasado más de seis horas. Mientras tanto, el público se agolpaba alrededor del escenario, delimitado solo por barreras improvisadas y cuerdas. Muchos seguidores esperaban desde la mañana sin acceso a agua ni sombra.
Testigos como el empresario textil local S. Sabesan relatan que hubo varios desmayos antes de que Vijay llegara. “El caos ya estaba instalado aun antes de su discurso”, comentó.
Durante su intervención, Vijay intentó calmar las cosas lanzando botellas de agua al público desde su vehículo. Una vez concluido el acto, la escena empeoró: su salida fue seguida por miles de personas, lo que provocó la mortífera estampida.
Una historia que se repite
Desgraciadamente, no es la primera vez que una manifestación multitudinaria termina en desastre en la India. Algunos ejemplos recientes:
- Enero 2025: 30 muertos en el festival Maha Kumbh debido a una estampida mientras los fieles intentaban ingresar al río Ganges
- Mayo 2016: 24 personas murieron durante una ceremonia religiosa en Bihar
- Octubre 2013: 115 peregrinos murieron cuando supuestamente un puente colapsó durante una festividad hindú
¿Por qué siguen ocurriendo estas tragedias? La respuesta más clara es la insuficiencia en la planificación, y una cultura de adoración ciega que a veces eclipsa la razón.
El papel de las redes sociales
En la era digital, eventos como estos no solo se amplifican, sino que sus efectos se multiplican. Muchos de los asistentes habían acudido tras seguir campañas mediáticas en plataformas como Instagram o YouTube, donde Vijay mostró sus visitas caritativas y discursos motivacionales.
Sin embargo, la influencia digital no siempre se traduce en una buena logística física. El hype supera a la planificación.
La reacción política
El Primer Ministro Narendra Modi calificó el suceso como “profundamente lamentable”. La Jefatura del Estado anunció una compensación de más de $11,000 para las familias de los fallecidos. Si bien noble, esta compensación que busca restar tensión pública no aborda la raíz del problema: la falta de seguridad en actos masivos organizados por figuras que trascienden su rol político.
¿Puede cambiar algo?
Para que desastres como este no se repitan, deben implementarse las siguientes acciones inmediatas:
- Protocolos estrictos de seguridad para todo mitin político con más de 10,000 asistentes
- Colaboración con expertos en manejo de multitudes y psicología del comportamiento de masas
- Educación ciudadana en temas de seguridad y actuación en emergencias
- Transparencia en las investigaciones posteriores a las tragedias
¿Político, actor o semidiós?
El fenómeno de Vijay es tanto cultural como político. Representa la esperanza de muchos jóvenes que ven en él una figura de cambio. Sin embargo, su impacto social debe ser acompañado de responsabilidad.
Cuando un líder carismático llama a miles bajo temperaturas infernales, cuando lanza botellas de agua a multitudes desesperadas, y cuando abandona el escenario sin prever las consecuencias, ¿es él el culpable o el sistema que lo idolatra sin pedirle rendición de cuentas?
Quizá esta tragedia obligue a políticos y ciudadanos a madurar colectivamente. Que el fervor no supere al juicio. Que la admiración no suplique devoción incondicional. Y que cada vida perdida —niños incluidos— no sea recordada solo como estadística, sino como el coste intolerable del espectáculo mal gestionado.