Dallas Mavericks: ¿Un nuevo gigante en construcción o una ilusión frágil?

El adiós de Doncic y el renacer inesperado

Cuando los Dallas Mavericks decidieron traspasar a Luka Doncic, uno de los talentos más descollantes de la NBA, muchos pensaron que la franquicia había presionado el botón rojo de reconstrucción. Pero el giro del destino —o la fortuna del sorteo del draft— les ofreció una segunda oportunidad: el pick número 1, con el que seleccionaron al prodigioso Cooper Flagg.

Flagg, con apenas 18 años, no solo llega con expectativas astronómicas, sino que además se encuentra en una posición atípica para un novato: compartir vestuario con campeones de la NBA y veteranos con pedigree como Kyrie Irving, Anthony Davis y Klay Thompson.

Un trío estelar... lleno de incertidumbre médica

Aunque el núcleo del equipo tiene nombres rutilantes, las dudas sobre su salud amenazan con empañar el optimismo. Kyrie Irving, aún en recuperación por una rotura del ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda, afirmó entre bromas estar “en tiempo”, aunque el entrenador Jason Kidd dejó claro que “no está adelantado al cronograma”.

Por su parte, Anthony Davis arranca esta nueva etapa en Dallas con un problema ocular serio: una retina desprendida que lo obligará a usar protección ocular de por vida. Al respecto, dijo con resignación:

“No estoy demasiado emocionado, pero tengo que proteger mis ojos. Me verán con gafas de protección todo el año”.

Y con ambos fuera de ritmo físico, la expectativa de verlos junto a la nueva estrella Flagg es, de momento, más aspiracional que tangible. Según Kidd, Irving es el único que no ha sido autorizado para participar en el campamento de pretemporada que se llevará a cabo en Vancouver.

Cooper Flagg: ¿el Novato del Año a la vista?

Cooper Flagg no es un novato cualquiera. Ya catalogado como el mejor prospecto de su generación, su llegada a Dallas podría compararse con la de LeBron James en 2003 o Victor Wembanyama en 2023. ¿La diferencia clave? Flagg no viene solo: está rodeado de talento experimentado.

“Me siento bendecido”, dijo Flagg. “No muchos novatos tienen el lujo de aprender de campeones desde el día uno”.

Según expertos de ESPN, Flagg tiene un 4.5 a 1 en las apuestas para ganar el Rookie of the Year, tan solo detrás de talentos como Bronny James y Ron Holland. Si mantiene su rendimiento en la Summer League, donde promedió 19.6 puntos, 7.8 rebotes y 4.2 asistencias, podría romper moldes desde el inicio.

Klay Thompson y D'Angelo Russell: experiencia armada al servicio del futuro

Klay Thompson, que obtuvo sus cuatro campeonatos con los Golden State Warriors, dejó en claro su optimismo:

“Una vez que Kyrie vuelva, no veo por qué no podemos ganarlo todo”.

El base D’Angelo Russell, ex compañero de Davis en los Lakers, también se une como una pieza más de soporte tanto en la ofensiva como en la mentoría del joven Flagg. Dallas ha reunido un equipo con un mix raro: veteranos que ganaron todo y jóvenes con hambre de gloria.

¿Y la defensa?

Con el tándem de pívots formado por Dereck Lively II y Daniel Gafford, los Mavericks buscarán mayor presencia defensiva. Gafford, que accidentalmente lesionó el ojo de Davis con un codazo en un entrenamiento, fue uno de los pilares defensivos de Washington antes de su llegada.

La versatilidad también es una apuesta con Max Christie, P.J. Washington y Caleb Martin, alas que dan estabilidad y permiten múltiples configuraciones tanto defensivas como ofensivas.

Jason Kidd: la mente detrás del plan

Como ex base armador de Salón de la Fama, Jason Kidd tiene claro cómo quiere utilizar a Flagg:

“No lo llamamos base, pero va a tener el balón mucho. Queremos jugadores versátiles, y él es uno de ellos”.

La idea de un juego de posición fluida no es nueva, pero Flagg podría ser el engranaje perfecto de una ofensiva más moderna y dinámica. En palabras de Flagg:

“Tenemos muchos jugadores que pueden hacer cosas distintas. La clave será encontrar las combinaciones que mejor funcionen”.

Una historia de golpes... y redenciones

El curso 2024-25 será el primero completo tras el alejamiento de Doncic, quien fue traspasado a Denver. El año pasado, sin Kyrie ni Davis sanos, Dallas terminó décimo en el Oeste. Lograron colarse en el play-in tras una victoria en Sacramento, pero cayeron frente a Memphis.

Ese descenso no solo condicionó su temporada, sino que también les permitió fichar al número uno del draft que lo cambiaría todo. Según Basketball Reference, Dallas tenía apenas un 1.8% de probabilidades de conseguir ese pick. Hoy, ese giro del azar puede ser el renacer de una franquicia con ambiciones enormes.

Una plantilla lista para competir... ¿si las lesiones lo permiten?

El resto del roster permanece en su mayoría intacto respecto a la campaña anterior. El entrenador Kidd tendrá la tarea de dar minutos significativos a jugadores jóvenes como Brandon Williams y Dante Exum, sin desbalancear la estructura del equipo con tanto nombre grande.

• Kyrie Irving: Volviendo de una lesión de ligamento, aún sin fecha clara de retorno.
• Anthony Davis: Recuperado de lesión ocular, pero forzado a usar gafas protectoras toda la temporada.
• Cooper Flagg: La joya de la corona. ¿Demasiada presión para un debutante?
• Thompson & Russell: Veteranos campeones listos para disparar desde la línea de tres.

La matemática en Dallas es simple: salud más química podría igualar anillo. Pero esa ecuación depende de un sinfín de variables que han traicionado antes a este equipo.

¿Contendientes reales o espejismo mediático?

Las casas de apuestas los colocan entre los siete favoritos para ganar el campeonato, justo detrás de gigantes como Boston, Denver y Milwaukee. Su éxito dependerá en gran medida de factores que están fuera del control táctico: la recuperación de sus estrellas, la adaptación de Flagg y la gestión adecuada de minutos para evitar más lesiones.

¿Se puede ganar un título con un novato como eje angular? La historia reciente no ofrece muchos antecedentes. Desde Magic Johnson en 1980, ningún novato ha sido la piedra angular de una plantilla campeona.

Pero si algo ha demostrado esta versión de Dallas es que todo puede cambiar con un giro de suerte y una buena planificación. ¿Será suficiente?

Como dijo Klay Thompson: “Una vez que estemos todos listos... no veo por qué no”.