Tampa Bay Buccaneers: Entre lesiones, errores y explosividad ofensiva, ¿pueden mantenerse en la cima?
Una mirada profunda al presente tambaleante de los Bucs: limitaciones físicas, talento ofensivo desbordante y un equipo que camina sobre la cuerda floja en la NFC
Una enfermería repleta en Tampa
Los Tampa Bay Buccaneers han comenzado la temporada 2025 con un récord de 3-1, pero la derrota 31-25 frente a los Philadelphia Eagles evidenció algo más peligroso que simplemente una marca en la columna de derrotas: el colapso físico.
Las lesiones están mermando gravemente a un equipo que, aunque ha demostrado flashes de brillantez ofensiva con Baker Mayfield bajo centro, no puede sostener un ritmo competitivo si la mitad de su plantilla titular se encuentra en la lista de lesionados. El coach Todd Bowles no ocultó su preocupación: “Estamos quedándonos sin cuerpos. Pero encontraremos a alguien que juegue”.
Quién está fuera o en duda: una pesadilla médica
- Mike Evans (WR): baja por varias semanas por una lesión de isquiotibiales.
- Christian Izien (S): lesión en el cuádriceps.
- Tristan Wirfs (LT), Chris Godwin (WR): regresaron, pero aún no están al 100%.
- Calijah Kancey (DL), Cody Mauch (RG), Ko Kieft (TE): lesiones de final de temporada.
- Haason Reddick (Edge), Jamel Dean (CB), Benjamin Morrison (CB), Greg Gaines (DL), Rashad Wisdom (S): todos salieron lesionados en la segunda mitad ante Eagles.
- Bucky Irving (RB): acusado dolor, será sometido a resonancia magnética.
El “lado brillante”: ofensiva vertical de alto impacto
Pese a todas las dificultades, los Bucs anotaron mediante jugadas explosivas que generaron ilusionados aplausos en el Raymond James Stadium. Mayfield conectó dos touchdowns de más de 70 yardas:
- Una bomba de 77 yardas con Emeka Egbuka.
- Un pase improvisado tras romper la bolsa hacia Bucky Irving de 72 yardas.
Estas acciones mantienen al equipo competitivo, pero no pueden depender exclusivamente de fuegos artificiales ocasionales para superar a contendientes como Phladelphia o Seattle.
Especialidades en crisis: el problema repetido de equipos especiales
Por tercera semana consecutiva, los equipos especiales fallaron de manera catastrófica. Esta vez, un despeje de Riley Dixon fue bloqueado y regresado para touchdown, apenas dos semanas después de que un intento de gol de campo frontal fuera bloqueado y convertido en seis puntos por los Jets.
Bowles fue directo: “Veremos todo: operación, esquema, personal... esto se tiene que arreglar”. Los errores no forzados están siendo tan costosos como las lesiones.
Chase McLaughlin, el rayo de esperanza pateador
En medio del caos, hubo una hazaña destacable: Chase McLaughlin conectó un gol de campo de 65 yardas, la patada más larga realizada en un estadio al aire libre en la historia de la NFL. Posteriormente, anotó otro de 58 yardas. Esto consolida su posición tras un inicio irregular.
Una defensa que mostró dos caras
Durante el primer tiempo, la defensa fue superada por Jalen Hurts y el ataque terrestre de Eagles. Sin embargo, en la segunda mitad la unidad defensiva fue casi impenetrable:
- Permitieron apenas -1 yardas totales.
- Hurts terminó con 0 pases completos en 8 intentos en ese tramo.
Pero ¿quién jugará el próximo domingo en Seattle? Esa sigue siendo la gran incógnita. La profundidad es limitada y cada jornada cae una nueva pieza clave.
SirVocea Dennis, el eslabón débil
El linebacker SirVocea Dennis ha sido expuesto tanto contra el pase como contra la carrera. Su desconexión quedó retratada cuando en una jugada de scramble, en vez de vigilar a Hurts, persiguió a Saquon Barkley con la espalda al balón y permitió una carrera de 28 yardas.
Una defensa sin 'takeaways': el dato que preocupa
Los Bucs tienen apenas dos balones recuperados en cuatro juegos: una intercepción y un fumble. Contra Filadelfia, dejaron ir una intercepción fácil. No generar entregas limita sus posibilidades de cambiar el momentum en partidos cerrados.
El próximo paso: visita a Seattle
Con récord de 3-1, los Bucs viajan ahora al Lumen Field para enfrentar a unos Seattle Seahawks también 3-1. El duelo será decisivo para medir realmente las aspiraciones de postemporada.
Será fundamental:
- Recuperar algunos lesionados clave.
- Evitar los errores en equipos especiales.
- Continuar generando jugadas explosivas de la mano de Mayfield.
- Generar turnovers defensivos, algo que ha estado ausente.
¿Contendientes o sobrevivientes?
Los Buccaneers están viviendo una temporada de contrastes: flashes de espectacularidad ofensiva, una defensa capaz de mostrar dominio absoluto... pero también una plaga de lesiones y errores no forzados. La pregunta es si podrán mantenerse a flote en una NFC cada vez más competitiva.
Seattle, Detroit, Philadelphia, Dallas y San Francisco son tiburones esperando sangre en aguas donde Tampa no puede permitirse seguir sangrando cuerpos ni jugadas clave.
¿Están los Bucs destinados a desinflarse como en la era post-Brady, o esta mezcla de garra, caos y talento nuevo podrá llevarlos más lejos de lo que pensamos? La visita a Seattle podría darnos una gran parte de la respuesta.