El ascenso controversial de Sean Feucht: entre la adoración, la política y la opulencia

El líder cristiano que desafió las restricciones por COVID-19 se enfrenta ahora a acusaciones de abuso financiero y explotación de voluntarios

El fenómeno Feucht: de la música de adoración a la arena política

Sean Feucht, un nombre que era casi desconocido fuera de círculos de adoración cristiana en 2019, se ha convertido rápidamente en una figura polarizadora dentro del cristianismo evangélico y el discurso político conservador en Estados Unidos. Lo que comenzó como una respuesta a las restricciones por el COVID-19 evolucionó en un movimiento multimillonario de alcance nacional con ramificaciones espirituales, políticas y financieras.

Durante la pandemia, mientras muchos líderes religiosos acataban las restricciones, Feucht optó por la desobediencia civil por medio de conciertos al aire libre —eventos que mezclaban música, política, fe y protesta. Al hacerlo, captó la atención de una gran base de seguidores conservadores, así como del expresidente Donald Trump y otras figuras relevantes de la derecha estadounidense.

Un crecimiento económico sin precedentes

En 2019, el ministerio de Feucht reportaba ingresos modestos: apenas $243,000. Pero para 2020, tras el estallido de su campaña nacional Let Us Worship, esa cifra se disparó a $5 millones, según el último formulario 990 del IRS presentado por su organización.

Ese crecimiento financiero coincidió con giras por más de 50 capitales estatales, campañas en ciudades clave y la compra de equipo de audio, buses y propiedades de alto valor. Sin embargo, ese mismo auge económico ha despertado serias dudas sobre cómo se están usando esos fondos —y si realmente están cumpliendo una función ministerial.

Propiedades por millones y poca transparencia

Documentos revisados por extrabajadores y medios de vigilancia como MinistryWatch y Trinity Foundation revelan que el ministerio y la familia Feucht han adquirido propiedades por más de $11.5 millones desde 2020. Entre ellas:

  • Dos casas pastorales: una en Washington, D.C., y otra en San Juan Capistrano, California.
  • Una finca de caza de 40 acres en Montana con una cabaña incluida.
  • 458 acres en Real County, Texas, conocida como los “Alpes suizos de Texas”.
  • Más de siete propiedades personales en Pennsylvania y California.

Mientras esto ocurría, el ministerio dejó de presentar formularios 990 al IRS tras 2020, escudándose en la exención de esta obligación para organizaciones religiosas. Según Warren Cole Smith, presidente de MinistryWatch:

“La acumulación de bienes raíces de lujo y la opacidad financiera hacen que tengamos que recomendar a los donantes que retengan su apoyo hasta que haya más claridad”.

Voluntarios sin paga y malas prácticas laborales

Varias excolaboradoras y exempleados han denunciado a Feucht por prácticas laborales cuestionables. Christy Gafford, quien trabajó como directora nacional y responsable de comunicaciones del ministerio, dijo haber sido despedida en mayo de 2024 por exigir rendición de cuentas financiera:

“Preguntaba por qué los voluntarios debían pagar para traer a Sean a sus ciudades. Las respuestas eran vagas. Me comencé a preocupar sobre las verdaderas intenciones del ministerio”.

Richie Booth, excontador de dos de los proyectos de Feucht, reportó irregularidades financieras como la mezcla de gastos personales y ministeriales. Además, dijo que los empleados no recibían pagos justos por su trabajo, incluyendo horas extra.

“Todo era urgencia creada por él mismo: para exprimir al personal y exigir más donaciones. Era agotador y estaba al borde del colapso emocional”.

¿Dónde está el dinero?

Según el último formulario 990 disponible, el ministerio recaudó $5 millones en 2020, pero solo gastó $1 millón en iniciativas religiosas. El destino de los $4 millones restantes no se ha aclarado.

La falta de registros adicionales, unido a la negativa a unirse al Evangelical Council for Financial Accountability o a realizar auditorías externas, incrementa la sospecha. Según Smith:

“Una gran mayoría de ministerios que manejan más de cinco millones al año hacen el esfuerzo de mantener transparencia. Aquí no vemos eso. Y con la compra de tantas propiedades, las dudas aumentan”.

La presión espiritual y el silencio institucional

Otra dimensión alarmante de las acusaciones es el uso del liderazgo espiritual para imponer obediencia. Excolaboradores señalan una cultura de veneración hacia Feucht como una figura carismática dotada del Espíritu Santo, lo que dificultaba hacer denuncias internas.

Peter Hartzell, exlíder de Burn 24-7 en Montana, dijo que él y su esposa se distanciaron tras experimentar abuso verbal y presión financiera para asistir a eventos internacionales:

“No queríamos creerlo. Pero al final, uno se da cuenta de que eso no es normal. Basta de excusas para justificar los abusos del sistema”.

Feucht responde: todo es difamación

Sean Feucht niega todas las acusaciones. En un video difundido por redes sociales en junio de 2024, calificó a sus críticos como “voluntarios molestos y moralmente comprometidos” sin acceso a la información completa.

“Cada centavo donado ha sido usado para cumplir un propósito ordenado por el Reino. No tengo nada que esconder”.

¿Un pastor evangelista o un influencer político?

Feucht no encaja fácilmente en las categorías tradicionales. Según Adam Pérez, profesor de estudios de adoración en la Universidad de Belmont:

“Él no solo canta, hace gira como si fuera un candidato político. Da discursos camuflados de conciertos. Y todo gira en torno a valores sociales conservadores”.

Un ejemplo claro: su canción “Imago Dei”, sobre el valor de la vida humana, fue lanzada justo después de que la Corte Suprema revocara el derecho nacional al aborto en 2022.

El precio del fervor: entre el sacrificio y el desengaño

Lo que une tantas denuncias es un patrón de seguidores devotos que terminaron física, emocional y financieramente agotados:

“Conozco personas que abandonaron sus finanzas personales para seguir a Sean. Ellos creían de verdad en hacer algo grande para Dios. Ahora están endeudados y emocionalmente rotos”. — Richie Booth

Sin importar cuán carismático, productivo o influyente sea un líder, cuando la falta de transparencia se une al elitismo económico y la explotación laboral, las luces del escenario ya no bastan para tapar la niebla espiritual y ética.

¿Y ahora qué?

Aunque Sean Feucht sigue llevando a cabo eventos masivos y manteniendo una presencia activa en redes sociales y en iglesias conservadoras, el escrutinio sigue creciendo. La pregunta que muchos cristianos comienzan a hacerse no es si Sean ha levantado multitudes, sino ¿a qué costo?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press