El olvido tras el desastre: los agricultores de Georgia siguen esperando la ayuda por el huracán Helene

Mientras otros estados ya reparten millones, los productores georgianos enfrentan burocracia y deudas a un año de la tormenta

Una promesa aún sin firmar

A más de un año del devastador paso del huracán Helene por el sureste de Estados Unidos, los agricultores de Georgia continúan esperando la llegada de la ayuda prometida. El Departamento de Agricultura de EE. UU. y el comisionado de Agricultura de Georgia, Tyler Harper, anunciaron recientemente un monto total de 531 millones de dólares en fondos federales destinados a apoyar a los productores afectados. Sin embargo, y a diferencia de otros estados como Carolina del Sur, Florida o Carolina del Norte, Georgia aún no tiene un acuerdo finalizado para la distribución del dinero.

“Estamos afinando los detalles administrativos del acuerdo con el USDA, mientras finalizamos el plan de trabajo del estado”, explicó Matthew Agvent, portavoz del comisionado Harper. Aunque el anuncio del monto ha sido visto como un avance importante por las autoridades locales, la realidad para los productores rurales es que la ayuda sigue sin llegar.

Una larga espera con un alto precio

El 26 de septiembre de 2024, el huracán Helene tocó tierra y causó estragos a lo largo de Florida, Georgia, las Carolinas, Tennessee y otras regiones del este de EE. UU., provocando daños valorados en 78 mil millones de dólares y cobrando la vida de 219 personas. Solo en Georgia, se estima que las pérdidas agrícolas superan los 5.500 millones de dólares, afectando particularmente a la industria avícola, una de las más importantes del estado.

A pesar del esfuerzo de los agricultores por mantener sus operaciones a flote, muchos enfrentan deudas impagadas, pérdidas económicas y la desesperanza generada por la inacción burocrática. Vann Wooten, productor del condado de Jefferson Davis, comentó al medio local WJCL-TV: “Seguimos sin recibir nada. Ni siquiera una palabra. Solo tenemos una promesa, pero nada en papel”.

Wooten, que también es comisionado del condado, perdió sus galpones avícolas durante la tormenta, con pérdidas valoradas en 2 millones de dólares. Desde entonces, ha dejado de criar pollos y se ha enfocado en la ganadería y los productos agrícolas.

Comparativa con otros estados: ¿Dónde está el liderazgo?

La frustración entre los agricultores georgianos aumentó en los últimos meses al observar cómo estados vecinos ya empezaron a recibir y distribuir sus fondos. En julio, por ejemplo:

  • Florida recibió 676 millones de dólares en asistencia para cubrir daños de cuatro huracanes, incluidos Helene e Idalia.
  • Virginia obtuvo una subvención por 61 millones de dólares.
  • Carolina del Norte fue beneficiada este mes con 221 millones en ayudas agrícolas.
  • Carolina del Sur acaba de acordar otros 38 millones en ayudas adicionales.

Todos estos acuerdos incluyeron ya el mecanismo de distribución final de los fondos, lo que garantiza su llegada directa a los agricultores damnificados. Georgia, en cambio, sigue redactando su plan de acción, y no hay fecha estimada para su finalización.

El peso de los procesos políticos

El comisionado Harper, fuerte aliado del expresidente Donald Trump, ha sido cuestionado por la lentitud con la que se ha gestionado el proceso. Previamente, las autoridades estatales aseguraron que esperaban tener el acuerdo finalizado para mayo o junio de 2024, pero ya casi en octubre del mismo año, los agricultores siguen esperando.

Este no es el primer retraso significativo en fondos posdesastre en Georgia: en 2018, tras el huracán Michael, los agricultores comenzaron a solicitar subsidios recién en marzo de 2020, un año y medio después del evento, debido a una disputa política entre la Casa Blanca (dirigida entonces por Trump) y los demócratas del Congreso por otros fondos orientados a Puerto Rico.

“Un año sin ingresos”: las secuelas en el campo

Numerosos productores han tenido que vender maquinaria, tierras o incluso cerrar sus operaciones debido a la falta de liquidez, un fenómeno que amenaza la viabilidad de miles de pequeñas y medianas granjas. Según datos de la American Farm Bureau Federation, más del 60% de los agricultores de Georgia afectados por Helene reportan dificultades para acceder a crédito debido a pérdidas no cubiertas por seguros o por retrasos en subsidios.

Estos agricultores no solo han tenido que lidiar con las secuelas físicas de la tormenta —invernaderos colapsados, cosechas podridas, galpones destruidos— sino también con factores económicos como:

  • Caída en los precios de productos agrícolas.
  • Aumento de los costos de fertilizantes, semillas y energía.
  • Desaceleración en la demanda de exportación.

“Hemos invertido cientos de horas en negociaciones para asegurar el máximo posible de fondos”, alegó Harper en una nota de prensa, subrayando la urgencia del apoyo. Sin embargo, para muchos en el terreno, la urgencia ya pasó; ahora queda la resignación y el deterioro económico.

Impacto nacional: Helene entre los desastres más costosos

El huracán Helene es ya el sétimo desastre natural más costoso en la historia moderna de EE. UU. desde 1980, según datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). Con casi 80 mil millones en daños totales, sus repercusiones se han sentido de manera profunda en todas las áreas productivas del sureste del país.

De acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso de EE. UU., los fondos de ayuda agrícola están incluidos dentro de un paquete de 100.000 millones de dólares aprobado en diciembre pasado por el Congreso, el cual debe negociarse individualmente con 14 estados. No obstante, Georgia continúa sin cerrar su acuerdo pese a haber sido uno de los estados más afectados.

“La lentitud con la que se maneja la asistencia en Georgia es decepcionante”, afirmó un colectivo de agricultores del sur del estado en una carta dirigida al gobernador Brian Kemp. “Nos dijeron que esta vez sería diferente.”

¿Qué necesitan los agricultores ahora?

Expertos agrícolas y asociaciones gremiales han propuesto varias medidas urgentes para aliviar el peso económico sobre los hombros de los agricultores georgianos:

  • Agilización del plan de trabajo estatal que permita el desbloqueo inmediato de los fondos.
  • Priorización de sectores críticos, como la producción avícola, ganadería y hortalizas.
  • Líneas de crédito a tasas subsidiadas para permitir la recuperación de infraestructura.
  • Transparencia y participación ciudadana en el diseño y monitoreo del proceso de distribución.

Mientras tanto, la comunidad rural mantiene la esperanza, aunque debilitada por la espera. Observa cómo estados vecinos reconstruyen invernaderos, restituyen cultivos y estabilizan sus cadenas productivas, mientras ellos aún aguardan su turno para sobrevivir.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press