LeBron, Kerr y Moten: El basketball entre la transición, la eternidad y la nostalgia

Entre lesiones, legado y despedidas: Así se traza el rumbo de tres iconos del baloncesto en momentos cruciales de sus vidas y carreras

LeBron James y la vigésima tercera temporada de una leyenda viviente

El rey regresa, pero no con toda su armadura. LeBron James, a punto de iniciar su histórica temporada número 23 en la NBA, se ausentó del primer entrenamiento de los Los Angeles Lakers por una ligera irritación nerviosa en el glúteo. No es, por suerte, algo que preocupe seriamente a su entrenador JJ Redick.

LeBron, que cumplirá 40 años en diciembre, sigue desafiando al calendario con su impresionante regularidad. Promedió 24.4 puntos, 8.2 asistencias y 7.8 rebotes la temporada pasada, una hazaña más para un deportista cuya figura ya es sinónimo de baloncesto contemporáneo.

Redick dijo que están “jugando a largo plazo con LeBron”, cuidándolo desde la pretemporada con miras a los playoffs. Tener a James sano y con energía en abril, mayo y junio, es el verdadero objetivo para los Lakers.

Una plantilla cargada de dudas físicas

Además de LeBron, tampoco participaron completamente en la práctica Marcus Smart (Aquiles), Gabe Vincent (rodilla) y el novato Adou Thiero (también rodilla). Con un roster ambicioso pero veterano, los Lakers saben que el equilibrio entre integridad física y rendimiento es tan valioso como los puntos anotados.

El debut de la pretemporada será este viernes en Palm Desert, California, frente a los Phoenix Suns. Podría ser la primera oportunidad para ver si la estrategia de Redick empieza a tomar forma con este equipo multigeneracional.

Steve Kerr: En el corazón de una era dorada

Mientras en Los Ángeles LeBron lidera otra campaña hacia el título, en el norte de California Steve Kerr comienza su duodécima temporada con los Golden State Warriors. Lo peculiar: es su último año de contrato y, casualmente, no tiene prisa por renovarlo.

“Estoy perfectamente cómodo entrando a esta temporada con un año restante. Estoy alineado con Mike (Dunleavy) y Joe (Lacob). Hablaremos al final de la temporada”, dijo Kerr, dejando claro que su foco está en el colectivo, no en lo personal.

Con cuatro anillos de campeón y un récord de 567 victorias en temporadas regulares, Kerr podría considerarse ya una figura histórica no solo en la franquicia, sino en toda la NBA. Fue el arquitecto del famoso "Small Ball" que revolucionó la liga. Y ahora, con su hijo Nicholas Kerr promovido como asistente tras su paso en la G League, el legado familiar también se asienta en Golden State.

¿El último baile de una dinastía?

Con Stephen Curry, Draymond Green y Kerr aún en la plantilla/orquesta, muchos se preguntan si los Warriors se preparan para un épico acto final. ¿Será este el año de su despedida conjunta? ¿El público será testigo de un último destello de genialidad tejida durante más de una década?

Kerr no lo sabe, pero sí remarca que el final será "de una manera correcta, con gratitud y aprecio mutuos". Mientras tanto, los Warriors iniciaron sus entrenamientos pensando en el anillo, no en contratos.

Lawrence Moten: La poesía hecha jugador que partió sin previo aviso

En medio del presente plagado de interrogantes se cuela una figura del pasado que nos recuerda lo efímero de la vida: Lawrence Moten, legendario escolta de Syracuse, falleció esta semana a los 53 años.

Con su característico apodo "Poetry in Moten", acumuló 2,334 puntos entre 1991 y 1994 y se convirtió en el máximo anotador histórico de Syracuse. Su récord en la Big East (1,405 puntos) se mantuvo imbatible hasta 2020.

“Fue uno de los jugadores de baloncesto universitario más subestimados de todos los tiempos”, dijo Jim Boeheim, su mítico entrenador en Syracuse.

Su número 21 fue retirado en 2018, y siguió vinculado a su alma máter incluso después del retiro profesional. Su legado, aunque breve en la NBA (apenas dos temporadas con Vancouver y algunos juegos con los Wizards), dejó huella donde más importaba: en la cancha universitaria y en la comunidad de Syracuse.

Adrian Autry y el eco de una amistad en la cancha

El ahora entrenador de Syracuse, Adrian Autry, compartió equipo con Moten durante tres años. Lo definió como "uno de los más positivos, de los que más amaban Syracuse".

“Vi hacerle cosas increíbles en esa cancha. Era un privilegio jugar a su lado”, añadió emocionado.

¿Qué une a estos tres nombres?

Aunque cada historia tiene su propio ritmo e intensidad, el hilo conductor es claro: el baloncesto como metáfora de la vida.

  • LeBron representa la resiliencia y la longevidad.
  • Kerr, el liderazgo sereno y sabio en medio de la incertidumbre.
  • Moten, el recuerdo imborrable de lo maravilloso y lo fugaz.

Estas figuras —una activa, otra reflexiva, una ausente— nos hablan del tiempo: cómo lo enfrentan, cómo lo administran y cómo dejan huella en él. Sea prolongándolo, gestionándolo o simplemente brillando mientras duró.

El baloncesto, como la vida, sigue. Pero sus protagonistas, aunque cambian de escenario, permanecen en el corazón de los aficionados.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press