Los Dodgers y el abismo económico en las Grandes Ligas: ¿camino al éxito o al colapso competitivo?
Con más de $500 millones invertidos esta temporada, Los Angeles Dodgers muestran cómo el músculo financiero puede marcar la diferencia en la MLB… ¿o no?
El béisbol profesional y el poder del dinero
La temporada 2025 de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) no solo ha sido emocionante por el desempeño deportivo de los equipos, sino también por lo que revela sobre la realidad económica del deporte. Una brecha cada vez más evidente divide a los equipos ricos de los que operan con presupuestos más reducidos. En el epicentro de este debate están los Los Angeles Dodgers, quienes han establecido un nuevo récord con un gasto total que supera los $509.5 millones al considerar salario y el impuesto de lujo.
Esta situación plantea una pregunta esencial: ¿hasta qué punto es sostenible una liga en la que unos pocos clubes tienen una ventaja económica masiva?
Un gasto sin precedentes: el caso de los Dodgers
El equipo angelino no ha escatimado esfuerzos para armar una plantilla que no solo aspire a llegar a los playoffs, sino a ganarlo todo. Con movimientos de media temporada que inflaron su nómina a $341.5 millones, los Dodgers también enfrentan la cifra récord de $168 millones en impuesto de lujo.
Este nivel de inversión es incluso más sorprendente cuando se considera que parte de estas obligaciones están diferidas: más de $1,000 millones en contratos futuros para ocho jugadores claves, incluyendo al fenómeno japonés Shohei Ohtani.
Dato histórico: Este gasto total nunca se había visto en la historia de la MLB; el récord anterior era de $432 millones, también a nombre de los Dodgers en 2024. Con estos números, su dominio económico supera ampliamente al resto de los equipos.
¿Y el resto de la liga?
A pesar de su abultado gasto, los Dodgers no están solos en lo alto del ranking de nóminas. Otros cinco equipos en la postemporada superan los $200 millones en nómina:
- New York Yankees: $363.3 millones (incluidos $61.8 millones en impuesto)
- Philadelphia Phillies: $347.7 millones
- Toronto Blue Jays: $266 millones
- San Diego Padres: $224.1 millones
- Chicago Cubs: $211.8 millones
Por contraste, equipos como Cleveland Guardians y Milwaukee Brewers participan en los playoffs con presupuestos más modestos, de $103.9 millones y $124.8 millones respectivamente.
Este rango tan amplio de gasto entre los equipos plantea serias preocupaciones sobre la igualdad de condiciones en la competición.
Los desajustes no garantizan el éxito: el caso de los Mets
Paradójicamente, uno de los equipos con mayor gasto, los New York Mets, no se clasificó para la postemporada, a pesar de haber destinado $428.8 millones —la segunda nómina más alta de la liga.
Con una proyección de $89.1 millones en impuesto de lujo, los Mets son un ejemplo de que el dinero, aunque da ventaja, no asegura victorias. Esta “inversión fallida” refuerza la idea de que una mala gestión deportiva puede desperdiciar incluso los presupuestos más robustos.
La propuesta de un tope salarial revive el fantasma de otra huelga
Este entorno ha alimentado el debate sobre la necesidad de un tope salarial en la MLB. La actual Collective Bargaining Agreement (CBA) expira en 2026, y algunos propietarios de equipos están presionando para que se introduzca un sistema similar al de la NFL o la NBA.
Sin embargo, los jugadores han estado históricamente en contra de cualquier forma de tope salarial. Desde 1972, el béisbol ha tenido 10 paros laborales, y muchos expertos auguran una nueva crisis si los dueños insisten en implementar restricciones salariales.
Recordemos que fue precisamente la intención de imponer un tope lo que desencadenó la huelga de 1994, que acabó con la postemporada y la Serie Mundial de ese año.
La historia nos recuerda que David puede vencer a Goliat
A pesar de lo asimétrico que pueda parecer el panorama, el béisbol siempre ha sido terreno fértil para las sorpresas. En 2022, Cleveland alcanzó los playoffs con una de las nóminas más bajas. Y equipos como Tampa Bay han sido ejemplo de eficiencia con recursos limitados.
Incluso en décadas pasadas, David ha vencido a Goliat: los Athletics de Oakland de 2002, retratados en la película Moneyball, llegaron a los playoffs con una de las menores nóminas en la historia de ese entonces, revolucionando la manera en que se evalúa el talento.
El presente y futuro inmediato
Los playoffs de 2025 ya están en marcha, y los cruces iniciales dejan mucho para analizar:
- Dodgers vs. Reds: el choque más desigual económicamente; $509 millones contra $121 millones.
- Yankees vs. Red Sox: la eterna rivalidad se mantiene vigente, con los Yankees liderando en nómina y los Red Sox 9-4 en duelos entre ellos esta temporada.
- Padres vs. Cubs: dos gigantes de gasto enfrentados.
- Guardians vs. Tigers: uno de los pocos cruces con nóminas más modestas.
Los encuentros entre equipos de presupuestos dispares constituirán una prueba directa de si la inversión agresiva puede transformar un equipo en campeón, o si la estrategia, la química y la eficiencia pueden aun triunfar en el deporte más tradicional de América.
¿Cabe una revolución salarial en las Grandes Ligas?
Todo esto nos lleva a reflexionar: ¿sigue siendo el béisbol un deporte romántico en el que cualquiera puede ganar, o ha caído víctima del capitalismo feroz que domina otros deportes profesionales?
La MLB debe prestarle atención a estos síntomas. La desigualdad creciente podría degenerar en una liga donde solo cinco o seis franquicias tengan verdaderas posibilidades de competir cada año. En muchos sentidos, la aparición de los Dodgers como «club estado» del béisbol es simplemente la versión moderna de una tendencia que ha existido siempre. Pero los números actuales están alcanzando nuevas alturas.
La temporada 2026 podría abrir la puerta a una discusión más estructural si estas tendencias se mantienen o profundizan. Puede que las Grandes Ligas no puedan evitar un ajuste profundo: bien sea vía introducción de topes salariales más estrictos, una redistribución más justa de ingresos televisivos, o la creación de un fondo común para promover la equidad.
Mientras tanto, la atención del mundo béisbol está sobre los playoffs, donde el dinero y el talento medirán fuerzas dentro del diamante… aunque fuera de él, la batalla es por el alma competitiva de la MLB.