Sudáfrica, FIFA y una controversia que podría cambiar el destino rumbo al Mundial 2026
La sanción por alineación indebida, el histórico error de Sudáfrica y las complejidades del camino africano hacia el Mundial
Un golpe inesperado para Sudáfrica
La Asociación Sudafricana de Fútbol (SAFA) se encuentra en el ojo del huracán futbolístico luego de que la FIFA le arrebatara una valiosa victoria conseguida en marzo contra Lesoto por la fase de clasificación rumbo al Mundial de 2026. La razón: Sudáfrica alineó a un jugador que debía cumplir una suspensión. Un error administrativo que podría costarle al país su boleto al torneo más importante del planeta.
El fallo de la FIFA no solo anuló el triunfo por 2-0, sino que revirtió el resultado como una derrota de 0-3 por defecto, debido a la inclusión indebida del mediocampista Teboho Mokoena, quien había acumulado dos tarjetas amarillas en partidos previos, lo que lo hacía inelegible para ese enfrentamiento ante Lesoto.
"Nos sentimos profundamente decepcionados con este resultado sin precedentes", expresó SAFA en un comunicado oficial, reconociendo la infracción e indicando su intención de apelar la decisión. "Pedimos disculpas a la nación por este fallo administrativo y reflexionaremos sobre los pasos a seguir al finalizar nuestra campaña clasificatoria", agregaron.
El impacto en las eliminatorias africanas
Las eliminatorias africanas para el Mundial 2026 representan una de las rutas más complejas y menos indulgentes del planeta futbolístico. África cuenta con nueve lugares directos para el Mundial y un boleto adicional a través de una repesca intercontinental. Con la expansión a 48 equipos para la cita mundialista que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá, las expectativas de clasificar son altas para selecciones históricas como Sudáfrica y Nigeria.
Tras la sanción, Benín asumió el liderato del grupo gracias a una mejor diferencia de goles, quedando empatado en puntos con Sudáfrica. Nigeria y Ruanda les siguen de cerca, a solo tres puntos, con dos jornadas por disputar. Con este escenario, cualquier tropiezo podría sellar el destino de un equipo que aspira a regresar al torneo global.
¿Qué está en juego?
Solamente el primer lugar de cada grupo avanza directamente al Mundial, mientras que los segundos puestos tendrán que disputar un mini torneo entre subcampeones de grupo para determinar quién tendrá la oportunidad de acceder a la repesca intercontinental.
Para Sudáfrica, que no ha jugado un Mundial desde que fue anfitrión en 2010, este podría ser el obstáculo que ponga fin a su sueño de revancha internacional. La última participación de Nigeria fue en 2018, mientras que Benín y Ruanda nunca han pisado la cita mundialista.
¿Fue justa la decisión de FIFA?
Desde el punto de vista reglamentario, FIFA actuó conforme a normativa. Según sus estatutos, un jugador que acumule dos amarillas en partidos distintos del mismo torneo debe cumplir una suspensión automática.
Sin embargo, la polémica está en el procedimiento aplicado. Según la SAFA, nunca se les permitió presentar argumentos legales ante el juez único de FIFA asignado al caso. "No se nos otorgó el derecho a defensa", sostiene la federación.
Esto pone en duda los principios de justicia deportiva y debido proceso, principios fundamentales que el organismo rector del fútbol mundial ha prometido defender.
¿Apelación posible?
Sí. SAFA ya solicitó las motivaciones escritas del fallo, algo crucial para construir una apelación formal. Una vez recibida la documentación, tiene 10 días hábiles para apelar. Además, en caso de que FIFA rechace su recurso, podrá acceder al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en Lausana, Suiza.
El problema es que el proceso de apelación choca directamente con el calendario de los dos partidos restantes: el 10 de octubre frente a Zimbabue y el 14 de octubre contra Ruanda. SAFA deberá, entonces, concentrarse tanto en el ámbito legal como en el deportivo, sin margen de error para seguir con vida.
Errores que cuestan un Mundial
En la historia del fútbol han existido situaciones similares:
- En 2018, Bolivia fue sancionada en las Eliminatorias Sudamericanas por alinear al paraguayo nacionalizado Nelson Cabrera sin cumplir los requisitos de ciudadanía. Como resultado, Chile y Perú recibieron puntos que alteraron la clasificación.
- En 1994, la selección de Chile fue excluida por dos años de cualquier competencia FIFA después del famoso “Maracanazo del fuego”, donde el portero Roberto Rojas fingió una lesión con una bengala.
Estos antecedentes sirven como advertencia: pequeños errores administrativos o decisiones mal ejecutadas pueden tener consecuencias históricas.
El valor del profesionalismo dirigencial en África
África ha sido históricamente una cantera de talento futbolístico. Desde George Weah hasta Mohamed Salah, pasando por Didier Drogba y Samuel Eto’o, el continente sigue produciendo figuras. Sin embargo, muchas selecciones africanas adolecen de estructuras federativas poco profesionalizadas, lo que se ve reflejado en fallos como el de SAFA.
La responsabilidad no es de Mokoena, sino de los administradores. Un simple control de tarjetas acumuladas -acción que cualquier federación profesional realiza con regularidad- habría evitado este bochorno nacional.
Como bien ha dicho en otras oportunidades el exseleccionador sudafricano Clive Barker: “El talento no basta sin organización detrás”.
Un grupo cerrado hasta el final
Con Sudáfrica, Nigeria, Benín y Ruanda en plena batalla por el primer puesto, los dos últimos partidos del grupo serán auténticas finales. Sudáfrica deberá demostrar fortaleza mental y futbolística para imponerse a Zimbabue y Ruanda, esperando que Benín tropiece.
Si lo logran, podrían forzar su clasificación directa o, al menos, entrar en la ronda de playoffs continentales. Pero si no apelan exitosamente, ese error administrativo podría quedar marcado como el mayor autogol de la historia del fútbol sudafricano.
Mundial 2026: más plazas, misma exigencia
Para muchos críticos, la expansión del Mundial a 48 equipos abría la puerta a más selecciones africanas. Sin embargo, los criterios de clasificación apenas dieron nuevas dos plazas, elevando el total africano a 9, cuando el continente tiene 54 afiliados a la FIFA.
Esto hace que la exigencia siga intacta. Clasificar sigue siendo una proeza, no una posibilidad automática. Cada punto importa. Y por tanto, perder tres unidades por una omisión burocrática puede arruinar años de trabajo deportivo.
Sudáfrica, entre la esperanza y el fracaso
Los próximos días definirán no solo un grupo, sino también la reputación de la federación sudafricana. ¿Podrá SAFA levantar cabeza dentro y fuera del campo? ¿Se convertirá esta tragedia administrativa en catalizador para una transformación profunda?
El reloj avanza y la presión es máxima. Si Sudáfrica quiere volver a un Mundial, tendrá que luchar cada minuto en la cancha... y también en los despachos.