Entre cabras y paisajes nevados: la insólita revolución ecológica en las pistas de esquí

Estaciones de esquí en Vermont utilizan rebaños de animales para controlar la vegetación y reducir emisiones, en una práctica que mezcla tecnología, ecología y ternura

Una estampa sorprendente en las montañas de Vermont

Puedes pensar que estás viendo visiones invernales: montañas, teleféricos, pistas vacías… y de repente, un grupo de cabras y ovejas paseando alegremente entre la vegetación. No, no se trata de un cuento bucólico, sino de una práctica innovadora que se está llevando a cabo en Jay Peak, Vermont, y que podría cambiar para siempre la forma en que las estaciones de esquí gestionan sus laderas.

Ganadería + Tecnología para un esquí más sostenible

La estación de esquí Jay Peak —ubicada cerca de la frontera con Canadá— ha decidido dar un paso hacia la sostenibilidad ambiental: reemplazar maquinaria a gasolina por rebaños pastores que se encargan de "podar" de forma natural las 25 acres (10 hectáreas) seleccionadas para un primer experimento, dentro de las 300 acres (120 hectáreas) que necesitan mantenimiento regular.

Según Andy Stenger, director de operaciones de montaña, "este año ha demostrado que puede hacerse y con éxito. Son excelentes empleados. Se toman muchos recreos para almorzar, pero ese es justo el objetivo".

Un coloso de la agricultura regenerativa

Estos animales no trabajan sin supervisión. Se valen de collares inteligentes proporcionados por Cloud Brook Grazing, la empresa de Adam Ricci, pionero ganadero y tecnólogo, quien ha fusionado experiencia agrícola con recursos tecnológicos.

Los collares emiten un sonido si los animales se acercan a un límite virtual preestablecido y una pequeña descarga si cruzan ese umbral. Además, recolectan datos y avisan automáticamente a Ricci si detectan comportamientos anómalos, como menor actividad (posible enfermedad).

"Puedo ver en tiempo real donde pasan más tiempo las cabras y ovejas, y si uno está enfermo me llega una notificación. Es ecológico, eficiente y mucho menos invasivo que las máquinas," dice Ricci.

El retorno de un método milenario... repotenciado

El uso de animales como herramienta de paisajismo no es nuevo. Más de 25 años atrás, una eléctrica de New Hampshire usó 1.000 ovejas para limpiar áreas bajo líneas de alta tensión. En 2010, la Universidad de Georgia introdujo cabras para combatir plantas invasoras. En Nueva York, los parques ya han sido testigos del poder devorador de estos pequeños cuadrúpedos.

Incluso Nashville incorporó un equipo completo de ovejas, llamado Chew Crew, que brinda servicios de jardinería sostenible desde 2017. ¿Y por qué no llevar esta idea a las montañas?

Modelos replicables y conectados

Ricci es ambicioso: "La idea es escalar este modelo para aplicarlo en otras estaciones de esquí; se trata de entender la topografía, el ritmo de los animales y las condiciones específicas de cada lugar". Aunque hay aprendizaje pendiente, el resultado es prometedor.

Por ejemplo, en el sur de Vermont, Magic Mountain empleó al equipo de Slippery Slope Goats, otra brigada lanuda motivada por el mismo objetivo: reducir dependencia de maquinaria contaminante.

Estas colaboraciones son posibles gracias al Agritech Institute for Small Farms, una organización que conecta tecnología avanzada con pequeños agricultores, reforzando simultáneamente la sostenibilidad y la resiliencia económica.

Las cabras que limpian y regeneran

No solo se trata de cortar maleza. Esta práctica, conocida como goatscaping, ofrece enormes beneficios ambientales:

  • Reduce la huella de carbono al reemplazar maquinaria que emite gases.
  • Mejora la retención de agua en el suelo al prevenir erosión.
  • Controla especies vegetales invasoras y hasta combate la hiedra venenosa.

Ricci explica que el costo por acre es comparable al de métodos mecánicos, pero con diferencias notables: la maquinaria limpia unas 25 acres en 10 días; las cabras toman alrededor de cinco semanas. Aun así, ¿el resultado? Más biodiversidad, menos ruido y, sobre todo, más conexión con el entorno.

Estaciones y visitantes encantados

¿Qué piensan los empleados y esquiadores de esta inusual patrulla peluda? Para Stenger, son todo un éxito: "Son un espectáculo divertido para todos; los visitantes disfrutan viéndolas, y los empleados sentimos que hacemos algo útil por el medioambiente."

Este nuevo enfoque en sostenibilidad, además de su lado nostálgico y bucólico, posiciona a estaciones como Jay Peak como pioneras en turismo ecológico de montaña. Una dimensión poco explorada de los centros de esquí, usualmente catalogados como costosos en términos energéticos.

Un futuro de pasturas con Wi-Fi

¿Qué podemos esperar en los próximos años? Una revolución silenciosa, conectada, y sustentable: animales equipados con IoT, seguimiento por GPS, sensores ambientales y análisis de datos para tomar decisiones orgánicas sobre el mantenimiento del paisaje.

En un mundo amenazado por el cambio climático, cada movimiento cuenta. Reducir el uso de motores contaminantes y apostar por prácticas restaurativas puede ser el cambio que necesitamos para no solo conservar, sino regenerar, nuestros complicados ecosistemas alpinos.

¿Y tú? ¿Estarías dispuesto a esquiar entre cabritos amigables que están ayudando a salvar el planeta un bocado de hierba a la vez?

“Los animales son lentos, claro. Pero trabajan con pasión, sin ruido, y dejando el terreno mejor de lo que lo encontraron”, concluye Ricci con una sonrisa.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press