Sueños en la Tierra Prometida: La Historia de los Migrantes que Reviven Florida

Entre la esperanza, la adversidad y las políticas cambiantes, miles de inmigrantes transforman la vida social y económica de Orlando mientras enfrentan los desafíos de un sistema en constante tensión

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El rostro humano detrás de la migración

Cuando Paola Freites habla de su nueva vida en Apopka, Florida, lo hace con la convicción inquebrantable de quien ha sobrevivido al horror. Ella, su esposo y sus tres hijos escaparon de una vida marcada por la violencia en Colombia. Hoy, vive en una traila de dos habitaciones, trabaja como ama de llaves y ve un futuro posible, aunque con incertidumbre.

Su historia no es única. En los últimos años, Florida se ha convertido en uno de los destinos primordiales para los migrantes que ingresaron a EE. UU. buscando refugio político, estabilidad económica y derechos básicos.

Florida, nuevo epicentro de la migración

Según datos internos de U.S. Customs and Border Protection, entre mayo de 2023 y enero de 2025, Florida recibió 1,271 nuevos migrantes por cada 100,000 residentes. Es el estado más impactado, por debajo de Nueva York, California, Texas e Illinois.

Entre las ciudades más afectadas se encuentra Miami, con 2,191 migrantes por cada 100,000 habitantes, mientras que Orlando ocupa el décimo lugar con 1,499. Esta migración masiva está reconfigurando la infraestructura social, laboral y cultural de comunidades enteras.

Motivaciones más allá del sueño americano

Vinimos buscando libertad y trabajo; no nos gusta que nos regalen nada”, afirma Paola, tras haber sido víctima de una brutal agresión sexual a los 13 años por parte de una pandilla en Colombia. Esta tragedia determinó su decisión de partir.

Otros, como Luis —un venezolano apasionado por la ingeniería y la política— huyeron por causas ideológicas. Con un título universitario y años de activismo opositor, terminó entregando paquetes en Winter Park mientras espera su resolución de asilo.

La haitiana Detamisse Janvier, de 20 años, aún muestra la cicatriz en su rostro tras escapar de una banda armada en Puerto Príncipe. En Apopka, se refugia junto a familiares y espera turnos para recibir asistencia legal y médica.

Los cimientos invisibles de la economía

Estos migrantes, lejos de ser una carga, son fuerza laboral esencial en áreas clave. En Orlando, encuentran empleo en el turismo, la hotelería, la construcción y la agricultura. Gracias a ellos, restaurantes, hoteles, viveros y empresas de transporte continúan operando con regularidad.

Los negocios migrantes también florecen. Venezolanos abren restaurantes de arepas junto a supermercados mexicanos. Iglesias locales amplían sus servicios en español y créole. Incluso el entretenimiento refleja esta nueva riqueza cultural.

Pero estos avances conviven con incertidumbre y miedo. Muchos migrantes como Blanca, una madre soltera mexicana, enfrentan procesos migratorios llenos de altibajos. A ella le colocaron un brazalete electrónico en el tobillo y, por miedo, no ha solicitado un permiso de trabajo. “Da miedo, claro que sí”, confiesa.

Amenazas y políticas en reversa: El regreso de Trump

Desde el retorno de Donald Trump a la presidencia en 2025, muchos migrantes viven con mayor temor. Florida, bajo administración republicana, colabora con la implementación de medidas contra la inmigración irregular y anula protecciones legales.

Esto ha afectado a quienes ya residían y trabajaban legalmente. Algunos quedaron sin permisos de trabajo, dejando a empresas como TeqaBite, un restaurante venezolano, luchando para contratar empleados. Muchos migrantes se encierran en casa, temerosos de cualquier interacción con autoridades.

El poder de las redes comunitarias y la resiliencia

Organizaciones religiosas y comunitarias como Catholic Charities of Central Florida ofrecen clases de inglés (ESOL), alimentos, asistencia legal y emocional. Son parte del engranaje fundamental que permite a estas personas reconstruir sus vidas.

Las escenas son conmovedoras: familias cocinando juntas, niños jugando con muñecas regaladas por su parroquia, y adultos llenando cuadernos con frases en inglés. Contrasta con la hostilidad de algunas políticas, pero también recuerda que la dignidad no se pierde con el desplazamiento.

El impacto demográfico y urbano

El aumento migratorio ha provocado una transformación urbana. Donde antes había naranjales y bosques, ahora se ven apartamentos, oficinas y centros comerciales. La inmigración, lejos de “saturar” la infraestructura, la dinamiza.

Hoy, Apopka y Orlando son polos multiculturales donde coexisten lenguas, cultos y cocinas. Esta fusión contribuye al crecimiento económico y revitaliza zonas antes en declive.

Perspectivas inciertas pero llenas de coraje

Los migrantes de Florida, especialmente en Orlando, encarnan la resistencia con rostro humano. Ni estadísticas ni decretos logran borrar sus historias de superación frente al trauma y sus aportes a la sociedad que los recibe.

Mientras algunos sueñan con volver a sus países, otros ya echan raíces. Todos, sin embargo, buscan lo mismo: la oportunidad de vivir con dignidad, respeto y esperanza.

Cada paso que dan, por pequeño que parezca —una entrega bajo la lluvia, lavar platos en silencio, inscribirse a clases de inglés—, es un acto de valentía.

En su conjunto, están redefiniendo lo que significa ser estadounidense: no sólo pertenecer por nacimiento, sino por contribución, sacrificio y sueños compartidos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press