Tom Johnson: Entre la gloria del periodismo y el abismo de la depresión
El expresidente de CNN reflexiona sobre su vida en su desgarrador y revelador libro 'Driven', que combina anécdotas de alto poder con una vulnerabilidad inusitada
Un testimonio poderoso en tiempos de silencio
Tom Johnson, una figura influyente en el periodismo estadounidense cuya carrera lo llevó desde la Casa Blanca hasta la presidencia de CNN, ha publicado un libro de memorias titulado "Driven". Con 84 años, Johnson no solo ofrece una mirada privilegiada a los salones del poder donde convivió con gigantes como Lyndon B. Johnson y Ted Turner, también abre su corazón hacia un aspecto más oscuro y doloroso: la profunda depresión que lo acompañó gran parte de su vida.
En un país y una industria donde la salud mental sigue siendo estigmatizada, la decisión de Johnson de hablar abierta y detalladamente sobre su lucha contra la depresión es tan valiente como necesaria.
De Georgia a las grandes ligas del poder
Tom Johnson nació en Georgia y desde pequeño escuchó a su madre repetirle que con trabajo duro podía lograrlo todo. Se tomó muy en serio ese consejo: tras graduarse en la Universidad de Georgia y obtener un máster en Harvard, comenzó su carrera política en la administración de Lyndon B. Johnson como ayudante en temas de prensa, bajo la supervisión de Bill Moyers.
Su relación con el expresidente fue tan estrecha que al término del mandato de LBJ, Johnson fue invitado a acompañarlo a su rancho en Texas como su asistente principal. Su cercanía con el expresidente le dio un acceso inédito a momentos históricos, pero también a la complejidad emocional y política del hombre que lideró Estados Unidos en tiempos convulsos. “Lyndon B. Johnson fue el ser humano más complejo que conocí”, escribe Johnson.
El peso del deber y de la prensa
Johnson trabajó como editor del Dallas Times Herald y del Los Angeles Times durante la llamada “época dorada” de los periódicos. Pero el poder tiene precio, y en su caso, no fue solo profesional: la depresión se agitaba en su interior, incluso cuando alcanzaba sus mayores éxitos.
Fue en CNN, a partir de 1990, cuando su carrera llegó al clímax. Contra muchos pronósticos, aceptó dirigir la cadena incluso después de que algunos amigos lo desaconsejaran por el carácter excéntrico de Ted Turner. Pero Johnson vio en Turner un visionario. Durante los 11 años que lideró la cadena, CNN expandió su presencia global y marcó una era en el periodismo televisivo.
Cuando el poder no es suficiente
Sin embargo, detrás de cámaras, su salud mental se deterioraba. Ya había sido diagnosticado con depresión mientras dirigía el LA Times, pero el rechazo profesional y las tensiones acumuladas hicieron que su condición se agravara. En 1989, tras ser despedido del periódico, alcanzó un punto de quiebre. “Fue mi punto más bajo”, confiesa. Siendo cazador, tomó conscientemente la decisión de entregar sus armas a un amigo: “Tener armas cerca en esas circunstancias es un gran error”.
Contó a Ted Turner sobre su batalla con la depresión antes de aceptar el puesto en CNN. Turner, lejos de rechazarlo, le respondió: “Hell, pal, déjame contarte sobre mí”. Esa comprensión mutua estableció un vínculo humano entre ambos ejecutivos, más allá de las trincheras del negocio informativo.
La cara oculta del triunfador
En su libro, Johnson no escatima a la hora de hablar sobre el costo personal de su carrera: largas jornadas laborales que lo mantenían alejado de sus hijos y de los momentos irrepetibles de la infancia de ellos. “La mayor tristeza de mi vida es no haber sido un buen padre en ese aspecto”, admite.
El peso del perfeccionismo y la autoexigencia fueron agravantes de una predisposición genética. Su esposa Edwina fue quien insistió en que buscara ayuda, salvando posiblemente su vida. “Uno descubre el valor de la persona que decide acompañarte, incluso cuando eres difícil de amar”, escribió Johnson.
De las sombras a la luz
A través de los años, y con el tratamiento adecuado, Johnson logró estabilizarse. Parte de su proceso incluyó el diálogo abierto con otras personalidades que también luchaban contra la depresión, como el célebre escritor William Styron, el periodista Mike Wallace y el columnista Art Buchwald. Esta red de apoyo fue clave para mantenerse a flote emocionalmente.
Tras su retiro a los 60 años, se dedicó a recuperar el tiempo con su familia y a trabajar en causas benéficas, especialmente en el ámbito de la salud mental y enfermedades como el Alzheimer, que afectó a su hija durante la pandemia del COVID-19.
El legado del testimonio
La publicación de "Driven" no solo cumple una función biográfica, sino también terapéutica y social. Habla directamente a generaciones de profesionales, hombres y mujeres que viven el éxito profesional sin saber cómo gestionar las grietas de su mente.
Según la Asociación Americana de Psiquiatría, casi el 7% de los adultos estadounidenses sufren depresión severa cada año, y muchos no reconocen los síntomas ni buscan ayuda. Al compartir sus propios desafíos, Tom Johnson contribuye a desmitificar la enfermedad mental y a humanizar a los líderes frecuentemente idealizados.
Poder, periodismo y humanidad
La historia de Tom Johnson es la historia de un país, su política, su prensa y sus contradicciones. Es también el recordatorio de que el coraje verdadero no siempre está en las decisiones geopolíticas o en las portadas de los diarios, sino en tener la entereza de aceptar la vulnerabilidad. Johnson fue testigo de conflictos históricos como la Guerra de Vietnam, donde aceptó, con el tiempo, que el rumbo tomado fue profundamente erróneo. “Nuestras políticas en Vietnam estaban equivocadas. Desastrosamente equivocadas”, reconoce con pesar.
En una entrevista reciente declaró: “Quiero transmitir que la depresión es tratable. No necesitas quitarte la vida como lo hicieron dos de mis mejores amigos”. Hoy, su voz sirve como faro para quienes se sienten hundidos por la tristeza, y su testimonio es una lección tanto para quienes aspiran al éxito como para quienes luchan por sobrevivir.
“Driven” no es solo una memoria: es un manifiesto a favor de la vida, de la salud mental, y del valor de la transparencia en un mundo que prefiere la apariencia al alma.
¿Necesitas ayuda? Si tú o alguien que conoces está atravesando una crisis de salud mental, puedes llamar o enviar un mensaje de texto al 988 en EE.UU., o acceder al chat en línea aquí.