Caleb Williams y el renacer de los Bears: ¿está Chicago listo para competir otra vez?

Con el desarrollo de Caleb Williams, cambios en la línea ofensiva y una defensa aún inconsistente, los Bears encuentran señales de esperanza en medio de la reconstrucción.

Por fin hay razones para sonreír en Chicago.

Después de años de desilusiones, coaches despedidos y una búsqueda interminable de un mariscal franquicia, los Chicago Bears parecen haber encontrado estabilidad —o al menos un punto de partida esperanzador— gracias a su mariscal novato Caleb Williams. Con dos victorias consecutivas y una marca de 2-2 antes de su semana de descanso, el ambiente en el vestuario del Soldier Field se siente distinto. Pero, ¿cuánto es humo y cuánto es fuego real?

El impacto inmediato de Caleb Williams

Williams, seleccionado como la primera elección global del Draft 2025, ha sido el foco de toda la atención desde su llegada. Su actuación contra los Dallas Cowboys —donde lanzó para cuatro touchdowns— fue una declaración de intenciones. En la victoria cerrada contra Las Vegas, lideró una ofensiva crítica en el último cuarto para sellar el triunfo, mostrando temple de veterano.

Creo que estos primeros cuatro juegos construyen confianza”, dijo Williams. “Aunque los dos primeros fueron derrotas, ahora tenemos impulso y sabemos que podemos ejecutar.

Hasta la fecha, Caleb acumula 9 touchdowns y 3 intercepciones, con un porcentaje de pases completados cercano al 66%. Su rating de pasador se ubica en 97.4, una cifra prometedora para un novato en adaptación.

Nueva era con Ben Johnson al mando

Ben Johnson, quien llegó tras un paso exitoso como coordinador ofensivo en Detroit, dirige su primera temporada como head coach de los Bears. Su sistema ofensivo ha comenzado a tomar forma, especialmente en los dos últimos partidos, donde el equipo promedia 28 puntos por juego.

Estamos en un proceso de evaluación total; viendo qué estamos haciendo bien y qué necesita ajustes”, comentó Johnson respecto al desempeño colectivo.

La reconstrucción de la línea ofensiva: luces y sombras

Uno de los movimientos más audaces fue fortalecer el centro de la línea ofensiva con las incorporaciones de los guardias Joe Thuney y Jonah Jackson, así como el centro Drew Dalman. No obstante, los problemas surgen en los extremos.

Durante el último juego, el equipo hizo cambios importantes: Braxton Jones fue sustituido temprano y se movió a Theo Benedet a tackle izquierdo, mientras que el novato Ozzy Trapilo jugó 40 snaps como tackle derecho tras la ausencia de Darnell Wright, quien se recupera de una lesión.

Esta configuración parece más sólida, especialmente considerando que Trapilo logró contener a Maxx Crosby, uno de los cazamariscales más intimidantes de la NFL.

El dilema ahora es qué hacer cuando Wright regrese. ¿Moverán a Trapilo al lado izquierdo? ¿Mantendrán a Benedet tras su buena actuación? Un rompecabezas que Johnson deberá resolver pronto.

El juego terrestre sigue en deuda

Los números son preocupantes: los Bears están en el puesto 24 en yardas terrestres por juego, con solo 3.8 yardas por acarreo. El veterano D’Andre Swift promedia apenas 3.3 yardas, y el novato Kyle Monangai apenas mejora a 3.6.

Esto afecta la capacidad de controlar el reloj y proteger a Williams, aún en desarrollo. La falta de explosividad —sin carreras de más de 20 yardas— evidencia la necesidad de variar el esquema o, quizás, considerar rotaciones diferentes en el backfield.

Defensa vulnerable por tierra

El talón de Aquiles más notorio del equipo hasta ahora ha sido la defensa contra la carrera. Chicago ha permitido 658 yardas por tierra, la peor marca de la liga en las primeras cuatro semanas.

En la victoria ante los Raiders, permitieron 240 yardas terrestres, una cifra comparable únicamente a los 265 que Detroit les corrió en la semana 17 de 2022.

No estamos generando penetración suficiente con la línea defensiva”, sentenció Kevin Byard, safety del equipo. “Y cuando los corredores rompen la primera línea, debemos ser más eficaces en derribarlos.

Los próximos desafíos del calendario

La próxima parada es Washington, donde el equipo sufrió una debacle en 2024 justo después del bye que marcó el inicio de la caída de Matt Eberflus. Evitar repetir ese patrón es clave si Johnson desea consolidarse.

Además, aparecen en el horizonte partidos ajustados contra rivales como Tampa Bay, Minnesota y Green Bay, todos con aspiraciones de postemporada.

Chicago necesita mantener el ritmo ofensivo mientras mejora en defensa y acorta la rotación ofensiva con ajustes eficientes en la línea y esquemas de carrera.

Williams como epicentro del futuro

No es coincidencia que las franquicias más estables (Kansas City, Baltimore, Philadelphia) tengan quarterbacks seguros, inteligentes y con liderazgo. Caleb Williams tiene todo el potencial para ser ese tipo de jugador para los Bears.

Su desarrollo será fundamental no solo para los resultados de esta temporada, sino para el futuro de una franquicia que no gana un Super Bowl desde 1985 y cuya última aparición en playoffs fue efímera.

Si Williams puede replicar su nivel contra defenses élite, y si la defensa puede encontrar una identidad, podríamos estar viendo el renacer de uno de los equipos históricos de la NFL.

¿Es pronto para hablar de postemporada?

Quizás. Pero en una NFC donde solo tres o cuatro equipos lucen realmente sólidos, una marca final de 9-8 podría alcanzar para un comodín. Mucho dependerá de si Johnson logra mantener al vestuario unido y si la defensa deja de ser tan porosa.

Las campanas no suenan todavía en Chicago, pero hay esperanza. Y para esta afición leal y sufrida, eso ya significa mucho.

“Estamos viendo algo especial construyéndose poco a poco. No perfecto, pero prometedor. Y eso es algo que los fans de los Bears han esperado por años.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press