De Gaza al tribunal: la legalidad en disputa del bloqueo israelí y las flotillas humanitarias
Una mirada crítica al abordaje del Sumud Flotilla por parte de Israel y las implicaciones del derecho internacional marítimo
El reciente abordaje por parte de las fuerzas navales israelíes del Global Sumud Flotilla, una flotilla internacional con rumbo a Gaza que transportaba ayuda humanitaria y un contingente de activistas —incluyendo a Greta Thunberg y al nieto de Nelson Mandela—, ha desatado una tormenta diplomática y legal que pone a prueba los límites del derecho marítimo internacional.
Una misión con carga simbólica
Partiendo semanas antes desde Italia y haciendo escalas por distintos puertos del Mediterráneo, la flotilla tenía por objeto entregar fórmula infantil, alimentos no perecederos y medicinas. Si bien el volumen de la ayuda era modesto, el propósito era establecer un pasillo humanitario hacia Gaza, actualmente bajo un bloqueo exhaustivo por parte de Israel desde 2007.
La Coalición de la Flotilla de la Libertad, una alianza internacional de organizaciones propalestinas, coordinó esta navegación con tripulantes civiles. La consigna era clara: resistencia no violenta y visibilidad internacional. Thiago Ávila, uno de los portavoces, declaró desde el barco: “No están autorizados por el derecho internacional para detenernos, así que no acataremos sus órdenes”.
Interferencia en aguas internacionales
Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), el territorio marítimo de un país se extiende hasta 12 millas náuticas desde su costa, y puede ejercer ciertas jurisdicciones en una zona contigua de hasta 24 millas. Más allá de eso, el mar es considerado aguas internacionales, donde la intercepción de buques está restringida, salvo en conflictos armados.
La marina israelí interceptó la flotilla a unos 70 kilómetros (aproximadamente 38 millas náuticas) de Gaza, es decir, en aguas internacionales. Esto encendió críticas de organizaciones como Adalah, organización legal de derechos humanos en Israel, que condenó el suceso como “un secuestro de civiles pacíficos” y un “flagrante atentado contra el derecho internacional”.
¿Bloqueo o castigo colectivo?
El bloqueo marítimo, aéreo y terrestre impuesto por Israel sobre Gaza desde que Hamas tomó el control en 2007, es descrito por Israel como una medida de defensa nacional. Según el experto en derecho internacional Yuval Shany, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la legalidad del bloqueo depende de si está militarmente justificado.
“Siempre que el bloqueo busque impedir el ingreso de armas, y se ejecuten advertencias previas, Israel puede interceptar barcos que intenten cruzarlo”, explicó. Sin embargo, organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional consideran que el bloqueo equivale a un castigo colectivo a 2,3 millones de civiles, algo prohibido por las Convenciones de Ginebra.
Un precedente histórico: el caso del Mavi Marmara
Este no fue el primer incidente de este tipo. En mayo de 2010, otro ejemplo infame se escribió con tinta roja: el Mavi Marmara, parte de una flotilla humanitaria turca, fue abordado por la marina israelí en un operativo que dejó nueve muertos (ocho turcos y un turco-estadounidense). La reacción internacional fue contundente y el incidente provocó una grave crisis diplomática entre Turquía e Israel.
Un informe de la ONU publicado en 2011 sostuvo que aunque el bloqueo naval era legal bajo ciertas condiciones, “el uso excesivo de la fuerza por parte de Israel fue injustificado y desproporcionado”. Además, urgía a que las misiones humanitarias optaran por canales de entrega alternativos, como los puntos terrestres bajo supervisión de organismos internacionales.
¿Qué dice el derecho internacional hoy?
Omer Shatz, abogado internacional israelí y co-litigante en el caso de la flotilla del Mavi Marmara ante la Corte Suprema del país, insiste en que el derecho internacional otorga derechos limitados pero claros para la entrega de ayuda humanitaria, incluso en zonas bloqueadas o en conflicto. “Si la potencia ocupante no garantiza las necesidades básicas de la población, se habilita una vía humanitaria desde alta mar”, señaló en declaraciones recientes.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), en un dictamen provisional emitido en enero de 2024, responsabilizó a Israel de adoptar medidas efectivas e inmediatas para permitir el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza, exigiendo el cumplimiento del derecho a la vida y al acceso de bienes esenciales.
España y las rutas legales de los Estados
No todos los reclamos tienen impacto inmediato en las cortes nacionales. Sin embargo, países como España han iniciado investigaciones propias que podrían alimentar expedientes en tribunales internacionales. Según reportó la Fiscalía General del Estado español, se ha iniciado la recolección de pruebas sobre la intercepción de la flotilla con miras a un posible litigio ante la CPI (Corte Penal Internacional).
Impacto global: protestas desde Madrid hasta Buenos Aires
La detención naval no solo generó repudio institucional. En ciudades como Milán, Atenas, Túnez y Buenos Aires, miles de manifestantes colmaron calles y estaciones de tren en actos de solidaridad con los activistas retenidos. Muchos portaban banderas palestinas y exigieron el levantamiento del bloqueo.
En palabras de Aisha Ben Said, líder de la comunidad tunecina propalestina: “No existe legalidad alguna que justifique impedir que la leche infantil llegue a bebés con desnutrición”. La frase se volvió viral en redes sociales acompañada de la etiqueta #FlotillaDeLaDignidad
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¿Qué sigue?
A pesar del retroceso forzado del Sumud Flotilla, los organizadores prometen que no será la última vez. Otro grupo de barcos de la misma coalición, en unión con el movimiento Thousand Madleens to Gaza, ya ha zarpado desde el sur de Europa y planea nuevas rutas marítimas bajo la cobertura de tratados internacionales.
Mientras tanto, la opinión pública mundial se intensifica, las diferencias jurídicas sobre la legalidad de las acciones israelíes se amplifican y el debate sobre cómo conciliar la soberanía nacional con las **obligaciones humanitarias internacionales** adquiere nuevas dimensiones.
Estamos ante otro capítulo en el eterno conflicto por Gaza, pero con una particularidad: la batalla también se libra en los mares del derecho internacional.