La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días entra en nueva era tras la muerte del presidente Nelson

Con la esperada sucesión de Dallin H. Oaks, el sistema de liderazgo profético de la iglesia mormona vuelve a demostrar su estructura jerárquica única e inquebrantable

El fallecimiento de Russell M. Nelson y la sucesión inevitable

El pasado fin de semana falleció Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (conocida coloquialmente como la iglesia mormona), a la edad de 101 años. Considerado profeta, revelador y líder máximo de esta confesión religiosa mundial, su partida marca el inicio de una nueva era para una de las estructuras religiosas más jerárquicas e influyentes del mundo.

Su sucesor, como dicta la tradición, será Dallin H. Oaks, antiguo juez de la Corte Suprema de Utah y actualmente el miembro con más antigüedad del Quórum de los Doce Apóstoles. Si bien el anuncio oficial se producirá tras el funeral programado para el 7 de octubre, la sucesión está virtualmente garantizada: así ha operado la iglesia desde 1889.

Un sistema de sucesión sin precedentes religiosos

Lo que distingue a esta iglesia cristiana de otras denominaciones es su impecable mecanismo sucesorio. Desde la muerte de John Taylor en 1887 y los dos años posteriores de divisiones internas, se instauró una clara norma: el apóstol con más años de servicio en el Quórum se convierte automáticamente en presidente al morir el anterior. En casi 135 años, esa norma nunca ha sido quebrantada.

Nelson, un reputado cirujano cardíaco convertido en líder espiritual, se convirtió en presidente en 2018. Su mandato estuvo marcado por cambios significativos en la nomenclatura, mayor centralización doctrinal y un marcado énfasis en la revelación continua.

¿Qué hace realmente el presidente de la Iglesia?

El presidente de la Iglesia es más que un líder eclesiástico; es considerado un profeta moderno. Sus funciones abarcan desde interpretar doctrina hasta implementar iniciativas administrativas globales. El presidente es asistido por otros dos consejeros, y juntos conforman la Primera Presidencia, el órgano rector más alto.

Además de liderar espiritualmente a más de 17 millones de miembros alrededor del mundo, el presidente supervisa una red de entidades empresariales que abarca desde universidades como BYU, hasta una inmobiliaria de lujo en Salt Lake City y un centro cultural polinesio en Hawái.

El brazo financiero de la iglesia, Ensign Peak Advisors, administra un portafolio valorado en $58 mil millones de dólares, según el último reporte público. La magnitud de los recursos materiales de la iglesia le ha dado peso en los sectores sociales, políticos y económicos de EE.UU., especialmente en el estado de Utah.

Las reglas del relevo: antigüedad antes que carisma

A diferencia de otras organizaciones, aquí los puestos no se obtienen por popularidad ni elecciones congregacionales. La antigüedad en el Quórum de los Doce es el factor decisivo. Dallin H. Oaks, con 93 años y miembro desde 1984, es el lógico heredero. Junto a él está Jeffrey R. Holland, de 84, como siguiente en la línea.

Una vez nombrado, el nuevo presidente es libre de elegir a sus consejeros. Puede mantener a los anteriores o designar nuevos. En el pasado, Nelson mantuvo a Henry B. Eyring como consejero y elevó a Oaks, lo que solía resultar en estabilidad en la cúpula durante cambios de liderazgo.

¿Quiénes forman parte del Quórum de los Doce?

Este órgano, directamente modelado en los apóstoles de Jesucristo descritos en el Nuevo Testamento, tiene una enorme relevancia organizativa. Tan sólo por debajo de la Primera Presidencia, los Doce Apóstoles tienen el deber de viajar, enseñar y supervisar misiones y estacas (diócesis) por todo el mundo.

En tiempos recientes, los apóstoles han tenido trayectorias externas destacadas: desde diplomáticos hasta ejecutivos multinacionales. Este es uno de los elementos distintivos de la iglesia: líderes espirituales con experiencia profesional de alto nivel.

Un esfuerzo por diversificar el liderazgo

Durante su presidencia, Nelson marcó un hito en cuanto a diversidad: designó al primer apóstol latinoamericano, Ulisses Soares de Brasil, y al primero de ascendencia asiática, Gerrit W. Gong. Esta inclusión simbólica fue altamente celebrada en una religión donde más del 50% de sus miembros viven fuera de los Estados Unidos.

Ambas designaciones reflejan una intención de adaptar el liderazgo a la realidad global de la fe. Aunque todavía se critica que el cuerpo principal sigue siendo completamente masculino, el gesto fue importante para una masa creciente de fieles en América Latina, África y Asia.

¿Y el papel de las mujeres?

Si bien los órganos directivos formales están compuestos exclusivamente por hombres, existen tres organizaciones dirigidas por mujeres que supervisan la obra con niñas, jóvenes y adultas. La Sociedad de Socorro es la más emblemática, presidida por una presidenta general y dos consejeras.

Estas líderes no pertenecen a los niveles jerárquicos más altos, pero su influencia en la vida diaria de millones de mujeres mormonas es considerable.

Una estructura destinada a la continuidad

Quizás lo más sobresaliente de todo este proceso es la manera en que la estabilidad estructural está institucionalizada. No hay elecciones, campañas, disputas doctrinales públicas o congresos. El ciclo de vida mormón sigue mecanismos que muchos observadores describen como casi empresariales o incluso cuasi-monárquicos.

Los presidentes sirven de por vida. Brigham Young, sucesor de Joseph Smith, ocupó el cargo durante casi treinta años (1847-1877), y Heber J. Grant otros 27. El mandato más corto fue el de Howard W. Hunter, de apenas nueve meses.

Nelson, con algo más de siete años, se alinea con los promedios históricos más recientes. Sus predecesores inmediatos, Thomas S. Monson y Gordon B. Hinckley, lideraron durante casi una década y trece años, respectivamente.

Retos para el próximo presidente

Oaks hereda una iglesia con desafíos significativos. Aunque en crecimiento global, enfrenta ciertos descensos de miembros activos en Estados Unidos y Europa, una mayor crítica del rol de la mujer y un creciente número de exmiembros que cuestionan desde las doctrinas hasta la falta de transparencia fiscal.

También se debate internamente sobre el papel de los jóvenes, el acceso al templo, la misión digital en la era moderna y los temas LGBTQ+. En 2015, una política restrictiva hacia hijos de parejas del mismo sexo generó controversia, y fue revertida cuatro años después por Nelson. ¿Continuará Oaks con esa línea más adaptativa o reforzará el conservadurismo doctrinal tradicional?

La globalización de una religión estadounidense

Desde su fundación en 1830 por Joseph Smith, la iglesia ha sido una fuerza única en el cristianismo moderno. Con doctrina propia, escrituras exclusivas como el Libro de Mormón y una misión evangelizadora intensiva, esta fe ha logrado extenderse a 190 países.

Hoy se proyectan más de 265 templos alrededor del mundo, siendo estos espacios de culto el corazón espiritual de la membresía activa. La nueva presidencia tendrá además la oportunidad de dejar huella al elegir nuevos miembros del Quórum y delinear las prioridades de la próxima década.

Desde las montañas de Utah hasta los Andes, Filipinas o Nigeria, cada paso en Salt Lake City resuena globalmente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press