La montaña secreta bajo el Lago Superior: vida, ciencia y un mundo olvidado bajo el agua
Exploradores subacuáticos revelan los secretos del Superior Shoal, una cordillera sumergida que podría ser clave para la conservación ambiental en los Grandes Lagos
Un Everest de agua dulce escondido a simple vista
En medio del majestuoso Lago Superior, justo en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, se esconde un coloso que casi nadie conoce: el Superior Shoal. Esta elevación volcánica submarina, cuya cima se encuentra a tan solo 9 metros bajo la superficie, tiene una envergadura de unas 4 millas cuadradas. A menudo apodada como el ‘Everest de agua dulce’, esta formación emergente ha sido poco explorada, pese a su tamaño y singularidad.
Hoy, un grupo de científicos y documentalistas ha decidido cambiar eso, usando drones submarinos y cámaras cinematográficas para registrar la biodiversidad oculta en esta región. Su misión: averiguar si este ecosistema sumergido puede servir como refugio para especies acuáticas amenazadas por los efectos ecológicos del cambio climático y la actividad humana.
El poder de un montículo submarino olvidado
El Superior Shoal fue cartografiado por primera vez en 1929, pero desde entonces ha recibido poca atención sistemática. Eso cambió cuando el profesor Michael Rennie, de la Lakehead University y fellow de investigación en el International Institute for Sustainable Development – Experimental Lakes Area, consiguió un subsidio para estudiarlo. Su objetivo es entender cómo la física de una “montaña” influye en la fauna acuática y los niveles de nutrientes en aguas de agua dulce, una pregunta que apenas ha sido tratada fuera del ámbito marino.
“Sabemos que en el océano, los montes submarinos pueden albergar mucha vida debido a cómo alteran las corrientes y distribuyen los nutrientes”, explica Rennie. “Queremos ver si sucede lo mismo aquí”.
Exploración audiovisual de una joya oculta
Para documentar esta misión científica, los cineastas Zach Melnick e Yvonne Drebert, de Inspired Planet Productions, se unieron a la expedición. Luego de filmar sus documentales anteriores sobre los impactos de los mejillones invasores en los Grandes Lagos, su atención se centró en estos “montículos de agua dulce”. Al enterarse del proyecto, prácticamente rogaron por embarcarse con Rennie.
Utilizan un robot submarino llamado Boxfish Luna, una maravilla tecnológica capaz de sumergirse hasta 500 metros. Es como un dron aéreo, pero bajo el agua. Lo interesante es que puede moverse como un pez, permitiendo exploraciones delicadas entre formaciones rocosas y hongos acuáticos.
“Los peces en el Superior Shoal eran increíblemente sociables con el robot”, cuenta Melnick. “Seguían los puntos láser del dron como si fueran gatos persiguiendo puntos rojos”.
Vida submarina entre las rocas volcánicas
Entre las criaturas captadas por el equipo están las hydras, que se asemejan a anémonas de mar pero en versión de agua dulce. Se adhieren a las rocas formando lo que parece un jardín submarino, donde sus tentáculos ondulan capturando diminutos zooplancton.
Además, observaron algas, peces, crustáceos y organismos microscópicos cuyo comportamiento empieza a formar patrones intrigantes. La pregunta que se hacen los investigadores es si esta zona podría representar un hábitat de renovación ecológica frente a los efectos devastadores que otras áreas de los Grandes Lagos están sufriendo.
“Nuestros lagos están enfrentando una crisis silenciosa”, alerta Drebert. “Las especies invasoras están acabando con las cadenas alimenticias y estamos perdiendo peces importantes como el whitefish o el bloater”.
¿Refugio ecológico para el futuro?
Una vez que se analicen los datos biológicos recolectados, Rennie espera entender hasta qué punto el Superior Shoal puede servir como un refugio para especies desplazadas. Si los resultados son prometedores, podrían impulsar campañas para otorgar a esta región un estatus especial de conservación.
“La conservación de hábitats es una estrategia clave para enfrentar la pérdida de biodiversidad”, dice Rennie. “Pero en los lagos, esta idea aún no ha sido suficientemente aplicada como sí ocurre en los océanos”.
Esta montaña lacustre se suma a otras elevaciones poco estudiadas en los Grandes Lagos como Stannard Rock (Lago Superior, cerca de Marquette), un montículo cercano a Tobermory (Lago Hurón) y el Midlake Reef (Lago Míchigan), considerados puntos calientes de vida para diferentes especies.
Ciencia, cine y conciencia
El trabajo de Melnick y Drebert no se limita al campo. Ya están trabajando en un nuevo documental, así como en una serie que abordará la importancia de estos montes subacuáticos y su papel en los ecosistemas lacustres. La idea es clara: usar el poder del cine para visibilizar un mundo que ha permanecido escondido justo por debajo de nuestros pies... o mejor dicho, bajo nuestras aguas.
“Historias como esta nos recuerdan que todavía hay lugares misteriosos y llenos de vida justo aquí, en nuestro propio ‘patio trasero’”, concluye Drebert. “Lo que descubramos puede influir profundamente en cómo gestionamos los recursos de agua dulce en América del Norte”.
Lo fascinante del Superior Shoal no es solo su tamaño o su rareza geológica, sino su capacidad potencial para ofrecer pistas sobre la resiliencia ecológica en un tiempo en que nuestros lagos, ríos y océanos enfrentan una presión histórica.
Descubrir lo que y quién vive en esta montaña sumergida podría transformar nuestra manera de ver los entornos de agua dulce. Quizá, bajo la superficie, se esconde el futuro de la conservación.