Ravens en crisis defensiva y sin Lamar Jackson: ¿Puede Baltimore evitar una temporada catastrófica?
Con una defensa plagada de lesiones y su mariscal estrella fuera, los Ravens enfrentan uno de los periodos más inciertos de su historia reciente. ¿Tienen lo necesario para sobrevivir este mar de adversidades?
El declive defensivo de Baltimore: de muralla impenetrable a blanco fácil
En la Navidad del 2024, los Baltimore Ravens ofrecieron una muestra dominante de su poderío defensivo al dejar a los Texans sin un solo punto ofensivo en una paliza 31-2. Menos de un año después, el panorama es radicalmente distinto: en apenas cuatro partidos de la temporada 2025, han permitido 133 puntos. El cambio es tan drástico como preocupante.
“Tenemos que mejorar. Es un deber”, declaró Zach Orr, coordinador defensivo de los Ravens. “Nadie puede bajar la cabeza ni sentir lástima. Estamos 1-3. No estamos jugando buen futbol, especialmente en defensa”.
La pérdida de múltiples piezas fundamentales ha dejado a Baltimore virtualmente irreconocible desde aquel muro defensivo. Marlon Humphrey, Kyle Hamilton, Roquan Smith e incluso el fullback Patrick Ricard están en la lista de lesionados. Y como si fuera poco, Lamar Jackson, el eje de la ofensiva y MVP de la NFL en 2019, también sufre de una distensión en los isquiotibiales.
Lamar Jackson: pieza clave en un equipo sin brújula
Desde su debut como titular en 2018, Jackson se ha convertido en el corazón de esta franquicia. Su estilo de juego eléctrico y poco convencional ha sido la diferencia entre la mediocridad y la contención. Sin él en cancha, el saldo es desolador: nueve derrotas en los últimos once partidos sin su presencia.
“Lamar es único”, dijo el ala cerrada Mark Andrews. “No hay nadie como él. Pero tenemos un núcleo ofensivo sólido y vamos a usar cada recurso disponible”.
Para intentar cubrir su ausencia, los Ravens trajeron en la pretemporada al experimentado Cooper Rush, exCowboy de Dallas. Aunque cumplidor, Rush está lejos de replicar el arsenal que ofrece Jackson.
Derrick Henry, el arma secreta de los Ravens que atormenta a los Texans
Una de las adquisiciones más sonadas de los Ravens en 2025 fue Derrick Henry. El histórico corredor, aún dominante, tiene un historial particularmente feroz contra los Texans, equipo al que enfrentó dos veces al año durante sus tiempos con los Titans.
Las cifras lo explican todo: 1.578 yardas terrestres en su carrera contra Houston y cuatro juegos de más de 200 yardas, incluyendo uno de 250 en 2020 que lo catapultó al exclusivo club de corredores de 2,000 yardas en una temporada.
“Es explosivo. Tienes que estar atento a cada movimiento suyo”, dijo el entrenador en jefe de los Texans, DeMeco Ryans.
Houston y Baltimore: dos equipos en caída libre
Tanto los Texans como los Ravens tienen récord de 1-3. Pero mientras Houston está en plena reconstrucción con el prometedor C.J. Stroud como mariscal de campo, Baltimore carga con otros estándares. Es un equipo que, incluso sin brillar, ha sido considerado contendiente cada año desde 2018.
Stroud ha sido cauto pero confiado: “Ambos estamos en búsqueda de victorias desesperadamente. Será una batalla, sin importar quién juegue”.
En su último enfrentamiento en Navidad, Houston fue completamente neutralizado, sin touchdown ofensivo. Pero Stroud y el novato corredor Woody Marks han demostrado flashes de dinamismo. En su más reciente partido contra Tennessee, Marks corrió 69 yardas con un touchdown y añadió otras 50 por aire con otra anotación.
Una defensa desmembrada: el talón de Aquiles
La defensa de Baltimore, históricamente temida, está ahora plagada de ausencias:
- Roquan Smith (isquiotibiales)
- Marlon Humphrey (pantorrilla)
- Kyle Hamilton (ingle)
- Nnamdi Madubuike (cuello) – fuera toda la temporada
- Nate Wiggins y Ronnie Stanley – participación limitada
Ante esta cascada de lesiones, el equipo ha tenido que promover a jugadores jóvenes y sin experiencia. El problema es que en la NFL, la experiencia y cohesión defensiva no se simulan; se ganan con tiempo y salud, dos recursos que escasean en Baltimore en este momento.
¿Se puede salvar la temporada?
Esto nos lleva a una pregunta crítica: ¿es posible que estos Ravens se sobrepongan a esta tormenta? Históricamente, equipos que comienzan 1-3 tienen solo un 14% de probabilidades de clasificar a los playoffs, según estadísticas de la NFL desde la expansión a 16 equipos por conferencia. En 2023, solo un equipo (los Bengals) lo logró.
A favor de Baltimore está su experiencia, especialmente en el cuerpo técnico. John Harbaugh es un entrenador con trayectoria, conocimiento del sistema y respetado por sus jugadores. También cuentan con veteranos como Mark Andrews, Derrick Henry y Calais Campbell, quienes pueden aportar liderazgo en momentos críticos.
Sin embargo, todo dependerá de cuánto tiempo estará fuera Lamar Jackson y la evolución del estado físico de Humphrey, Smith y Hamilton. Con tres de sus siguientes cinco partidos frente a rivales divisionales, una mala racha podría sellar su destino antes de llegar a noviembre.
La presión sobre Todd Monken y el plan ofensivo
Lo que no se explica es el pobre aprovechamiento de Henry en los primeros juegos. La semana pasada apenas registró 8 acarreos, un número alarmante teniendo en cuenta que Jackson estaba limitado. El coordinador ofensivo Todd Monken admitió haber errado:
“Debimos correr más. Tenemos buenos jugadores ahí y debemos ponerles el balón en las manos”.
No hay duda que contra Houston, la estrategia será simplificar: entregar a Henry, controlar el reloj y evitar errores del mariscal suplente. A medida que se resuelva el caso Jackson, esto será el nuevo mantra ofensivo: simpleza, poder y resiliencia.
¿Quién es el próximo héroe?
Con Jaylen Waddle ahora como receptor principal en Miami y equipos como los Chiefs, Eagles y Bills como favoritos de conferencia, Baltimore necesita no solo sobrevivir, sino encontrar identidad en medio del caos. Tal vez nombres como Zay Flowers, Isaiah Likely o un Cooper Rush en su última oportunidad sean quienes logren tomar la posta.
La AFC está lejos de decidida, pero si los Ravens quieren formar parte de la conversación en enero, todo empieza esta semana ante Houston. Sin excusas. Sin tiempo que perder. Y sin su estrella bajo centro.