¿Estamos Viviendo una Nueva Burbuja Tecnológica? John Chambers y las Lecciones del Boom de la IA

El ex CEO de Cisco Systems analiza los paralelismos entre la fiebre del Internet de los 90 y la revolución de la inteligencia artificial en una era de transformación sin precedentes.

El eco del boom tecnológico: de los años 90 a la fiebre por la IA

John Chambers, ex CEO de Cisco Systems y uno de los líderes más reconocidos de Silicon Valley, ha sido testigo —y protagonista— de algunos de los momentos más vibrantes y catastróficos en la historia tecnológica contemporánea. A finales de los años 90, Cisco se convirtió en líder mundial en redes durante el auge del Internet, alcanzando una capitalización bursátil de $550 mil millones en marzo del año 2000. Y luego, en un abrir y cerrar de ojos, todo se desplomó.

Hoy, con 76 años, Chambers vuelve a sentir ese cosquilleo en el ambiente. Esta vez, sin embargo, el fenómeno lleva otro nombre: Inteligencia Artificial. Desde su silla como asesor de startups y capitalista de riesgo, el veterano ejecutivo ve en la IA tanto un potencial de oro como señales ominosas de una burbuja en gestación.

"Esto se mueve cinco veces más rápido que el Internet": el vertiginoso ritmo de la IA

Para Chambers, el paralelismo entre el furor por el Internet y la Inteligencia Artificial es evidente pero con un matiz diferencial clave: la velocidad. Según él:

"La IA se está desarrollando a cinco veces la velocidad del Internet y producirá tres veces más impacto"

Durante la revolución de la web, una startup solía tomarse dos años para desarrollar un producto y otro más para lanzarlo al mercado. Hoy, una empresa puede tener un prototipo funcional en semanas y colocarlo en el mercado en menos de un semestre.

El frenesí por adoptar, invertir y aplicar soluciones de IA ha elevado nuevamente los mercados bursátiles, recordando aquellas épocas de exuberancia irracional en las que las compañías tecnológicas cotizaban cifras astronómicas sin modelos de negocio sostenibles detrás.

La burbuja es real, pero todavía no ha explotado

Chambers no tiene dudas de que muchas de las empresas actuales no sobrevivirán:

"¿Habrá un descarrilamiento? Sí. Para aquellos que no puedan traducir la tecnología en una ventaja competitiva sostenible"

El problema, dice, no radica en la tecnología per se, sino en la capacidad de generar ingresos y mantener la relevancia a largo plazo. Muchas de las actuales startups enfocadas en IA se beneficiaron de una inyección masiva de capital gracias al hype. Pero, como ocurrió en los 2000, los inversionistas eventualmente querrán ROI reales.

El empleo en la era de la automatización

Uno de los aspectos más delicados del ascenso de la IA es su impacto en el mercado laboral. La advertencia de Chambers es clara y contundente:

"Vamos a destruir trabajos más rápido de lo que los podemos reemplazar"

Según estudios del Foro Económico Mundial, se espera que 83 millones de empleos desaparezcan a nivel mundial en los próximos cinco años debido a la automatización, aunque también se crearían alrededor de 69 millones de nuevos trabajos. Aún así, existe un vacío entre la destrucción y la creación, y en ese lapso millones podrían quedar excluidos del sistema productivo si no se actúa con rapidez.

¿La solución? Reinventar la educación

Chambers opina que, si bien la tecnología puede aumentar la productividad, los gobiernos y empresas tienen que colaborar para redefinir los sistemas educativos. La formación tradicional, segmentada por disciplinas rígidas y esquemas lentos, ya no funciona en un mundo donde el ciclo de innovación se ha reducido a 12 meses.

Se requiere una educación continua, multidisciplinaria y enfocada en habilidades digitales, pensamiento crítico, ética y creatividad. Los empleos de nivel inicial —tanto técnicos como administrativos— podrían ser absorbidos casi por completo por la automatización en la próxima década.

Una nueva selección natural empresarial

Según Chambers, este tsunami tecnológico será tan radical que incluso afectará a las corporaciones más consolidadas:

  • El 50% de las empresas del Fortune 500 podrían desaparecer.
  • La mitad de los ejecutivos de esas compañías no sabrán adaptarse.

“Están entrenados para ciclos de cinco años. Pero ahora se requiere adaptarse cada 12 meses”, enfatiza. En otras palabras, el modelo empresarial tradicional está en jaque.

Geopolítica, Estados Unidos y el temor a China

Más allá de Silicon Valley, Chambers también manifiesta su creciente preocupación por la rivalidad entre Estados Unidos y China. En su visión, el gigante asiático no juega con las mismas reglas. Y eso es desventajoso en una carrera por el liderazgo tecnológico.

"En China no hay propiedad intelectual, no hay regulación y no tienen reparos en usar el poder"

El veterano ejecutivo considera que los próximos cinco años serán “muy peligrosos” en esta relación de competencia. Los líderes tecnológicos y políticos deberán balancearse entre la protección de los intereses nacionales y la cooperación global, algo cada vez más complejo en un mundo interconectado pero fragmentado ideológicamente.

¿Podrá reincidir Silicon Valley en los mismos errores?

Chambers opina que Silicon Valley ha aprendido algo de sus errores pasados, pero teme que la locura por la IA opaque la prudencia:

  • En los años 90, la burbuja explotó porque las expectativas superaron a la tecnología disponible.
  • Hoy, la tecnología sí está a la altura, pero las aplicaciones sostenibles siguen siendo escasas.
  • La presión por escalar demasiado rápido puede llevar al mismo colapso.

"Las reglas del juego han cambiado, pero la avaricia sigue intacta", comenta.

¿Qué deberían hacer los CEOs actuales?

Chambers ofrece un consejo valioso: los líderes deben aprender a reinventarse constantemente. El miedo al cambio debe ser reemplazado por una cultura empresarial de agilidad, datos y colaboración interdisciplinaria.

Las empresas exitosas de esta década serán aquellas que:

  1. Inviertan en capacitación continua de sus empleados.
  2. Tomen riesgos calculados con IA.
  3. Priorizan el desarrollo responsable y ético de tecnología.
  4. Sean transparentes con sus clientes e inversionistas.

¿Es esta la era más incierta de la historia moderna?

"Sin duda. No hay precedente de una época como esta", afirma Chambers con rotundidad. Y todo parece indicarlo: cambios tecnológicos súbitos, crisis geopolíticas, modelos de negocio fugaces y una generación entera que deberá reinventarse cada década.

Pero esa incertidumbre también abre puertas. "Si nos adaptamos, podemos convertir esta era en la más próspera de la historia de la humanidad". La decisión está en manos de gobiernos, empresas y, sobre todo, personas comunes que se atrevan a desaprender para volver a aprender.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press