El Cierre del Gobierno de Trump: ¿Castigo Político o Estrategia Electoral?

Recortes selectivos, sombreros “Trump 2028”, y una reunión convertida en espectáculo: la estrategia de Trump con el cierre del gobierno divide incluso a sus aliados

Una oportunidad disfrazada de crisis

El presidente Donald Trump ha abordado el cierre del gobierno federal no como una crisis institucional que afecta a miles de trabajadores públicos, sino como lo ha descrito él: una "oportunidad sin precedentes" para reducir el tamaño del Estado, aplicar recortes presupuestarios agresivos y golpear políticamente a sus adversarios. Sin embargo, esta jugada ha generado una ola de repercusiones políticas —e incluso éticas— dentro y fuera de su propio partido.

Desde que comenzó el cierre, Trump ha cancelado más de $7.6 mil millones en subvenciones para proyectos de energía limpia en 16 estados que votaron por la demócrata Kamala Harris en las elecciones de 2024. A estos se sumaron $2 mil millones recortados a un proyecto crucial de tránsito público en Chicago. Además, amenaza con llevar la tijera a fondos en Portland, Oregón.

No se trata solo de una estrategia presupuestaria. Varios legisladores republicanos, entre ellos el senador Kevin Cramer de Dakota del Norte, han expresado su preocupación: "Es la mayor ventaja moral que los republicanos han tenido en mucho tiempo... y no me gusta desperdiciar ese capital político". Otros, como el senador Mike Rounds, han intentado desligarse de las decisiones del ejecutivo afirmando que apoyan una resolución temporal para evitar más dramas presupuestarios.

Mapa político bajo amenaza

Uno de los aspectos más controversiales de esta situación es el patrón de recortes selectivos hacia estados gobernados por demócratas, amenaza que algunos definen como un uso partidista y punitivo del poder ejecutivo. El senador demócrata de Oregón, Ron Wyden, lo dijo con claridad: "Literalmente tomó un mapa y señaló a todos los estados azules".

Los efectos políticos no se han hecho esperar. En California, uno de los más afectados, se ha eliminado $1.2 mil millones para el desarrollo del 'hydrogen hub', un proyecto con potencial para crear más de 200,000 empleos. Incluso distritos electorales donde los republicanos compiten ferozmente se han visto golpeados, como los de New York y New Hampshire.

Este ataque ha sido capitalizado inmediatamente por los demócratas. En Nueva Jersey, la representante Mikie Sherrill criticó la decisión de Trump de congelar los fondos para el túnel ferroviario entre Nueva York y Nueva Jersey, mientras que en Virginia, Abigail Spanberger acusó a la vicegobernadora republicana Winsome Earle-Sears de no proteger la economía del estado frente a los recortes.

Una Casa Blanca en modo confrontación

Lejos de buscar una solución rápida, la Casa Blanca está aprovechando el cierre como un instrumento político. Trump incluso compartió en redes sociales un video donde presentaba a su director de presupuesto, Russ Vought, como la 'Parca', simbolizando los recortes como si fueran una victoria política.

Las decisiones no solo tienen consecuencias económicas reales para proyectos de infraestructura, salud y energía, sino que afectan la moral institucional. El senador Gary Peters declaró que "los recortes han dañado seriamente las negociaciones en el Senado".

Aunque algunos senadores como Angus King, independiente por Maine, se han aliado ocasionalmente con los republicanos para apoyar proyectos de financiación, ha calificado los recortes como "tan partidistas que resultan risibles".

Un encuentro que se convirtió en reality show

En el marco de este impasse político, Trump organizó su primera reunión con los líderes del Congreso. Sin embargo, lejos de ser una conversación civilizada, la reunión fue viralizado por un detalle insólito: los gorrros "Trump 2028" que aparecieron repentinamente en el escritorio del presidente.

El líder demócrata Hakeem Jeffries incluso bromeó con el vicepresidente J.D. Vance, haciendo referencia al sombrero mientras le decía: "Oye, hermano, ¿tienes problemas con esto?". El ambiente, más de telerrealidad que de debate político, fue descrito por Jeffries como "totalmente carente de seriedad".

La teatralidad continuó incluso después del encuentro. Trump publicó un video editado donde aparecía Jeffries con un sombrero mexicano y bigote falso, considerado ampliamente como de mal gusto y con tintes racistas.

La salud como moneda de negociación

Durante la reunión, los demócratas llevaron como prioridad el rescate de subsidios de salud otorgados durante la pandemia, destinados a mantener bajos los costos de los seguros privados para millones de estadounidenses. Dichos subsidios expiran al final del año calendario y su ausencia podría duplicar las primas para muchas familias.

Sin embargo, según Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, Trump parecía desconocer el impacto de estos subsidios: "No sabía cuánto iban a subir las primas". Aunque algunos republicanos han dudado de esta afirmación, sí parece indicar una desconexión entre el presidente y las amenazas económicas reales que generan sus políticas.

"Tigre de papel": la metáfora que revivió Trump

Trump utilizó recientemente el término “tigre de papel” para burlarse del poderío militar de Rusia, acusándola de una guerra prolongada y poco efectiva en Ucrania. El término llamó la atención porque tiene raíces en la propaganda comunista china de mediados del siglo XX, siendo una de las frases favoritas de Mao Zedong para minimizar la amenaza de Estados Unidos y animar a sus tropas.

“Como historiador chino, me hizo reír”, comentó John Delury, académico de Asia Society. “La ironía de ver al presidente estadounidense usar un eslogan clásico del comunismo chino, cuando representa lo opuesto, es fascinante”.

En 1946, Mao dijo a la periodista estadounidense Anna Louise Strong que “la bomba atómica es un tigre de papel”. La frase pasó a la historia como símbolo de que algo puede parecer poderoso, pero carece de sustancia real. Hoy vuelve, usada entre Trump y Putin, en un mundo donde Xi Jinping observa desde Beijing como el adulto sensato en medio de pueriles bravuconadas.

Este reciclaje de conceptos comunistas por parte de un líder populista conservador tiene implicaciones geopolíticas, pero sobre todo demuestra cómo el lenguaje simbólico y la teatralidad se han vuelto herramientas clave en la estrategia política de Trump.

¿Jugada audaz o suicidio político?

El “One Big Beautiful Bill Act”, como Trump llamó a su paquete de recortes y medidas, se presenta como el símbolo de su segundo mandato: unilateral, agresivamente conservador e ideológicamente polarizante. Pero el backlash ha comenzado a sentirse en distritos cruciales, especialmente en estados como California y Nueva Jersey, donde la conexión de candidatos republicanos con Trump podría traducirse en derrotas electorales.

Como apuntó Hakeem Jeffries: "La crueldad que podrían liberar sobre los estadounidenses bajo el pretexto de un cierre solo terminará volviéndose en su contra".

Con una economía polarizada, recortes que cuestan empleos y una narrativa cada vez más performativa, la pregunta clave para Trump y los republicanos es si esta estrategia les garantizará el poder en 2026 o les pasará la factura en las urnas.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press