La moda toma el hielo: El nuevo código de vestimenta de la NHL es un triunfo del estilo sobre la tradición

De trajes impecables a sudaderas de diseñador, los jugadores de la NHL rompen esquemas y redefinen la identidad del hockey moderno

Un cambio de era en el hockey profesional

Durante décadas, la NHL ha presumido de ser una de las ligas deportivas más tradicionales, especialmente en cuanto a vestimenta. Los jugadores, vistos como embajadores del profesionalismo y la disciplina, estaban obligados a vestir trajes y corbatas al llegar a los estadios. Sin embargo, una nueva ola de modernidad acaba de romper el hielo —literalmente— con la flexibilización del código de vestimenta de la liga.

La decisión, incluida de forma anticipada en el marco del nuevo convenio colectivo entre la NHL y la Asociación de Jugadores, permite a los jugadores vestir lo que deseen en sus entradas a las arenas. Con ello, se abre la puerta a una revolución estilística que ya transformó ligas como la NBA y la NFL.

William Nylander y la estética escandinava

Uno de los primeros en celebrar este cambio fue William Nylander, delantero estrella de los Toronto Maple Leafs. “Los chicos pueden usar lo que quieran. Lo que los haga sentir cómodos para entrar a los partidos”, afirmó con entusiasmo.

Nylander, conocido tanto por su talento en el hielo como por su gusto por la moda, es frecuentemente visto en la línea de metro de Toronto vestido con atuendos sobrios pero estilosos, que lo hacen pasar casi desapercibido entre los oficinistas del centro. Ahora, con el nuevo código libre, puede elevar aún más su expresión personal.

La estética como herramienta de identidad

El cambio no es solamente superficial. Para muchos jugadores, esta libertad significa mucho más que comodidad: es una manera de mostrar quiénes son fuera del uniforme. Seth Jarvis, de los Carolina Hurricanes, lo explicó claramente: “La clave estará en la creatividad individual. Quienes tienen sentido del estilo van a hacer cosas geniales”.

Desde atuendos deportivos y streetwear contemporáneo hasta diseñadores de alta gama, las posibilidades son infinitas. Tal como en la NBA —donde jugadores como Russell Westbrook o Shai Gilgeous-Alexander se han convertido en íconos de moda—, la NHL podría estar gestando una nueva generación de referentes estéticos.

¿Adiós a los trajes? No tan rápido

A pesar del entusiasmo de muchos, existen voces dentro del vestuario que prefieren aferrarse a la tradición. Jack Hughes, del New Jersey Devils, comentó con humor: “Muchos tipos han gastado miles de dólares en trajes. Algunos llevan 15 años jugando; deben tener como 50 trajes”.

Otros jugadores también defienden el look clásico, citando razones simbólicas. Para ellos, usar traje y corbata representa disciplina, profesionalismo y respeto tanto al juego como a los aficionados.

El equilibrio entre la tradición y la evolución

Bill Daly, subcomisionado de la NHL, confirmó que algunos equipos hubieran preferido mantener control sobre el atuendo de sus jugadores. “Algunos clubes creen que deberían poder decidir cómo los jugadores se presentan al trabajo”, explicó. No obstante, la mayoría terminó por aceptar el cambio.

Este equilibrio se refleja en las palabras de Sam Montembeault, guardameta de los Canadiens de Montreal: “Probablemente usaré traje en casa. Pero en la carretera, tal vez algo más cómodo”.

El planteamiento lógico: adecuar el vestuario al contexto. Dentro de la liga hay consenso en que, mientras se mantenga una imagen profesional, cada quien puede mostrar su estilo propio sin que esto afecte la seriedad del juego.

“Estilo sí, pero sin perder la esencia”

Dustin Wolf, portero de los Calgary Flames, lo experimentó por sí mismo al presentarse al primer partido de pretemporada con suéter y pantalones negros. “Intenté algo diferente... pero me sentí subvestido”, reconoció. Una muestra de que la transición necesitará tiempo y confianza.

No todos los jugadores se sienten cómodos asumiéndose como referentes de moda. Algunos, como Morgan Rielly, se lo toman con humor: “Si empiezo a usar cosas que nunca he usado, mis compañeros van a decir ‘¿qué está pasando?’”.

El espejo de la NBA, la NFL y la cultura pop

No es casualidad que la NHL adopte ahora una postura más laxa en cuanto al dress code. Desde hace más de una década, la NBA ha capitalizado las entradas de sus estrellas al estadio como plataforma mediática. En redes sociales, las grandes páginas de moda deportiva —como LeagueFits, Nice Kicks o Slam Kicks— publican imágenes de los jugadores con atuendos vanguardistas que se viralizan rápidamente.

El NFL Draft se ha convertido en una pasarela de trajes personalizados. Jugadores como Joe Burrow o Patrick Mahomes generan conversación tanto por sus jerseys como por sus outfits fuera del campo.

La NHL tiene una oportunidad de oro para modernizar su imagen y captar una audiencia más joven y diversa, hambrienta por conocer el lado humano de sus ídolos. Tage Thompson, del Buffalo Sabres, lo resumió perfectamente: “Esto permite mostrar nuestra personalidad. Es justo lo que los fans quieren ver”.

Cuando la moda se vuelve narrativa

El vestuario también puede convertirse en un canal de comunicación. P.K. Subban, exjugador de la NHL y uno de los más carismáticos y fashionistas que haya tenido el hockey reciente, solía usar ropa con mensajes sociales o en homenaje a personajes históricos afroamericanos. En tiempos donde los atletas asumen posturas claras sobre temas sociales, qué visten también puede ser un acto político.

Las colaboraciones entre jugadores y marcas de moda están en auge. La relajación del dress code puede dar lugar a más acuerdos estratégicos entre jugadores y casas de moda como Balenciaga, Off-White, o incluso diseñadores locales que crean piezas exclusivas para estos atletas.

¿Y los aficionados? Todo parece indicar que aprueban

Un cambio cultural tan fuerte naturalmente provoca debate entre los más puristas del deporte. Sin embargo, las redes sociales han sido en general receptivas. La mayoría de los comentarios apuntan a lo positivo de humanizar e individualizar a los jugadores.

En un sondeo informal de Sportsnet, un 72% de los fans apoyaron permitir libre vestimenta para los jugadores, siempre que mantuvieran una imagen respetuosa.

Además, este nuevo enfoque puede ofrecer a la NHL un impulso comercial: productos inspirados en el estilo de los jugadores, alianzas con marcas de streetwear y coberturas especiales de moda en eventos como el All-Star Game o el Winter Classic.

Un nuevo capítulo en la evolución del hockey

El hockey, tradicionalmente blanco, frío y estructurado, está cruzando un umbral cultural importante. Romper el molde también puede significar atraer audiencias más diversas. Para muchas minorías y nuevos fans, ver a los jugadores como personas auténticas, con estilo e identidad, genera una conexión emocional más fuerte.

Y, si bien habrá quienes nunca renuncien al traje y la corbata, todo indica que el futuro de la NHL será más abierto, más colorido, y definitivamente más expresivo.

Así que la próxima vez que veamos a William Nylander caminando rumbo al estadio, es probable que no solo lleve su bastón de hockey, sino también un poco de alta costura sueca.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press