Mujeres al frente: ¿Está cambiando realmente el liderazgo religioso global?

En un mundo donde la fe aún rige la vida de millones, las mujeres siguen luchando por ocupar un lugar que históricamente se les ha negado: el liderazgo en las grandes religiones

¿Puede una mujer liderar una religión a nivel global? Para millones, esa pregunta todavía genera incomodidad, rechazo o debate. Pero la historia está en movimiento. Aunque la mayoría de las grandes religiones del mundo han estado dominadas por hombres durante siglos, voces femeninas comienzan a elevarse desde distintos rincones del planeta, cuestionando el status quo y abriendo paso a un liderazgo más equitativo.

Una mujer al frente del Anglicanismo

Por primera vez desde el año 597, una mujer tomará el cargo de mayor jerarquía dentro de la Iglesia de Inglaterra. La obispa de Londres, Sarah Mullally, se convertirá en la Arzobispa de Canterbury, liderando de esta manera no solo a su iglesia, sino también a la Comunión Anglicana mundial, que cuenta con más de 85 millones de fieles en más de 165 países.

Aunque el papel del Arzobispo de Canterbury es considerado como “el primero entre iguales”, su poder simbólico y espiritual es indiscutible. La elección de Mullally plantea preguntas y abre esperanzas: ¿podrían otras iglesias seguir su ejemplo?

Estados Unidos: El faro del progresismo protestante

Las iglesias protestantes en Estados Unidos han sido pioneras en la inclusión femenina. En 2006, Katharine Jefferts Schori fue elegida como obispa presidente de la Iglesia Episcopal, rama estadounidense del anglicanismo.

Otros hitos incluyen:

  • Elizabeth Eaton, primera mujer en liderar la Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA).
  • Tracy Smith Malone, actual presidenta del influyente Consejo de Obispos de la Iglesia Metodista Unida.
  • Karen Georgia Thompson, primera mujer en guiar a la Iglesia Unida de Cristo como ministra general y presidenta en 2023.

Pero no todo es avance. La Iglesia Bautista del Sur, la mayor denominación evangélica, continúa excluyendo a las mujeres de su clero. En esta denominación y en muchas otras iglesias evangélicas conservadoras, el liderazgo sigue siendo exclusivamente masculino.

El catolicismo y sus límites

En la Iglesia Católica, las mujeres no pueden ser ordenadas como sacerdotes ni diáconos. El argumento oficial es que Jesús eligió solo a hombres como apóstoles. Sin embargo, bajo el papado de Francisco ha habido señales tímidas de apertura.

Francisco permitió por primera vez que mujeres votaran en decisiones clave del Vaticano durante los sínodos. Además, nombró a mujeres en altos cargos administrativos, como la hermana Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Aún así, el sacerdocio femenino sigue siendo un tabú, sin perspectivas claras de cambio.

El judaísmo y su dualidad global

La situación en el judaísmo varía enormemente según la región y la denominación. En Estados Unidos, las ramas Reformista y Conservadora aceptan mujeres rabinas desde los años 70. En cambio, el judaísmo ortodoxo —dominante en Israel— continúa excluyendo a las mujeres del liderazgo religioso formal.

En 1972, Sally Priesand se convirtió en la primera rabina ordenada oficialmente en EE. UU., una revolución simbólica para la época. Desde entonces, cientos han seguido sus pasos. Pero en Israel, donde el control religioso está en manos de rabinos ortodoxos, la presencia femenina está rezagada.

Islam: Tradición y nuevas voces

En el Islam, el liderazgo clerical ha estado históricamente reservado a los hombres. La mayoría de los clérigos musulmanes, o imanes, son hombres, y las mujeres habitualmente no lideran la oración en congregaciones mixtas. Sin embargo, esta visión está empezando a ser desafiada.

En países como Estados Unidos, Suecia o Sudáfrica, han surgido comunidades donde mujeres lideran la oración o interpretan leyes islámicas. Algunas figuras destacadas son:

  • Amina Wadud, teóloga estadounidense, que en 2005 lideró una oración mixta y causó controversia global.
  • Sherin Khankan, fundadora de la primera mezquita dirigida por mujeres en Dinamarca.

No obstante, todavía predomina una interpretación patriarcal del Corán en muchas naciones, sobre todo aquellas con gobiernos teocráticos o leyes basadas en la sharía.

Hinduismo: Lideresas desde la espiritualidad

En el hinduismo, que carece de una jerarquía centralizada, el liderazgo depende más del carisma personal y el reconocimiento popular que de la estructura institucional.

Destacan figuras como Mata Amritanandamayi, conocida como “Amma”, una líder espiritual global que ha abrazado a millones en actos de sanación emocional. También existen mujeres dentro de la Orden Ramakrishna que lideran monasterios y centros espirituales tanto en la India como en Occidente.

No obstante, las mujeres siguen siendo minoría en los espacios de poder dentro de los templos y rituales públicos en India.

Buda, karma y patriarcado

El buddhismo, con sus múltiples escuelas, también ofrece ejemplos de mujeres en roles de liderazgo espiritual, aunque el camino ha sido largo y desigual.

En la tradición Soto Zen japonesa se puede encontrar a mujeres abbesas guiando monasterios. En el budismo tibetano, Tenzin Palmo es una monja occidental que fundó un convento para mujeres y es una de las voces más relevantes en la búsqueda del reconocimiento del linaje femenino.

A veces, las barreras religiosas tienen más que ver con tradiciones culturales patriarcales que con enseñanzas originales. El Buda permitió la creación de la Orden de monjas (Bhikkhuni), pero algunas ramas se han resistido a su restauración hasta la actualidad.

Sikhismo: espiritualidad igualitaria, liderazgo desigual

El sikhismo predica la igualdad entre hombres y mujeres desde su fundación. Sin embargo, en la práctica, los roles de liderazgo siguen siendo dominados por varones.

La Shiromani Gurdwara Parbandhak Committee, que administra muchos templos en India, ha tenido solo una presidenta mujer: Bibi Jagir Kaur (1999 y 2004). En algunos gurdwaras, las responsabilidades de portar el palanquín sagrado o dirigir el kirtan han estado limitadas a hombres, aunque eso está cambiando en diásporas, como la norteamericana.

Religiones africanas y afrodescendientes

En religiones como el candomblé, santería o vudú, las mujeres pueden llegar a ser iyalorixás o sacerdotisas supremas. Estas religiones de raíz africana, muchas veces sincréticas y descentralizadas, cuentan con una tradición de liderazgo femenino, especialmente en comunidades donde las estructuras matriarcales persisten.

En Brasil, Mãe Stella de Oxóssi fue una de las líderes religiosas más respetadas, y su rol trascendió los límites del templo. Estas tradiciones ofrecen un espejo distinto al de las religiones abrahámicas; uno donde lo femenino y lo sagrado conviven con mayor fluidez.

¿Hacia una nueva era de espiritualidad compartida?

El camino hacia el liderazgo religioso de las mujeres está lleno de obstáculos, pero también de avances discretos que apuntan a un cambio más profundo.

Como lo dijo la activista y teóloga musulmana Asma Barlas: "No es que el islam impida el liderazgo femenino, sino que las interpretaciones patriarcales del islam lo han hecho". Esta afirmación es aplicable a muchas religiones que, más allá de sus textos sagrados, han sido influenciadas por contextos sociopolíticos machistas.

Si el siglo XX fue el de las revoluciones civiles, quizás el XXI será el de las revoluciones espirituales. Será en los templos, iglesias, sinagogas, mezquitas y santuarios donde se jugará una de las batallas éticas más importantes de nuestro tiempo: quién tiene derecho a guiar a la humanidad en su búsqueda de sentido trascendente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press