Proyecto 2025: El Nuevo Manual de Gobierno de Trump y su Impacto en la Política de EE.UU.

Cómo un viejo plan ultraconservador está marcando la agenda del segundo mandato de Donald Trump bajo una nueva narrativa de poder presidencial sin límites

Un giro político que nadie vio venir (¿o sí?)

Uno de los grandes enigmas de la política estadounidense contemporánea se llama Donald Trump. Y dentro de esa incertidumbre permanente, pocos pensaron que el expresidente abrazaría abiertamente las doctrinas de Project 2025, una hoja de ruta elaborada por la Heritage Foundation para transformar radicalmente el gobierno federal. Luego de pasar meses tomando distancia de dicho plan durante su campaña presidencial de 2024, Trump ahora lo bendice, lo impulsa y lo convierte en herramienta central de gobierno.

Pero lo que comenzó como un “plan de locos fanáticos” —palabras que algunos conservadores usaron en privado—, hoy se asoma como la política oficial de un segundo mandato, con la Casa Blanca presionando despidos masivos, rediseñando agencias federales, y utilizando el shutdown gubernamental como herramienta de reconfiguración institucional.

¿Qué es el Proyecto 2025?

Project 2025 es un documento de más de 900 páginas creado por la Heritage Foundation y redactado por exfuncionarios de la administración Trump bajo la premisa de que el “estado administrativo” de Estados Unidos debe ser desmantelado y reemplazado por un gobierno centrado en el poder presidencial. Los objetivos incluyen:

  • Despedir a miles de burócratas considerados no cooperativos.
  • Concentrar el poder en la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB).
  • Eliminar agencias que “reproducen ideologías progresistas”.
  • Restringir el acceso a ciertos medicamentos, promover la moral religiosa y prohibir contenidos como la pornografía.

Tal como fue diseñado, el proyecto reconocía que una presidencia como la de Trump, dispuesta a actuar con decisión y sin temor al costo político, sería su vehículo natural.

De “No lo conozco” a “Mi plan de gobierno”

Durante 2023 y parte de 2024, Trump negó cualquier asociación con el plan: “No sé quiénes son. No estoy de acuerdo con muchas de sus ideas. Me parecen absurdas”, dijo públicamente.

Pero en septiembre de 2025, publicó en su red Truth Social: “Me reuniré con Russ Vought, de la fama del Proyecto 2025, para determinar qué agencias demócratas se recortan. ¡La mayoría son una estafa política!”

¿Qué cambió de un año a otro? En tres palabras: control, eficacia, venganza.

Russ Vought y los arquitectos del nuevo gobierno

El exdirector de la OMB bajo la primera presidencia de Trump, Russ Vought, es considerado uno de los cerebros detrás de este retorno triunfal del Proyecto 2025. Su visión quedó clara:

“El director [del OMB] debe ser la mejor y más fiel aproximación de la mente del presidente”.

Vought ya no solo es consejero; ahora se encuentra al frente de la reforma administrativa, preparando despidos masivos y recortes presupuestarios dirigidos.

Junto a él figuran nombres como:

  • Stephen Miller, arquitecto de la política antiinmigración.
  • John Ratcliffe, exdirector de Inteligencia Nacional, ahora a cargo de la CIA.
  • Tom Homan, “zar de la frontera” y mano dura en seguridad nacional.

Todos contribuyeron a secciones clave del proyecto y ahora ocupan posiciones centrales en el nuevo gabinete.

Un shutdown como herramienta de gobierno

El cierre del gobierno federal, lejos de ser una situación perjudicial para Trump, ha sido usado de manera estratégica para reevaluar qué agencias y programas deben seguir existiendo. En una llamada privada con legisladores republicanos, Vought indicó que en vez de los clásicos furloughs temporales, el plan actual es iniciar despidos masivos.

Además, el cierre ha servido para:

  • Cancelar $8 mil millones en proyectos de energía limpia en estados con senadores demócratas.
  • Retener $18 mil millones destinados a infraestructura en Nueva York.

Estos movimientos no son neutros: afectan a ciudades progresistas, debilitan estructuras enemigas, y reafirman que el presidente tiene el poder de decidir quién y qué es “esencial”.

Demócratas furiosos... y sin sorpresas

Joe Biden y Kamala Harris advirtieron sobre el Proyecto 2025 durante sus campañas. Incluso llevaron una réplica gigante del libro a la Convención Nacional Demócrata para ilustrar los peligros de otro mandato trumpista.

Donald Trump y sus secuaces mintieron descaradamente sobre el Proyecto 2025, y ahora nos están llevando de cabeza a ese abismo”, dijo Ammar Moussa, exvocero demócrata.

Shalanda Young, directora del OMB bajo Biden, declaró: “Supongo que teníamos razón, pero no me hace sentir mejor. Estoy furiosa de que esto esté ocurriendo.”

Mike Johnson y la entrega del Congreso

El líder de la Cámara, Mike Johnson, fue tajante: el cierre del gobierno ha puesto todo en manos del Ejecutivo. “Schumer ha entregado las llaves del reino al presidente”, sentenció.

Las palabras tienen soporte legal dudoso. Según Young: “La Constitución no le da ese poder a la Casa Blanca, y el Congreso está traicionando su papel de contrapeso”.

¿El síndrome de Nixon redivivo?

En la década de 1970, Richard Nixon intentó sin éxito centralizar el poder del Ejecutivo con la llamada “presidencia imperial”. Lo que Nixon preparó en teorías y decretos, Trump parece ejecutarlo ahora con una burocracia leal y estratégica a través del Proyecto 2025.

Históricamente, las grandes transformaciones políticas han requerido más que líderes carismáticos: han necesitado planificación técnica, redes institucionales y oportunidades extraordinarias. En 2025, Trump parece tener los tres ingredientes.

¿Qué viene después?

Los objetivos no han terminado:

  • Eliminar protecciones laborales para servidores públicos.
  • Anular la independencia de agencias reguladoras como la FCC, SEC y EPA.
  • Imponer valores tradicionales en educación y cultura desde el gobierno central.

Como dijo Paul Dans, uno de los autores del plan: “Es gratificante. Hicimos este trabajo exactamente para este propósito: tener a alguien como Trump listo para comenzar desde el Día Uno.”

Un laboratorio de autoritarismo democrático

La paradoja es clara: una democracia usando sus propias instituciones para desmontar elementos democráticos.

Con un Congreso disfuncional, una Corte Suprema que ha tomado posturas conservadoras en temas clave y una ciudadanía agotada políticamente, el terreno está fértil para experimentos profundos. “Vought tiene un plan, y ese plan va a darle más poder a Trump. Esto será una pesadilla para los demócratas”, declaró el senador Mike Lee (R-Utah).

¿Y los votantes? Con una economía estable (de momento) y un Congreso dividido, puede que muchos no vean el cambio estructural hasta que ya sea irreversible.

Porque como dijo Young con amarga resignación: “Las llaves están perdidas. Se fueron por una alcantarilla.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press