Trump, Gaza y el Nobel de la Paz: ¿Diplomático audaz o ambición desmedida?

Análisis del nuevo ultimátum de Donald Trump para Hamas, su plan de paz en Gaza y el debate sobre su candidatura al Nobel de la Paz

Un nuevo ultimátum desde Washington

El expresidente Donald Trump, actual candidato presidencial republicano en Estados Unidos, ha lanzado una nueva ofensiva mediática y política con su última propuesta de paz en Gaza. Esta vez, emitió un ultimátum directo a Hamas: aceptar su plan antes del domingo a las 6:00 p.m. hora de Washington o enfrentar una respuesta militar sin precedentes. En sus propias palabras:

“Si este ACUERDO DE ÚLTIMA OPORTUNIDAD no se alcanza, todo el INFIERNO, como nunca antes se ha visto, se desatará contra Hamas. HABRÁ PAZ EN MEDIO ORIENTE DE UNA FORMA U OTRA”.

La propuesta, presentada conjuntamente con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, plantea que Gaza sea gobernada temporalmente por un comité presidido por el propio Trump y con la participación del ex primer ministro británico Tony Blair. Además, el plan contempla que:

  • Los civiles palestinos no sean desalojados de Gaza
  • Hamas debe desarmarse y liberar a todos los rehenes
  • Los combatientes sobrevivientes podrán abandonar Gaza bajo supervisión internacional

El grupo islamista ha respondido que estudiará la propuesta, mientras Trump ha incrementado la presión, asegurando que la mayoría de los militantes de Hamas están cercados y que está listo para dar la orden de ataque en caso de no cumplirse el acuerdo.

Un nuevo intento de afirmarse como pacificador global

Esta propuesta y su retórica vinculada no son aisladas: forman parte de una campaña estratégica y concertada de Trump para presentarse nuevamente como hombre de paz, justo cuando la entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 aparece en el horizonte. El magnate ha sido propuesto varias veces como candidato al galardón, especialmente tras su papel en los Acuerdos de Abraham, que normalizaron las relaciones entre Israel y varios estados árabes en 2020.

Sin embargo, expertos en el comité del Nobel advierten que los criterios del premio se centran más en esfuerzos multilaterales, sostenibles y discretos que en protagonismo político. Como apunta Theo Zenou, historiador y experto en política internacional:

“Hay una gran diferencia entre detener una guerra a corto plazo y resolver las causas profundas del conflicto”.

¿Es el plan Trump realmente viable?

La propuesta de Trump tiene elementos novedosos, pero también está plagada de objeciones logísticas, éticas y estratégicas. A diferencia de anteriores esfuerzos liderados por Estados Unidos o mediadores internacionales como la ONU, este plan propone una imposición directa de autoridad externa en Gaza, con control temporal bajo figuras occidentales.

Esto ha generado rechazo en el mundo árabe e incluso en sectores diplomáticos europeos. Palestina considera la propuesta una forma de neocolonialismo moderno. Sectores críticos sostienen que la figura de Trump como pacificador es incompatible con su historial político, que incluye:

  • Retirada del acuerdo nuclear con Irán
  • Apoyo incondicional a la expansión de los asentamientos israelíes
  • El traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, una decisión altamente polémica

Además, la desmilitarización de Hamas y la liberación de rehenes forman parte de demandas tradicionales israelíes, pero no han sido aceptadas nunca por el grupo islamista sin concesiones significativas, especialmente el fin del bloqueo y apertura total de fronteras.

¿Puede Trump ganar el Nobel de la Paz?

La imagen de Donald Trump como aspirante al Nobel ha generado una mezcla de escepticismo, burla y debate. Desde su primer mandato, ha manifestado públicamente que “todo el mundo dice que debería ganarlo”, lo cual no está permitido por las reglas del Nobel, ya que uno no puede nominarse a sí mismo.

Aunque figuras como la congresista estadounidense Claudia Tenney o incluso el primer ministro Netanyahu han respaldado su candidatura, la mayoría de los expertos considera improbable que el comité noruego lo premie, principalmente por las críticas a su:

  • Desprecio por el multilateralismo
  • Negación del cambio climático
  • Política agresiva y unilateral

La directora del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, Nina Græger, resume así esta dificultad:

“Sus declaraciones no apuntan en una dirección pacífica. Es poco probable que el comité quiera ceder ante la presión política o mediatización del proceso”.

Un contexto geopolítico cada vez más polarizado

Lo que está en juego es mayor que el premio Nobel: Trump parece imaginarse como la pieza clave para rediseñar el equilibrio estratégico de Medio Oriente. En un momento en que la Unión Europea está dividida, con figuras como Viktor Orbán en Hungría y posibles aliados como Andrej Babiš en la República Checa adoptando posturas euroescépticas, la diplomacia estadounidense bajo Trump podría reconfigurarse como una fuerza personalista y nacionalista.

El conflicto en Gaza, iniciado en octubre de 2023 tras un ataque de Hamas a Israel, ya ha causado miles de muertos y desplazamientos masivos. En ese sentido, esta iniciativa puede ser vista también como un intento de Trump para retomar el centro de la escena internacional de cara a las elecciones estadounidenses de 2024.

¿Oportunismo político disfrazado de paz?

Hay quien sostiene que el verdadero objetivo de Trump es reposicionarse como líder global. Al igual que cuando organizó las cumbres con Corea del Norte, su estrategia parece moverse entre los actos de alto dramatismo y la búsqueda de reconocimiento personal más que por lograr equilibrios duraderos.

En su propio discurso en la base militar de Quantico, Trump dijo:

“¿Conseguirás el Premio Nobel? Absolutamente no. Se lo darán a alguien que no ha hecho absolutamente nada”.

Con esa frase, deja entrever que se siente víctima de un sistema injusto, pero también refuerza su narrativa electoral de “hombre de acción contra las élites globales”.

Una “última oportunidad” que parece más propaganda que diplomacia

La amenaza de Trump no es menor: promesas de ataques devastadores si no hay acuerdo este fin de semana. Pero en diplomacia, ultimatums rara vez conducen a acuerdos sostenibles. Coaccionar públicamente a una organización como Hamas suele tener el efecto contrario al deseado: afianzar posturas y complicar los consensos.

Además, si bien Israel podría ver con buenos ojos una ofensiva militar reforzada, el resto de la comunidad internacional —incluyendo aliados europeos y países árabes moderados— plantea dudas serias sobre la efectividad y legitimidad del plan Trump.

La historia ha demostrado que la imposición unilateral de acciones no trae verdaderas soluciones de paz. El conflicto israelí-palestino ha durado más de 75 años precisamente por la imposibilidad de encontrar equilibrios justos, reconocimientos mutuos y respeto por la autodeterminación.

¿Será recordado como pacificador o provocador?

Trump sin duda pasará a la historia, pero la pregunta es con qué legado: ¿El hombre que resolvió uno de los conflictos más antiguos del mundo o el presidente narcisista que usó la paz como herramienta electoral?

La respuesta dependerá, en parte, de cómo evolucione la situación en Gaza, del resultado de las elecciones estadounidenses y de si realmente consigue reducir —o aumentar— la tensión en Medio Oriente. El Premio Nobel de la Paz será anunciado este viernes, y aunque su candidatura tiene respaldo político, su trayectoria no parece ajustarse a los valores que históricamente ha promovido el comité noruego.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press