Bronny James y el Desafío de Construir un Legado Propio en la NBA
Entre altos, bajos y mucho trabajo, el hijo de LeBron empieza a marcar su propio camino en los Lakers
Un apellido que pesa como el oro
Desde el momento en que Bronny James, el hijo mayor de LeBron James, tocó un balón profesional en la NBA, las expectativas fueron descomunales. No sólo se mantenía en la sombra de su legendario padre, sino que cargaba con la esperanza de redefinir lo que significa ser 'el hijo de una leyenda'.
Su debut oficial en la pretemporada de los Los Angeles Lakers en octubre de 2024 en Palm Desert, California, fue un acto casi ceremonial. Un año después, pisó el mismo parquet con la determinación de demostrar que su evolución va más allá del apellido que porta en la espalda. Esta vez, la prensa ya no le brindó la atención de un fenómeno mediático, y eso podría ser justo lo que Bronny necesitaba para comenzar a escribir su propia historia.
Del debut histórico a la realidad del crecimiento
El debut conjunto con LeBron fue recibió la euforia de millones de aficionados: padre e hijo jugando en el mismo equipo de NBA. Fue un momento icónico que rompió generaciones. Sin embargo, lo verdaderamente fascinante es observar cómo Bronny ha enfrentado la presión mediática y deportiva sin perder el foco: desarrollarse como jugador.
En el reciente inicio de pretemporada, Bronny jugó 23 minutos en la derrota 103-81 ante los Phoenix Suns, en un duelo sin Luka Doncic ni su propio padre en cancha. Terminó con apenas 1 tiro acertado de 12 intentos. Pero lo importante, más allá de los números, es la lectura que el jugador y su entorno técnico hacen del rendimiento.
“Definitivamente me sentí más cómodo, especialmente con el balón en mis manos”, dijo Bronny tras el juego. “Estoy tratando de encontrar mi sitio, sentirme mejor en el sistema, colaborar con defensa fuerte y juego colectivo”.
JJ Redick y el enfoque en el desarrollo
Mucho del progreso de Bronny ha sido posible gracias a la conciencia de quienes lo rodean. El nuevo entrenador de los Lakers, JJ Redick, ha trazado una visión muy clara sobre el joven jugador, evaluando su desarrollo con lupa pero sin urgencias.
“Bronny es hoy un jugador diferente al del año pasado”, aseguró Redick. “El trabajo que hizo en la G League fue clave. Está más confiado, más hábil, más consciente de las lecturas del juego. Eso no se consigue sólo en entrenamientos individuales, sino en partidos 5 contra 5”.
Durante la temporada anterior, Bronny jugó 27 partidos en la NBA, pero fue en la G League donde promedió 21.9 puntos y 5.5 asistencias por partido, una performance que lo transformó en uno de los talentos más observados en el sistema de desarrollo.
Los desafíos de ser el hijo de "The King"
Si existe una cruzada mental constante para Bronny, es la comparación inevitable con su padre. LeBron James debutó en la NBA con apenas 18 años como una superestrella inminente. Bronny, sin embargo, está tomando un sendero mucho más artesanal, casi contrapuesto al de su progenitor.
Esta diferencia no lo hace menos valioso ni lo aleja del potencial, sino que revela otra forma de madurar en la liga. La NBA de hoy, más mediática, más exigente, también permite historias que construyen a fuego lento, y Bronny parece estar diseñando una que apunta más a la longevidad que a los titulares rápidos.
¿Ilusión o realidad? Las oportunidades en temporada regular
El plantel de los Lakers para la temporada 2025-26 es competitivo. Jugadores como Austin Reaves (máximo anotador del partido con 20 puntos), Deandre Ayton y la versatilidad de Rui Hachimura forman una base sólida. Pero también implica competencia feroz por los minutos. Redick lo sabe, y por eso pone el foco en tareas sin balón, en “los no negociables”, como llama Bronny a las pequeñas ‘victorias’ que no siempre aparecen en el boxscore: defender bien, posicionarse correctamente, y dar esfuerzo constante.
Como dijo él mismo tras el partido ante los Suns:
“Estoy tratando de ganarme un lugar con esfuerzo. Puede que no haya muchas oportunidades durante la temporada, así que cada minuto cuenta”.
¿Qué dice la estadística de los ‘hijos de’? Un universo complejo
Bronny no es el primer hijo de una estrella NBA en la liga, pero sí el más seguido. Casos como Stephen Curry (hijo de Dell Curry) o Klay Thompson (hijo de Mychal Thompson) prueban que el legado familiar puede ser combustible, no obstáculo. Pero también existen otros como Tim Hardaway Jr. o Gary Payton II, quienes necesitaron años para hacerse un nombre propio tras ser etiquetados como hijos de leyendas.
Según un estudio de ESPN, sólo un 17% de los jugadores de segunda generación logran mantenerse en la NBA más de cinco temporadas. Sin embargo, cuando lo hacen, suelen convertirse en jugadores de rol altamente respetados por su ética de trabajo y comprensión táctica.
¿Qué debe mejorar Bronny?
En el papel, Bronny tiene un perfil ideal para el juego moderno: base/escolta combo, con corte atlético, defensa intensa y tiro perimetral en construcción. Su problema más evidente hoy es la eficiencia en el tiro. En el partido ante Phoenix Suns acertó sólo un triple de ocho intentos totales (7 desde larga distancia). Fue autoconsciente incluso en la autocrítica: “Sentí que estaban bien tomados, pero mis piernas no estaban. Muchos tiros quedaron cortos”.
Además, necesita mejorar su control del tiempo de juego y lecturas en transición, dos atributos que llegan con experiencia y minutos.
La sombra gigante de LeBron, pero también su guía
Algo que diferencia la historia de Bronny respecto de otros hijos de estrellas es la presencia activa del padre en tiempo real. LeBron no está retirado ni ausente: está jugando su temporada número 23, y cada día comparte camerino, avión y vestuario con su hijo primogénito. Eso puede ser proclive a la presión... o fuente inagotable de mentoría directa.
El hecho de que ambos compartieran cancha en partido oficial ya fue una línea histórica en los libros de la NBA. Pero ahora es el tiempo de Bronny.
Lo que viene para los Lakers y para Bronny
Los próximos partidos de pretemporada sin Luka Doncic (sí, ahora en los Lakers) ni LeBron abren ventanas de oportunidad para que Bronny aumente su tiempo en cancha. La meta inmediata es llegar a los 15-20 minutos efectivos de calidad, desarrollando su confianza y química con el resto del roster.
Su rendimiento será evaluado con una lupa, pero ahora con otros parámetros: progresión interna, madurez táctica y resiliencia emocional. Como dice JJ Redick: “Hay una gran diferencia entre mejorar técnica individual y hacerlo en el contexto completo de un juego.”
¿Está Bronny preparado para su propio legado?
Las luces de Hollywood seguirán girando a su alrededor, inevitablemente. Pero Bronny James no busca imitar. Busca crecer, sobresalir y dejar su huella... sin necesidad de superar a LeBron, sino demostrando que es un jugador con identidad, talento y futuro.
El viaje recién comienza. Y tal vez, sólo tal vez, estamos presenciando la construcción silenciosa de un nuevo tipo de estrella.