El arte de cultivar calabazas gigantes: pasión, ciencia y una pizca de locura

Cómo la fiebre de las calabazas gigantes transforma jardines en laboratorios y agricultores en artistas

Una calabaza más pesada que un coche pequeño

En un tranquilo jardín de Wappingers Falls, Nueva York, Tony Scott, un ingeniero de semiconductores, ha conseguido cultivar una calabaza de proporciones colosales: 1.931 libras (equivalente a 876 kilogramos). Esta descomunal hortaliza, que pesa más que un coche compacto, no solo es una atracción otoñal, sino también el resultado de un riguroso proceso científico y de cuidado minucioso.

Nunca he visto algo crecer tan rápido”, expresa Scott con una mezcla de asombro y orgullo. Y es que para quienes cultivan calabazas gigantes, ver cómo un fruto gana 20 kg en un solo día es una fuente inagotable de fascinación.

Más que jardinería: una pasión científica

El mundo de las calabazas gigantes es un subuniverso donde la ciencia agrícola, la genética vegetal y la pasión personal convergen. Para comenzar, no vale cualquier semilla. Como explica Scott, muchos cultivadores recurren a las semillas Atlantic Giant, una variedad desarrollada específicamente por su capacidad de producir frutos de tamaño monstruoso.

Una vez seleccionada la semilla, se inicia una verdadera maratón de cuidados: riego constante, suelos enriquecidos con nutrientes específicos, temperaturas controladas y un sistema de poda que permite que toda la energía de la planta se concentre en un solo fruto. “Hay que quitar los frutos más pequeños para que todos los recursos se concentren en uno solo”, explica Aleca Borsuk, científica del New York Botanical Garden.

Calabazas XXL y cómo crecen

Las calabazas gigantes tienen un sistema interno de transporte de agua y nutrientes más eficiente que el de sus primas más pequeñas. Pueden absorber cientos de litros de agua diariamente, gracias sobre todo a un sistema radicular denso y eficaz.

Además, su forma también refleja las leyes de la física. A diferencia de otras frutas, las calabazas gigantes no crecen en altura, sino a lo ancho, aplastándose como enormes panqueques. Esto ocurre por la influencia de la gravedad, que impide que el fruto sostenga su propio peso si creciera verticalmente. Por eso, suelen verse como monstruos anaranjados de formas irregulares, muchas veces pálidos, ya que sus cultivadores los protegen del sol para evitar que la piel se endurezca prematuramente.

Una carrera contra el tiempo

Hay un límite natural para cuánto puede crecer una calabaza. Según Borsuk, incluso con las mejores condiciones, llegados a cierto punto, el envejecimiento celular y el agotamiento de la planta imponen el final del crecimiento. “No, no pueden crecer para siempre”, señala.

Así que los cultivadores, como Scott, cronometran sus esfuerzos para que el tamaño máximo coincida con las competencias de pesaje. Estas se celebran entre septiembre y octubre, en el marco de ferias agrícolas, festivales de Halloween y eventos comunitarios.

Concursos, premios y comunidad

Las calabazas gigantes no solo crecen por amor al arte. Existen competencias de pesaje organizadas por organismos como la Great Pumpkin Commonwealth (GPC), que regula eventos alrededor del mundo.

Los récords internacionales son impresionantes: la calabaza más pesada del mundo hasta ahora fue cultivada por Stefano Cutrupi en Italia en 2021, y llegó a pesar 1.226 kg. En Estados Unidos, el récord nacional lo ostenta Travis Gienger de Minnesota con una calabaza de 1.247 kg (2.749 libras) en 2022.

¿Premios? Además del prestigio, algunos concursos ofrecen miles de dólares en efectivo. En algunos casos, se llega a pagar 10 dólares por libra si la calabaza rompe el récord del evento. Y no solo se trata de dinero: pertenecer al círculo de “pesadores de calabazas” es formar parte de una hermandad peculiar y apasionada.

Del jardín al evento: estrellas rodantes

Una vez pesa su calabaza, Scott no se deshace de ella de inmediato. La monta en un tráiler especialmente adaptado y la lleva a ferias temáticas, donde el fruto se convierte en el protagonista central. A menudo esculpen rostros o escenas fantásticas en ella, o la exhiben como obra de arte vegetal.

En muchas ocasiones, mientras la transporta, los coches lo detienen para preguntarle: “¿Eso es real?”. Él responde entre risas: “¿Dónde comprarías una falsa tan grande?”.

Una guerra silenciosa: enemigos del huerto

Detrás del crecimiento prodigioso de cada calabaza gigante hay una batalla constante contra la naturaleza. Scott ha instalado paneles reflectantes para redirigir la luz, pero también trampas y figuras de lobos falsos para ahuyentar a los ciervos.

En un año, una marmota me devoró el tallo central, y fue devastador”, recuerda. Además, unos cuantos mordiscos de un animal pueden dejar una marca o deteriorar la estructura del fruto, lo cual descarta la calabaza de la competencia.

¿Por qué alguien cultivaría una calabaza gigante?

Parece una actividad curiosa e incluso absurda para quien no está familiarizado con ella. Sin embargo, quienes se embarcan en el cultivo de calabazas gigantes lo hacen por múltiples razones:

  • Pasión botánica: el dominio de técnicas de cultivo avanzadas.
  • Competencia sana: participar en circuitos internacionales.
  • Unidad familiar: muchos lo hacen con hijos y nietos.
  • Reconocimiento local: son celebridades otoñales en pueblos rurales.

En palabras de Scott: “Cada año es una mezcla de esperanza, desesperación y alegría. No hay nada como ver cómo un fruto alcanza 800 kg delante de tus ojos”.

Puedes hacerlo tú también

¿Te interesa intentar cultivar una? Aquí algunos consejos básicos para emprender tu camino hacia una calabaza récord:

  1. Elige la semilla adecuada: busca variedades Atlantic Giant certificadas.
  2. Prepara el terreno: necesitarás un suelo profundo, húmedo y rico en nutrientes.
  3. Controla el agua: la clave está entre el riego excesivo y el déficit. Usa riego por goteo o aspersores controlados.
  4. Protege la planta: evita plagas, animales, y controla la exposición solar excesiva.
  5. Poda inteligentemente: céntrate en un solo fruto para maximizar el tamaño.

Con paciencia, dedicación y un poco de suerte, quizás algún día seas tú quien transporte una calabaza tan grande como un jacuzzi en la parte trasera de una camioneta.

Final épico: de calabaza a leyenda

Los frutos gigantes terminan sus días de formas curiosas: algunos se tallan en espectaculares esculturas, otros se donan a centros comunitarios y, en ocasiones, sirven para obtener semillas valiosas que se subastan entre cultivadores. En 2023, una sola semilla de una calabaza récord se vendió por **150 dólares**.

Más allá del tamaño, la calabaza gigante es una metáfora del espíritu agrícola que combina ciencia, pasión y arte. En tiempos donde lo rápido y lo digital dominan, ver crecer algo tan enorme y tan vivo es, sencillamente, una forma de volver a conectarse con la tierra.

¡Y quién sabe!, quizá el próximo año te unas tú también a esta dulce e insólita fiebre otoñal.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press