El auge de las baterías de litio y las tensiones comunitarias: ¿innovación o riesgo latente?

El futuro de la energía renovable depende del almacenamiento, pero comunidades en EE.UU. y otros países se enfrentan al desafío de equilibrar el progreso con la seguridad local

Por todo Estados Unidos —y en cada vez más lugares del mundo— las enormes instalaciones de baterías de iones de litio están transformando la manera en que gestionamos la energía. Sin embargo, no todo el mundo celebra este cambio.

El crecimiento de los sistemas de almacenamiento de energía con baterías, conocidos como BESS (por sus siglas en inglés, Battery Energy Storage Systems), es explosivo. Estas instalaciones permiten almacenar energía eléctrica en momentos de baja demanda para liberarla cuando el sistema lo necesita más, algo fundamental dada la intermitencia de las fuentes renovables como la solar y la eólica.

Pero este avance tecnológico choca con un obstáculo cada vez más común: la creciente oposición vecinal. En muchas localidades, especialmente en el estado de Nueva York, el miedo a incendios y explosiones ha llevado a moratorias preventivas e incluso votaciones populares para frenar su instalación. ¿Cómo equilibrar entonces las promesas de un futuro sostenible con las legítimas preocupaciones de los ciudadanos?

Un auge imparable

En 2025, Estados Unidos añadió 4,908 megavatios de capacidad de almacenamiento mediante baterías solo en el segundo trimestre. Eso equivale, según datos de American Clean Power Association, a la energía necesaria para abastecer a 1.7 millones de hogares. Más del 75% de esta capacidad provino de tres estados: Arizona, California y Texas.

Además, Nueva York tiene un ambicioso objetivo de instalar 6,000 megavatios de almacenamiento de energía antes de 2030, la mitad en sistemas a gran escala.

El crecimiento no se limita a Estados Unidos. Según BloombergNEF, países como China, Sudáfrica, Australia, los Países Bajos, Canadá, Chile y el Reino Unido también están avanzando con fuerza en proyectos similares, consolidados o en fase de construcción.

Pero... ¿son seguras estas baterías?

Las instalaciones de almacenamiento suelen estar compuestas por contenedores que albergan cientos de miles de celdas de litio. Esta complejidad, sumada a variables técnicas y climatológicas, conlleva riesgos considerables.

El mayor temor de las comunidades es el fenómeno conocido como "thermal runaway" o fuga térmica: una reacción en cadena de calor fuera de control que puede causar incendios y explosiones.

Una de las situaciones más citadas por opositores ocurrió en enero de 2025 en Moss Landing, California, donde un incendio en una batería obligó a evacuar a 1,500 personas debido a la emisión de humo tóxico.

Mientras los expertos insisten en que el riesgo es bajo pero posible, las historias como esta generan una desconfianza difícil de revertir con explicaciones técnicas.

"Este es todavía un sistema tecnológico inmaduro que está madurando rápidamente," declaró Ofodike Ezekoye, profesor de ingeniería mecánica y experto en combustión de la Universidad de Texas. Y añadió: "No hay ningún sistema de ingeniería completamente infalible".

Preocupaciones locales y el argumento del "conejillo de indias"

Ciudades como Island Park (Nueva York), Maple Valley (Washington) o Halstead (Kansas) han aprobado moratorias de hasta seis meses o están sometiendo a consulta popular la prohibición de estos sistemas dentro de sus límites urbanos.

"No somos conejillos de indias. Aquí no se va a hacer ningún experimento", declaró tajante Michael McGinty, alcalde de Island Park, tras imponer una moratoria en julio de 2025 ante un proyecto cercano al centro urbano.

Winnie Sokolowski, una residente del condado de Ulster en Nueva York, se opone a un sistema de 250 megavatios propuesto cerca de viviendas y escuelas. "Están apostando a que no pasará nada, pero eso no es garantía suficiente," declara con preocupación.

¿Un freno a la transición energética?

Paradójicamente, estas soluciones controvertidas podrían ser clave para el éxito de la adopción masiva de energía limpia. La naturaleza intermitente de las tecnologías eólica y solar crea picos de exceso de generación seguidos de caídas abruptas en la oferta. Aquí es donde los BESS brillan, operando como una suerte de batería nacional, regulando la oferta y evitando apagones.

La presidenta de la Autoridad para la Investigación y el Desarrollo Energético del Estado de Nueva York (NYSERDA), Doreen Harris, argumenta que el estado ha adoptado códigos de incendio y diseño para evitar tragedias, y sostiene que escalar el uso de estas tecnologías "fortalecerá y modernizará la red eléctrica".

Incluso proyectos conflictivos como el de Ulster han pasado por evaluaciones rigurosas. Terra-Gen, la empresa desarrolladora, asegura que su diseño "evita la propagación del fuego y no representa ninguna amenaza científicamente demostrada para los vecinos".

Una perspectiva internacional

Las discusiones en EE.UU. no son únicas. En Australia —otro país puntero en almacenamiento energético— también se han vivido controversias. En 2021, una megabatería en Victoria se incendió durante pruebas y tardó días en ser contenida.

En Europa, aunque las preocupaciones existen, los proyectos han avanzado con una mayor articulación regional. Países Bajos, Alemania y el Reino Unido han privilegiado estándares de seguridad estrictos, evitando incidentes mayores hasta ahora.

¿Puede la transparencia frenar la resistencia?

Una de las lecciones más claras es que la comunicación con las comunidades es clave. Informar, dialogar y, sobre todo, adaptar cada proyecto a los temores legítimos de los vecinos, podría ser la diferencia entre la aceptación o el rechazo total.

Las primeras granjas solares —hoy vistas como una pieza esencial de la transición energética— también fueron objeto de críticas en su momento. Con tiempo y resultados, han probado su valor. ¿Puede pasar lo mismo con los sistemas de baterías?

Mientras tanto, el reloj energético sigue corriendo. Según la Agencia Internacional de Energía, para alcanzar escenarios de neutralidad climática al 2050 se necesita multiplicar por diez la cantidad de almacenamiento energético disponible hoy en día. Y eso, inevitablemente, significa más litio, más baterías... y más preguntas.

Ya no se trata solo de tecnología. Ni siquiera de energía. Se trata de confianza pública, ciencia aplicada y decisiones políticas valientes que no ignoren ni los riesgos, ni los beneficios del cambio al que nos enfrentamos.

¿Y tú? ¿Instalarías una mega batería al lado de tu casa?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press