¿Nace una nueva Wall Street en el corazón de Texas?
El Texas Stock Exchange promete competir con NYSE y Nasdaq, apoyado por un auge económico, respaldo multimillonario y algo de orgullo ‘Lone Star’.
Dallas, capital financiera del sur
Texas está experimentando un renacimiento económico que va mucho más allá de su tradicional dominio energético y agropecuario. La reciente aprobación por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) para operar el Texas Stock Exchange (TXSE) como una bolsa nacional ha consolidado a Dallas como uno de los nuevos polos financieros de Norteamérica. Por si fuera poco ambicioso, el proyecto planea nacer en competencia directa con colosos como el New York Stock Exchange (NYSE) y Nasdaq.
¿Por qué Texas y por qué ahora?
Con una economía que, si fuera un país, sería la séptima más grande del mundo, Texas lleva años atrayendo a gigantes corporativos gracias a sus políticas fiscales favorables, bajos costos operativos y un entorno regulatorio amigable. No es casualidad que ya alberga la sede del segundo mayor número de empresas Fortune 500 en EE.UU., adelantando incluso a Nueva York y solo detrás de California.
"Texas se ha convertido en el lugar donde se puede hacer negocios", señaló Nicole Chambers, directora global de listings de TXSE, durante un panel en la Universidad de Texas en Austin. "Esto no es algo que podríamos hacer en Oregón o Nebraska".
Capital y respaldo: un sueño ambicioso pero financiado
El TXSE no es cualquier startup: con $120 millones en inversión inicial proveniente de colosos financieros como BlackRock y Citadel Securities, ya se posiciona como el intento más contundente de crear una nueva bolsa estadounidense en décadas. Según Bill Bailey, director de inteligencia de mercado del TXSE, el objetivo es claro: aprovechar el descontento creciente ante las políticas recientes del NYSE y el Nasdaq, así como reducir los requisitos de gobierno corporativo para atraer a nuevas empresas.
Un nuevo jugador, una nueva estrategia
La estrategia del TXSE se apoya en una plataforma totalmente digital —aunque también con presencia física para dotarla de legitimidad— y en la cultura tejana como un gancho simbólico y geográfico. Planean incluir el tradicional toque de campana al inicio de cada jornada bursátil, y añadirán un “toque texano” para diferenciarse: desde el nombre 'Y’all Street’ hasta eventos en vivo en Dallas.
Este movimiento logró poner alerta a los gigantes: el NYSE no tardó en anunciar su propia expansión a Dallas con el lanzamiento de NYSE Texas, y Nasdaq también confirmó una sede operativa regional allí en marzo pasado.
¿Puede una ‘startup’ competir contra dos titanes?
Desde la compra del American Stock Exchange por parte del NYSE en 2008, el mercado bursátil de EE.UU. se ha consolidado como un duopolio entre el NYSE y el Nasdaq. Cualquier nuevo competidor tiene una montaña que escalar. Sin embargo, el dinamismo económico y demográfico de Texas le da alguna ventaja competitiva.
Según el profesor de finanzas Sriram Villupuram de la Universidad de Texas en Arlington, el TXSE tendrá que jugar bien sus cartas: “Si logran listar sus primeras 50 a 100 compañías rápidamente, eso generará un efecto bola de nieve”. Además, al ofrecer menores costos y requisitos más flexibles, podrían convencer a compañías emergentes e incluso grandes unicornios a probar suerte en estas nuevas tierras.
El crecimiento de Dallas como centro financiero
Dallas hace tiempo que dejó de ser solo una ciudad tejana más. Con la expansión de su aeropuerto internacional, la llegada de empresas como Charles Schwab desde California en 2020 y el nuevo campus de Goldman Sachs por $500 millones que albergará a más de 5,000 empleados, la ciudad es ahora uno de los puntos más codiciados para los gigantes de Wall Street.
La firma JPMorgan Chase también cuenta con una presencia importante en la región. De hecho, Texas ha visto un crecimiento del 111% en empleos del sector de inversión y valores financieros en los últimos 20 años, comparado con apenas un 16% en Nueva York, según datos proporcionados por Ray Perryman de The Perryman Group.
¿Y qué pasa con los talentos?
La migración de talento es otro pilar de este fenómeno. Sasha Stratton, jefa de riesgos para Selby Jennings en el sur de EE.UU., se mudó de Nueva York a Dallas en busca de mejor calidad de vida. “Las empresas están priorizando contratar en Dallas sobre Nueva York porque es más económico y hay mucho talento disponible”, comentó Stratton, destacando también la disponibilidad de inmobiliaria y la calidad de vida como incentivos adicionales.
Competencia = Beneficios para todos
La competencia no siempre es mala. Al contrario, la entrada del TXSE y la expansión de actores existentes como Nasdaq y el NYSE podrían facilitar el acceso a capital para compañías texanas emergentes, lo que a su vez podría alimentar más contrataciones, nuevos desarrollos y un mayor dinamismo económico. Es el clásico ciclo virtuoso del libre mercado.
Ray Perryman lo resume con claridad: “Nueva York probablemente seguirá siendo el centro neurálgico del mercado de acciones por ahora, pero el panorama está cambiando”.
¿Un modelo replicable?
El experimento tejanamente ambicioso del TXSE plantea una pregunta más amplia: si Texas puede levantar una bolsa nacional con respaldo multimillonario, entorno favorable y talento disponible, ¿qué impide que otras regiones con beneficios similares lo intenten?
Lo cierto es que Texas no busca ser solo un estado más. Con su combinación de libertades empresariales, menor carga fiscal, infraestructuras modernas y cultura distintiva, intenta **redefinir el mapa financiero de los Estados Unidos**. El TXSE no es solo un nuevo actor: es símbolo de un movimiento económico, cultural y estratégico hacia el sur, que ya ha empezado.
Y si la historia nos ha enseñado algo, es que cuando Texas se pone una meta, no solo la alcanza… ¡la supera con sombrero y botas incluidas!