Israel Premier Tech renuncia a su identidad nacional para preservar su futuro en el ciclismo profesional
Tras protestas en competiciones europeas, el equipo apuesta por una nueva imagen lejos del conflicto político
El equipo de ciclismo profesional Israel Premier Tech ha anunciado una decisión histórica: cambiará su nombre y reestructurará su identidad, desvinculándose del vínculo nacional con Israel. Esta medida llega tras una serie de protestas y exclusiones de competiciones, en las que el equipo fue blanco de manifestaciones pro-palestinas.
Un giro inesperado en el mundo del ciclismo
El anuncio fue publicado en el sitio web del equipo, destacando que se trata de un paso "doloroso pero necesario" para asegurar su futuro deportivo. La declaración resalta:
"Con firme compromiso hacia nuestros corredores, personal y socios estratégicos, la decisión ha sido tomada: renombrar y reestructurar el equipo, alejándonos de nuestra actual identidad israelí."
El cofundador y copropietario Sylvan Adams, multimillonario israelí-canadiense, también se marginará de las funciones operativas del equipo. En lugar de ello, se enfocará en su nuevo rol como presidente del Congreso Judío Mundial y su representación diplomática del Estado de Israel.
La presión del contexto político
La decisión no fue repentina. En septiembre, durante la Vuelta a España, varias etapas fueron interrumpidas por protestas contra el equipo. Algunos tramos fueron recortados, y la seguridad de los ciclistas estuvo comprometida. Apenas un par de semanas después, el Giro dell’Emilia, una prestigiosa competencia en Italia, excluyó a Israel Premier Tech para evitar posibles manifestaciones en el evento.
Ante este escenario, Premier Tech (empresa canadiense que patrocina al equipo) ya había sugerido un proceso de rebranding. La ola de protestas tuvo un impacto directo en la viabilidad comercial del equipo, en su seguridad física durante las carreras y en la reputación internacional de sus competiciones.
Ciclismo y política: ¿pueden separarse?
El caso de Israel Premier Tech reabre una pregunta latente: ¿Es posible separar la política del deporte en el contexto global actual? Si bien el deporte suele presentarse como un espacio neutral, eventos recientes -como la exclusión de atletas rusos durante la guerra en Ucrania, o la participación de equipos nacionales en países en conflicto- evidencian que el ciclismo tampoco está exento de tensiones geopolíticas.
Para muchos aficionados al ciclismo, el cambio de nombre es un sacrificio de identidad. Pero para los gestores del equipo, este paso representa una estrategia de supervivencia en un panorama deportivo cada vez más influido por el contexto político internacional.
Israel Premier Tech: ¿qué viene ahora?
El nuevo nombre y marca del equipo aún no han sido anunciados, pero en su comunicado, el grupo adelantó:
"Aunque se abre un nuevo capítulo, uno que será revelado pronto, el equipo se mantendrá fiel a su promesa fundacional: desarrollar talento ciclista de todo el mundo".
Esta afirmación sugiere que la visión global del proyecto se mantiene, pero con menor exposición a las tensiones políticas derivadas de su asociación original con Israel.
Sylvan Adams: ¿figura clave o carga política?
La figura de Sylvan Adams ha sido polémica. El magnate, además de figura clave en la creación del equipo, es uno de los principales promotores de eventos deportivos y culturales pro-Israel. Entre sus acciones destacadas está llevar al Tour de France a Israel en 2018, mediante la gran partida en Jerusalén. También ha sido activo en iniciativas para mejorar la imagen israelí en el exterior, lo que ha intensificado el rechazo de ciertos sectores.
Ahora, Adams se centrará exclusivamente en sus funciones diplomáticas y en el lobby internacional en representación de Israel. Para muchos, su salida del equipo es tanto simbólica como estratégica: permite a Israel Premier Tech desligarse parcialmente del foco del conflicto geopolítico.
¿Qué dice el mundo del ciclismo?
La comunidad ciclista internacional ha reaccionado con diversidad ante esta decisión. Algunos equipos han expresado solidaridad, destacando la importancia de preservar la seguridad y neutralidad del deporte. Otros han criticado la decisión como una derrota ante la presión del activismo político.
Un director de equipo francés, quien prefirió mantenerse en el anonimato, señaló:
“No podemos permitir que la política decida quién corre o no. ¿Hoy Israel Premier Tech? ¿Y mañana quién? ¿Equipos de Estados Unidos, China o Rusia?”
No obstante, la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha sido cautelosa, evitando emitir comentarios oficiales sobre el conflicto, aunque sí señaló previamente que busca un “entorno seguro e inclusivo” para todos los atletas.
El poder del patrocinio y la reputación
Premier Tech, la compañía canadiense que comparte su nombre con el equipo, es una multinacional dedicada a tecnologías para el medioambiente y manufactura industrial. Aunque comparte una visión progresista, el involucramiento en actividades políticas fue algo que sus ejecutivos buscaron evitar desde el inicio. Las recientes protestas pusieron en riesgo su reputación comercial, particularmente en mercados como Europa y Asia, donde el sentimiento por la situación en Gaza e Israel es extremadamente polarizado.
La presión sobre el patrocinador fue también un factor que precipitó el rebranding. Expertos en marketing deportivo han indicado que las asociaciones de marca pueden llevar a crisis reputacionales severas en contextos de conflicto, especialmente cuando la marca no tiene control sobre los factores geopolíticos relacionados.
Precedentes en otros deportes
Lo ocurrido con Israel Premier Tech no es un caso aislado. Otros deportes han vivido situaciones similares:
- Durante el conflicto en Ucrania, *equipos y atletas rusos* fueron vetados de múltiples disciplinas.
- China ha enfrentado boicots diplomáticos relacionados con los derechos humanos en Xinjiang y la represión en Hong Kong.
- El fútbol saudí ha atraído críticas internacionales por presunta “reputación lavada” mediante fichajes multimillonarios.
En tiempos de hiperconectividad e hipersensibilidad política global, el deporte ya no es una burbuja impermeable. Cada decisión, patrocinio o asociación puede elevar el perfil —o destruirlo— en una cuestión de días.
¿Qué aprendemos de este episodio?
La realidad es que para mantener un espacio sano y viable, los deportes deben navegar con inteligencia los mares políticos actuales. Equipos como Israel Premier Tech están ahora obligados a recalibrar sus operaciones, su imagen y hasta su nombre para seguir en pie.
La lección más importante: el talento deportivo ya no basta. También hay que gestionar la percepción pública, las alianzas y las tensiones internacionales, en un mundo donde política y deporte están cada vez más entrelazados.
Ahora todas las miradas están puestas en el nuevo nombre y logo del equipo, y en cómo lograrán reconstruir su identidad, patrocinadores y fanáticos sin renunciar a sus valores fundacionales. Un reto ciclístico, sí, pero también profundamente diplomático.