La guerra por la inmigración: la cruzada mediática de ICE y el poder presidencial de Trump
Análisis de las campañas de reclutamiento masivo de ICE, su impacto en ciudades santuario, y cómo se entrelazan con las ambiciones políticas del expresidente Donald Trump
Una ofensiva mediática sin precedentes
Desde mediados de septiembre, la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) ha estado desplegando una costosa campaña de publicidad televisiva con un objetivo muy claro: reclutar oficiales locales de policía frustrados con las políticas de sus propias ciudades hacia la inmigración, especialmente en las llamadas "ciudades santuario". Hasta ahora, la campaña ha tenido un coste de más de 5,7 millones de dólares, según datos de AdImpact, y ha sido parte de una iniciativa más amplia de 30 mil millones de dólares impulsada por la administración de Donald Trump.
Publicidad emocional y narrativa de miedo
Los anuncios, que duran 30 segundos, presentan imágenes de ciudades como Chicago, Miami, Seattle y Atlanta, acompañadas de una voz en off que dice: “Juraste proteger y servir, mantener segura a tu ciudad y familia. Pero en las ciudades santuario, te ordenan no intervenir mientras peligrosos ilegales caminan libres”. Luego se lanza una invitación directa: —“Únete a ICE y ayúdanos a capturar a lo peor de lo peor: traficantes, pandilleros, depredadores”.
Es un llamado calculado al patriotismo, al deber y, sobre todo, al miedo. La campaña intenta canalizar el resentimiento acumulado en ciertos sectores del cuerpo policial y sembrar dudas sobre las políticas migratorias locales.
Una inversión récord en tiempos de crisis
Lo más sorprendente es que este esfuerzo se da en un momento de cierres parciales del gobierno federal, donde muchas agencias han visto interrumpidas sus operaciones por falta de financiamiento. Sin embargo, ICE continúa operando con recursos, ofreciendo bonificaciones de hasta $50,000 dólares por nuevos reclutas, además de reembolsos estudiantiles, en un intento urgente y agresivo por contratar 10,000 nuevos agentes de deportación antes de que termine el año.
¿Por qué estas ciudades?
A pesar del gasto elevado, el Departamento de Seguridad Nacional no ha explicado por qué eligió estas ciudades en particular. Muchas de ellas —como Boston, Chicago o Seattle— han chocado frecuentemente con Washington debido a su negativa a cooperar con operativos migratorios.
En Albuquerque, por ejemplo, el alcalde Tim Keller firmó en julio una orden ejecutiva que prohíbe a empleados municipales colaborar con agentes migratorios salvo que sea requerido legalmente. De igual forma, ciudades como Sacramento, Filadelfia y Nueva York han reiterado su política de proteger a residentes indocumentados.
Cuestión de competencia: lo que ICE ofrece que la policía local no puede igualar
El impacto de esta estrategia en las fuerzas policiales locales ya despierta preocupación. Danny Diaz, presidente de la Asociación de Oficiales de Policía de San Antonio, declaró: “No podemos competir con un bono de $50,000. La nueva generación va a lanzarse a eso sin pensarlo”.
En un contexto donde los departamentos locales están lidiando con problemas de reclutamiento y retención de personal, ICE se presenta como una opción más lucrativa —aunque controversial— para muchos jóvenes oficiales.
Campaña de imagen o de reclutamiento real
Más allá del esfuerzo de contratación, expertos y oficiales coinciden en que esta campaña también cumple otras funciones. John Walker, capitán de la policía de Filadelfia, opina que más allá del reclutamiento, los anuncios crean una sensación entre el público de que el gobierno federal está haciendo algo respecto a la inmigración: “Es una cuestión psicológica. Querés sentir que hay policías allá afuera. Eso es todo esto: fortalecer la creencia de que se está actuando”.
El trasfondo político: la Corte Suprema y la batalla por el poder ejecutivo
En paralelo, la Corte Suprema ha dado señales de que analizará en su nuevo período los límites del poder presidencial, particularmente las facultades que el expresidente Trump ejerció y buscó ampliar. Entre los casos pendientes se encuentra su intento de restringir la ciudadanía por nacimiento y su facultad para imponer aranceles sin aprobación del Congreso.
Otro tema clave será si un presidente puede despedir a miembros de agencias independientes sin causa formal. Esta revisión apunta directamente al legado normativo de casi un siglo, en una Corte donde la mayoría conservadora ha respaldado medidas ejecutivas previas en apelaciones de emergencia.
Una batalla política en Texas: competir o dividir
Todo esto se da mientras la batalla política entre republicanos en Texas se intensifica. El congresista Wesley Hunt ha anunciado su candidatura al senado, desafiando al actual senador John Cornyn y al fiscal general Ken Paxton, fuertemente asociados (aunque por diferentes caminos) con Trump.
Hunt, un veterano del ejército y aliado cercano del expresidente, ha criticado la gestión de Cornyn por no convencer al electorado conservador. Mientras tanto, Paxton sufre múltiples escándalos personales y legales, aunque ha logrado mantener su apoyo político. La entrada de Hunt complica todavía más el panorama para los republicanos y podría dividir el voto interno.
Trump, omnipresente y aún neutral
A pesar de estar en el centro de toda esta maquinaria de iniciativas políticas y publicitarias, Donald Trump aún no ha respaldado a ningún candidato en esta carrera senatorial en Texas. Sin embargo, su influencia se hace sentir claramente: desde las campañas federales hasta las decisiones en las cortes, pasando por el gasto multimillonario en ICE, todo lleva su sello ideológico, pragmático y mediático.
Una estrategia divisiva con aspiraciones nacionales
El mensaje de Trump y su administración es claro: más control, más deportaciones, más poder ejecutivo. Lo que aún está en juego es cómo el electorado —y la propia institucionalidad estadounidense— responderán a este embate sin precedentes.
Frente a esto, resulta inevitable preguntarse: ¿estamos ante una campaña de seguridad nacional o ante una estrategia de consolidación de poder bajo la apariencia de protección?
Lo cierto es que millones de dólares, cientos de anuncios, decisiones judiciales claves y combates electorales se alinean en una misma dirección: la redefinición del papel del poder público frente a la migración, la ley y el poder presidencial.