WIC en peligro: El programa alimentario que sostiene a millones de madres e hijos podría colapsar durante el cierre del gobierno
Mientras Washington sigue inmerso en el estancamiento político, millones de familias vulnerables enfrentan la posibilidad de quedarse sin acceso a alimentos básicos y apoyo nutricional
Un recurso vital bajo amenaza
Millones de madres e hijos en Estados Unidos dependen del Programa de Nutrición Suplementaria Especial para Mujeres, Bebés y Niños, más conocido como WIC, para acceder a alimentos saludables y apoyo nutricional. Sin embargo, un nuevo cierre del gobierno federal amenaza con dejar sin fondos a este programa crucial en cuestión de días.
El WIC, con un presupuesto anual de $8 mil millones de dólares, actualmente proporciona beneficios a más de 6 millones de personas, permitiéndoles comprar fórmula infantil, frutas y verduras frescas, leche baja en grasa y otros alimentos básicos. Además de ayuda alimentaria, WIC ofrece asesoría a madres lactantes y a quienes tienen dificultades con los hábitos alimentarios de sus hijos.
El impacto del cierre del gobierno
El reciente cierre –producto del estancamiento político en Washington– llegó justo al comenzar el nuevo año fiscal. Programas dependientes del presupuesto federal, como WIC, se ven inmediatamente afectados. Actualmente, el programa opera con los fondos de contingencia restantes (unos $150 millones), que podrían agotarse en menos de dos semanas.
“Nos sentimos seguros por una o dos semanas. Después de eso, estamos muy preocupados”, señaló Ali Hard, directora de políticas de la Asociación Nacional del WIC.
Transcurrido ese tiempo, los estados pueden optar por usar fondos propios para mantener el programa hasta que se apruebe un nuevo presupuesto federal. Pero no todos los estados están en condiciones de asumir ese gasto temporal.
Testimonios de necesidad cotidiana
El caso de Taylor Moyer, madre de tres hijos de Virginia Beach, ofrece una perspectiva humana del impacto. “Ha habido ocasiones en que literal me he sentado en mi casa preguntándome cómo voy a alimentar a mi familia”, relata. “Y fui al supermercado con mi tarjeta WIC... Compré arroz, aguacates, huevos. Preparé una comida equilibrada que en realidad fue buena.”
Moyer ha dependido del programa desde el nacimiento de su primer hijo hace nueve años. Además del apoyo alimentario, ella destaca la orientación recibida para sobrellevar las dificultades con la lactancia y la alimentación selectiva de sus hijos.
Apoyo bipartidista en peligro
Históricamente, WIC ha contado con amplio apoyo bipartidista por sus resultados concretos:
- Reducción de la mortalidad infantil.
- Mejores pesos al nacer.
- Mayores tasas de vacunación.
- Mejores desempeños académicos en niños beneficiarios.
Sin embargo, los recientes ajustes presupuestarios propuestos por algunos legisladores republicanos apuntan a recortes significativos o incluso la eliminación total del programa dentro del plan conocido como Proyecto 2025, impulsado por aliados del expresidente Donald Trump.
Precisamente, la propuesta presupuestaria republicana no contempla fondos suficientes para mantener completamente el WIC. También reduciría o eliminaría el financiamiento dirigido a frutas y verduras frescas.
Respuestas estatales: ¿quién puede y quién no?
Ante la amenaza inminente de colapso, algunos gobernadores han garantizado que cubrirán los costos del WIC en sus respectivos estados hasta que se desbloquee la financiación federal. Uno de ellos es el gobernador de Connecticut, Ned Lamont, demócrata, quien afirmó:
“Quiero que esas familias jóvenes, esas madres, sepan que su tarjeta WIC seguirá siendo válida por el futuro cercano. Nos estamos asegurando de que el gobierno no les quite eso.”
Otros estados, como Washington, no pueden hacer esa promesa. Allí, un tercio de los bebés recibe beneficios del WIC, y funcionarios del Departamento de Salud admiten no tener recursos para sostener el programa más allá de una o dos semanas.
“Si el cierre dura más que eso, no podremos continuar”, dijo Raechel Sims, portavoz del DOH del estado de Washington.
Una consecuencia alarmante: hambre en los más vulnerables
En palabras de Taylor Moyer: “Va a haber bebés que se salten comidas. Mujeres embarazadas que se salten comidas para alimentar a sus hijos pequeños. Personas sin acceso a una dieta equilibrada.”
En 2023, un estudio de la Universidad de Harvard mostró que el acceso a WIC durante el embarazo redujo en un 33% el riesgo de partos prematuros. Otro informe del USDA de 2022 indicó que los niños de hogares beneficiarios tienen un 25% más de probabilidades de estar en buen estado general de salud.
Algunos analistas han alertado que recortar un programa como WIC no sólo plantea riesgos humanitarios inmediatos, sino que podría incrementar los costos a largo plazo en salud pública, educación y servicios sociales.
¿Por qué muchos no se inscriben en el WIC?
A pesar de su importancia, casi el 50% de las personas elegibles no están inscritas en WIC. Entre las razones:
- Creencias erróneas sobre los requisitos de elegibilidad.
- Dificultad para acercarse o acceder a oficinas del programa.
- Estigmas sociales.
Expertos sugieren que invertir en modernización digital del sistema, teleorientación y campañas de concienciación podría ampliar significativamente el alcance del programa, permitiendo que llegue a quienes más lo necesitan.
Coyuntura política: WIC como rehén del juego partidista
El cierre del gobierno actual refleja un conflicto presupuestario de fondo entre demócratas y republicanos. Mientras los demócratas condicionan su apoyo a que se mantenga la financiación de programas sociales clave como Medicaid o la expansión de créditos fiscales en salud, los republicanos exigen recortes en estas áreas.
Lo irónico: WIC ha sido siempre uno de los programas con más apoyo bipartidista. Pero hoy, termina siendo arrastrado en el torbellino del conflicto fiscal, utilizado como ficha en una lucha de poder.
Voices desde las bases: el llamado a la acción
Las organizaciones comunitarias y de salud pública en distintos estados se están movilizando para presionar a legisladores federales y exigir una resolución inmediata. Uno de los reclamos más contundentes es que, si bien se puede disentir en temas fiscales, la alimentación de mujeres embarazadas, bebés y niños no debe estar en juego.
En Virginia, personal de centros comunitarios como el LGBT Life Center, donde trabaja Taylor Moyer, está activamente informando a usuarias del WIC sobre la situación y conectándolas con otras formas de asistencia alimentaria de emergencia.
Una red crucial, una responsabilidad colectiva
WIC no solo brinda acceso a alimentos: representa un compromiso social hacia las madres, los infantes y su futuro. Tal como lo resume Moyer, “no es caridad, es cuidado básico. Es darle a mi hijo la oportunidad de crecer sano.”
En un país que enfrenta profundas divisiones políticas, esta crisis es también una oportunidad de recordar que detrás de cada medida presupuestaria hay millones de rostros humanos; en este caso, los más pequeños e indefensos.
Solo queda esperar que el Congreso actúe con humanidad, y no permita que una medida técnica o fiscal se convierta en un golpe a la nutrición infantil y la dignidad de millones de familias.
Fuentes:
- USDA – Food and Nutrition Service
- Harvard T.H. Chan School of Public Health
- National WIC Association
- Departamento de Salud del Estado de Washington
- Testimonios provistos por medios y organizaciones locales