Oro manchado, ríos envenenados y glaciares artificiales: El dilema ambiental del siglo
Mientras el precio del oro alcanza máximos históricos y crece la demanda energética, la Amazonía sufre por la minería ilegal mientras nuevas tecnologías como baterías de hielo intentan aliviar el peso climático
El precio del oro y su lado oscuro
El oro ha sido históricamente un símbolo de riqueza y seguridad. Durante momentos de crisis, se convierte en el refugio por excelencia de inversionistas. Actualmente, con el precio del oro superando los 4,000 dólares por onza troy, el mercado vive una euforia sin precedentes.
Según estimaciones de JPMorgan, los precios podrían mantenerse por encima de los 3,675 dólares hasta finales de 2025. Esta fiebre dorada, sin embargo, tiene consecuencias nefastas que se viven a miles de kilómetros de los centros financieros: en la profundidad de la Amazonía peruana.
Amazonía peruana: donde el oro contamina
En la región amazónica del Perú, la minería ilegal no solo destruye bosques, sino también envenena los ríos y a sus habitantes. El obispo Miguel Ángel Cadenas, quien ha vivido en la zona por más de 30 años, se ha convertido en una de las voces más firmes frente a este desastre ambiental.
“Estamos en una situación delicada”, afirma Cadenas en el marco de la Cumbre del Agua Amazónica realizada en Iquitos. Las pruebas en peces de los ríos Tigre, Nanay, Napo y Putumayo muestran niveles de mercurio por encima de los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En algunas comunidades, el 80% de las muestras de cabello humano superan dichos límites.
El mercurio, usado en la minería para separar el oro, se acumula en el agua, en los peces y, finalmente, en el cuerpo humano, causando daños neurológicos y afectaciones al desarrollo, particularmente en niños y mujeres embarazadas.
¿Quién compra este oro?
La buyería del oro implica responsabilidades compartidas. Países como China, Emiratos Árabes, Reino Unido y Suiza destacan como grandes compradores de este metal. Sin embargo, el débil sistema de trazabilidad facilita que el oro ilegal se 'lave' en refinerías y acabe en joyas, componentes electrónicos o reservas nacionales.
“La primera responsabilidad la tienen estos países: deben exigir trazabilidad”, exige el obispo Cadenas. Sin medidas globales contundentes, será casi imposible contener el avance de la minería ilegal.
Violencia y desprotección: los riesgos para los defensores ambientales
La lucha por proteger la Amazonía no solo es ecológica, sino también de vida o muerte. Perú y Colombia están entre los países más peligrosos para los defensores ambientales. Las amenazas de muerte y ataques son frecuentes, y en muchas regiones la minería ilegal está relacionada con disidentes armados como las FARC colombianas.
El drama del agua potable
En Loreto, el departamento amazónico más grande del Perú, el 60% de la población carece de acceso al agua potable. A pesar de un fallo de la Corte Constitucional del Perú que declaró esta situación inconstitucional, no ha habido mejoras significativas.
Esto no solo agrava la crisis sanitaria en la región, sino que también acentúa la dependencia alimenticia del pescado contaminado.
Una solución improbable: bancos de hielo contra el cambio climático
Al otro lado del mundo —en Louisville, Kentucky—, otra realidad se enfrenta al cambio climático desde una perspectiva tecnológica. El hospital Norton Audubon ha reducido sus costos energéticos en 278,000 dólares anuales gracias a un sistema de baterías de hielo.
Estos sistemas, también conocidos como almacenamiento térmico por hielo, congelan grandes volúmenes de agua durante la noche cuando la electricidad es más barata y la descongelan durante el día para proveer aire frío. Así, se reduce el uso de sistemas de aire acondicionado convencionales —grandes emisores de gases contaminantes— y se minimiza la demanda energética durante horas pico.
¿Cómo funcionan las baterías de hielo?
- Durante la noche, el sistema congela agua utilizando electricidad más barata y en horarios de menor demanda.
- Durante el día, el hielo se derrite y enfría agua circulante, que luego se utiliza para enfriar el aire en edificios.
- Esta aireación se realiza sin requerir más electricidad durante el día, disminuyendo las emisiones y ahorrando costos.
Trane Technologies y Nostromo Energy son dos líderes del sector. Este último apunta a clientes con enormes demandas de refrigeración, como centros de datos —cuyo consumo energético podría alcanzar el 12% del total nacional de EE.UU. para 2028, según el Departamento de Energía.
¿Una solución extendible a países en desarrollo?
¿Podría esta tecnología ayudar también en regiones como la Amazonía, donde el calor es asfixiante y el acceso a energía confiable es complejo? No resulta descabellado pensar en alianzas entre gobiernos, ONG y empresas tecnológicas para implementar baterías de hielo en centros médicos rurales. La clave sería adaptar la tecnología a contextos con infraestructura limitada pero necesidades urgentes.
La paradoja del desarrollo: oro para unos, veneno para otros
Mientras los especuladores ven ganancias con el oro, comunidades amazónicas pierden su salud, su agua y su seguridad. Mientras algunos edificios enfrían quirófanos con bloques de hielo, comunidades enteras ni siquiera tienen agua potable.
Cadenas lo resumió con crudeza: “Ganar dinero está bien, pero no puede hacerse a costa de injusticias y de la vida de los más pobres”.
En este escenario dual, el desafío global es claro: el desarrollo sin ética no es progreso. Y mientras no existan compromisos reales desde los países ricos hacia los ecosistemas sacrificados por su consumo, las cifras récord del oro brillarán con una culpa latente, y el hielo artificial de algunas ciudades se derretirá al mismo ritmo que los glaciares reales en los Andes.