Tropas, protestas e inmigración: El campo de batalla entre Trump y las ciudades demócratas
El despliegue de la Guardia Nacional en urbes como Chicago y Portland revive el debate sobre la militarización, el control migratorio y los límites del poder presidencial
La Guardia Nacional en las calles: ¿seguridad o estrategia política?
El despliegue reciente de tropas de la Guardia Nacional en ciudades como Chicago y Portland ha generado polémica tanto en la opinión pública como entre los líderes locales. Aunque el presidente Donald Trump ha defendido estas acciones como parte de su estrategia contra el crimen urbano y para reforzar la aplicación de leyes migratorias, los críticos lo acusan de usar estos operativos con fines políticos en plena era de polarización.
Desde principios de octubre, tropas de la Guardia Nacional de Texas fueron posicionadas en un centro de reserva del ejército en Elwood, Illinois, una localidad a menos de 90 kilómetros de Chicago. Las imágenes muestran camiones de servicios de emergencia, baños portátiles y cercas reforzadas alrededor del perímetro. Aunque no se ha especificado la misión exacta, se especula que está alineada con los esfuerzos federales de control de inmigración y seguridad urbana.
Chicago: estadísticas que contradicen el discurso oficial
Una de las ciudades señaladas por Trump —a menudo clasificada como ejemplo de violencia urbana— es Chicago. El expresidente ha llamado a esta metrópoli un “infierno” en múltiples ocasiones. Sin embargo, las estadísticas policiales del Chicago Police Department contradicen ese discurso: los homicidios han disminuido un 31% en lo que va del año, registrándose 278 hasta agosto.
El alcalde Brandon Johnson firmó una orden ejecutiva prohibiendo que agentes federales de inmigración utilicen propiedades municipales como base de operaciones. El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, ha criticado duramente el despliegue de tropas sin coordinación previa y tildó el movimiento de Washington como una política de “utilizar a los soldados como peones políticos”.
El componente legal: Posse Comitatus e Insurrection Act
El debate gira en torno a la legalidad del uso de tropas militares en tareas civiles. La Ley Posse Comitatus, vigente desde 1878, prohíbe el uso del ejército para hacer cumplir leyes domésticas, salvo que se invoque la Insurrection Act. Trump ha sugerido que no dudaría en usar esta herramienta legal para controlar lo que él llama “ciudades fuera de control”.
Este tipo de enfoque ya tiene antecedentes: durante las protestas del movimiento Black Lives Matter en 2020, fuerzas federales sin insignias fueron vistas deteniendo manifestantes en ciudades como Portland, suscitando acusaciones de autoritarismo.
Memphis y Portland: resistencia y escalada
La policía de Memphis, Tennessee, ha informado que un equipo de comandantes ya trabaja en la ciudad preparando la llegada de más fuerzas. El gobernador republicano Bill Lee ha señalado que los soldados serán oficialmente juramentados por el Servicio de Alguaciles de EE. UU. para apoyar a las autoridades locales.
En Portland, Oregon, el gobernador Tina Kotek y el alcalde han promovido resistencias legales. Un juez federal incluso bloqueó temporalmente el envío de tropas a esa ciudad. A partir de junio, manifestaciones nocturnas se concentraron afuera del centro de detención de ICE, provocando roces constantes con las fuerzas del orden.
La tensión escaló al punto de que, en una declaración a Fox News, una funcionaria federal afirmó que si el gobierno local no fortalecía las medidas de seguridad, el Ejecutivo enviaría “cuatro veces más agentes federales”.
El precedente y el contexto político
Esta estrategia no es nueva. Durante su mandato, Trump ha intentado una y otra vez enviar tropas federales o activar recursos militares para imponer orden en ciudades gobernadas por demócratas. Baltimore, Oakland, San Francisco y Washington D. C. han sido mencionadas como objetivos recurrentes.
El trasfondo de esta política parece estar vinculado a los temas centrales de su campaña electoral, como inmigración, ley y orden. Al dramatizar lo que describe como caos en ciertas ciudades, apunta a reforzar una imagen de liderazgo fuerte frente a desafíos urbanos y migratorios.
Militarización vs. Aplicación de la ley: ¿dónde está la línea?
En 2020, más de 200 ciudades estadounidenses fueron escenario de protestas por justicia racial y contra la brutalidad policial. Según un informe del Brennan Center for Justice, la presencia militar “aumenta las tensiones” y puede violar derechos civiles.
Aun así, simpatizantes de Trump consideran que la intervención federal es necesaria. “Si los alcaldes no pueden controlar el crimen, alguien debe hacerlo”, señaló un simpatizante en una protesta en Portland. Esta opinión es compartida por sectores que ven las políticas migratorias blandas como una amenaza a la seguridad nacional.
El caso ICE: entre la protesta y la represión
Los centros de detención y oficinas de Immigration and Customs Enforcement (ICE) se han convertido en puntos clave de confrontación. En Portland, uno de los epicentros más agitados, las protestas se desarrollan frente a las oficinas de ICE casi a diario. Incluso durante la noche, los residentes observan tanto a manifestantes como a agentes federales enfrentándose, generando un ambiente de constante tensión.
En los últimos meses, agentes armados han realizado arrestos cerca de edificios representativos y zonas de alta concentración latina. Según críticos, esto constituye un patrón de intimidación más que protección.
¿Qué opinan los expertos?
Para la profesora de Derecho Constitucional Jane Shapiro de la Universidad de Michigan, “el uso del ejército para políticas antinmigratorias bordea la ilegalidad al amparo de la Constitución”. El exfiscal federal Benjamin Glass añade que “solo en casos extremos puede un presidente intervenir de esta manera, y aún así, los estados tienen el derecho de refutar basados en la Décima Enmienda”.
¿Hacia dónde va Estados Unidos?
“Esta es una batalla simbólica tanto como legal”, afirma el analista político Miguel Morales. “Trump no solo busca controlar ciudades; busca instalar un mensaje de confrontación con lo que él llama ‘el pantano liberal urbano’, reforzando su narrativa en vísperas de una nueva campaña presidencial”.
En un contexto electoral, estos movimientos podrían ser exitosos entre su base, pero también podrían galvanizar a la oposición, sobre todo entre jóvenes, minorías y habitantes de centros urbanos que cada vez más desconfían del poder federal.
Y mientras el país observa estos despliegues como si fueran preludios de una película de acción, las consecuencias reales se sienten en las calles: más miedo, más incertidumbre, más presión política. Lo que ocurre en Elwood, en Memphis o en Portland podría ser solo el inicio de una narrativa mayor: la redefinición del poder entre estados y nación, entre libertad individual y seguridad colectiva.
Fuentes:
- Datos del Departamento de Policía de Chicago 2024
- Brennan Center for Justice – “Policing and Militarization” Report, 2023
- Entrevistas con funcionarios locales y declaraciones oficiales de gobernadores y alcaldes