¿Fin de la Superliga? La batalla de poder entre UEFA, los clubes y el sueño que se resiste a morir
Análisis del renacimiento de la ECA como European Football Clubs, la postura firme de Ceferin contra las ligas cerradas y el futuro de las competiciones europeas
Por muchos años, el mapa del fútbol europeo ha sido un tablero de ajedrez en el que se enfrentan intereses políticos, económicos y deportivos. En el centro de esta partida, la UEFA, los clubes más poderosos del continente y una idea que aún genera divisiones profundas: la Superliga Europea.
El retorno de una idea que no muere
En abril de 2021, 12 clubes europeos —entre ellos, gigantes como Real Madrid, Barcelona y Juventus— anunciaron abruptamente la creación de una nueva competición: la Superliga. Su objetivo principal era sustituir la Champions League con un torneo exclusivo para los equipos "grandes", donde participaran, de forma garantizada, sin importar sus resultados nacionales. Esto provocó una tormenta.
La reacción fue unánime: aficionados, futbolistas, gobiernos y exfiguras del balompié condenaron el proyecto. En menos de 48 horas, nueve clubes se retiraron y la Superliga se desmoronó. Sin embargo, el núcleo duro liderado por Florentino Pérez y respaldado por A22 Sports Management no se rindió.
En diciembre de 2023, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea emitió un veredicto histórico: la UEFA y la FIFA actuaron contra las leyes de libre competencia al bloquear la creación de la Superliga. Esto reavivó las esperanzas de sus impulsores, quienes presentaron una nueva versión: una liga de 96 equipos, con ascensos, descensos y su contraparte femenina.
EFC: el nuevo rostro de la vieja ECA
En este complejo contexto, la Asociación de Clubes Europeos (ECA) decidió este 2025 cambiar su nombre a European Football Clubs (EFC). Más que una cuestión estética, es un símbolo de consolidación, influencia creciente y un intento de dejar atrás su controvertida historia con la Superliga.
Desde su creación en 2008, la ECA reunió —bajo el amparo de UEFA— a clubes de toda Europa para asegurar una distribución más justa de ingresos y mejor representación competitiva. Aunque su liderazgo anterior, en manos de Andrea Agnelli, estuvo involucrado en la famosa rebelión, Nasser al-Khelaifi (presidente del PSG) tomó las riendas en tiempos convulsos y ahora es una de las voces más influyentes del fútbol europeo.
Ceferin se planta: fútbol para todos
El presidente de la UEFA, Aleksander Čeferin, participó esta semana en la asamblea general del EFC celebrada en Roma. Fue categórico: “El fútbol no es solo entretenimiento, tampoco es solo balances financieros. Es comunidad, es pasión, son las calles y los aficionados. Si nos alejamos demasiado de esas raíces, se rompe”.
Sus palabras iban dirigidas directamente a quienes aún sueñan con un modelo cerrado, elitista. Aunque reconoció que “el cambio forma parte de la historia del fútbol”, sostuvo que “el valor real está en la unidad y la inclusión”.
La integración del fútbol femenino al debate
Uno de los aspectos más interesantes de la nueva propuesta de A22 es que incluye también una competición femenina. Esto ha sido interpretado por algunos como un intento de “lavado de imagen”, mientras que para otros representa una visión más completa del negocio futbolístico.
Lo cierto es que el auge del fútbol femenino en Europa es innegable. Esta semana, la Liga de Campeones Femenina arrancó su nueva fase de liga con emoción. Barcelona arrolló al Bayern Múnich 7-1 y Melchie Dumornay lideró la remontada de Lyon ante Arsenal con una actuación colosal.
Cuestión de dinero: quién controla los derechos
Tras los escándalos, la UEFA estrechó sus lazos con los clubes principales. El acuerdo hasta 2033 con UC3, una empresa conjunta entre UEFA y EFC, permite a los clubes tomar parte en la gestión de marketing, venta de derechos comerciales y patrocinios de la Champions League. La relación entre ambas entidades no ha sido nunca tan fuerte.
El dinero también habló en cifras:
- En 2008, la UEFA entregó 1.6 millones de euros a la ECA;
- Para 2024, esta cifra ascendió a 25 millones de euros anuales para cubrir costes operativos.
- La Champions League 2024–25 repartirá cerca de 2.920 millones de dólares en premios y derechos televisivos.
¿Quién decide el futuro del fútbol europeo?
Si algo queda claro tras el reciente encuentro en Roma, es que la batalla política entre la UEFA y los promotores de la Superliga sigue viva.
Mientras al-Khelaifi respalda la postura de Čeferin, recordando que “el mérito deportivo es sagrado en Europa”, algunos clubes aún piensan que crear su propio torneo es la fórmula para maximizar ingresos debido a la saturación del calendario y la sobreexposición en medios digitales.
La aparición de la Unión de Clubes Europeos (UEC) —que busca representación para los clubes pequeños hoy marginados del EFC— añade otra capa de tensión a una guerra por el poder donde cada jugador quiere su protagonismo.
Una Champions diferente para una época diferente
Desde esta temporada, la Champions League adoptó un modelo similar a una liga: 36 equipos, 8 partidos por club en la fase inicial, 144 partidos en lugar de 96 y una reestructuración de las fases finales. Cambios que buscan mantener el atractivo comercial sin romper con el modelo meritocrático.
La asociación de la UEFA con Relevent Sports para gestionar derechos fuera de Europa —incluido el codiciado mercado estadounidense— también muestra que la sede en Nyon está dispuesta a transformarse, pero desde el consenso, no desde el sabotaje.
¿Y ahora qué? Reflexiones finales
El pulso continúa. La nueva versión de la Superliga habla de democracia, inclusión y sostenibilidad económica. Pero las lecciones del pasado aún pesan. Los aficionados, en su momento, lograron revertir un cambio que parecía inevitable. ¿Lo lograrán de nuevo si la propuesta vuelve con fuerza?
Por ahora, lo cierto es que el predomino de la UEFA parece seguro. Gracias a alianzas estratégicas, buena diplomacia y beneficios concretos para los clubes, han creado un ecosistema que, aunque imperfecto, evita la ruptura total. Un modelo que prioriza el mérito, cuida las bases del juego y respeta, al menos en apariencia, la voz de los modestos.
Pero la ambición no descansa. Y en los pasillos de Madrid o Turín, la llama sigue encendida...
Foto principal: Aleksander Ceferin, Joan Laporta y Nasser Al-Khelaifi conversan antes de un duelo entre Barcelona y PSG en Champions League. Foto: Emilio Morenatti