El acuerdo que devolvió la esperanza: Tel Aviv celebra la liberación inminente de rehenes de Gaza
Tras dos años de angustia, Israel se llena de jubilo gracias a un histórico acuerdo entre Israel y Hamás mediado por Trump que promete la liberación de los últimos rehenes
Hostages Square, Tel Aviv. Durante dos años, fue el epicentro del dolor, la incertidumbre y el miedo. Pero en la madrugada del jueves, ese espacio solemne se convirtió en un lugar de júbilo incontrolable: abrazos interminables, lágrimas de alegría, botellas de champán y una sola certeza flotando en el aire: la pesadilla podría estar llegando a su fin.
El anuncio de un acuerdo entre Israel y Hamás —anunciado por el expresidente de EE.UU., Donald Trump— para liberar a los últimos rehenes ha desatado una ola de esperanza en un país profundamente marcado por el trauma del 7 de octubre de 2023, cuando milicianos de Hamás secuestraron a más de 250 personas durante un ataque sorpresa.
“Matan vuelve a casa”
Einav Zangauker, una de las voceras más visibles de la campaña “Traedlos a casa”, resumió el sentir de todo un país con un grito desgarrador: “¡Matan vuelve a casa!”, refiriéndose a su hijo secuestrado. Con los brazos al cielo, rodeada de familiares de otras víctimas y exrehenes, expresó: “Solo quiero olerlo. Si tengo un sueño, es ver a Matan durmiendo en su cama”.
Durante 24 meses, las familias recorrieron el mundo, llevaron sus reclamos ante Naciones Unidas, presionaron al gobierno de Benjamin Netanyahu y se enfrentaron a la indiferencia política. Finalmente, ese esfuerzo parece haber rendido frutos.
Un acuerdo histórico
El expresidente estadounidense Donald Trump anunció en redes sociales que Israel y Hamás llegaron a un “acuerdo de primera fase” para liberar a las 20 personas que aún siguen con vida entre los rehenes, y un intercambio con prisioneros palestinos detenidos en cárceles israelíes.
Además, las fuerzas armadas israelíes comenzarían la retirada de una gran parte del territorio de Gaza, en lo que muchos interpretan como el primer paso hacia un cese de hostilidades duradero.
“Esto significa que TODOS los rehenes serán liberados pronto, e Israel retirará sus tropas hasta una línea acordada como primer paso hacia una paz fuerte, duradera y eterna,” escribió Trump.
El primer ministro israelí, Netanyahu, compartió su respaldo al pacto añadiendo: “Con la ayuda de Dios, los traeremos a todos de vuelta a casa.”
Reacciones internacionales
El acuerdo no solo ha tenido efectos en el terreno emocional y político dentro de Israel, sino que ha provocado una reacción en cadena en las capitales de todo el mundo.
- ONU: El secretario general, António Guterres, urgió a ambos bandos a implementar el pacto plenamente y avanzar hacia una solución de dos Estados.
- Canadá: El primer ministro Mark Carney celebró la liberación de los rehenes afirmando: “Después de años de sufrimiento, la paz al fin parece alcanzable”.
- Argentina: Javier Milei aseguró que propondrá a Trump para el Premio Nobel de la Paz “por su extraordinaria contribución a la paz internacional”.
- Japón: Calificó el acuerdo como “crucial para la desescalada y la solución de dos Estados”.
- Australia y Nueva Zelanda describieron el anuncio como “una luz de esperanza” entre décadas de conflicto.
¿Trump, mediador por la paz?
Uno de los elementos más inesperados del acuerdo ha sido el papel protagónico de Donald Trump, quien, fuera del poder, ha logrado posicionarse como un actor decisivo al presionar a Netanyahu para aceptar el trato. Su imagen celebrada en Tel Aviv, banderas estadounidenses ondeando y cánticos a favor de que sea galardonado con un Nobel de la Paz, recuerdan los días en que utilizó su figura para firmar los históricos Acuerdos de Abraham en 2020.
¿Puede una figura tan polarizante ser recordada como artífice de la paz? Para muchas familias en Tel Aviv, no hay duda. “Hoy mi familia vuelve a la vida,” escribió Rebecca Bohbot en Instagram, cuyo esposo fue secuestrado en 2023. “Este momento es prueba de que nunca debemos dejar de luchar.”
Hostages Square: epicentro de la esperanza
Durante dos años, Hostages Square fue un símbolo de ansiedad nacional. Paneles contaban cada segundo desde el 7 de octubre, protestas se realizaban con frecuencia, y familiares dormían en tiendas de campaña suplicando atención internacional. Esta semana, sin embargo, la plaza cambió su semblante: luces danzaban sobre un cielo despejado mientras los aplausos se sucedían por minutos.
“Se me eriza la piel de pies a cabeza,” dijo Omer Wenkert, un exrehén liberado meses atrás. “Finalmente, como nación, podemos volver a sentir alegría.”
Datos del horror
Desde el estallido del conflicto, al menos 28 rehenes confirmados murieron en cautiverio. En total, 250 personas fueron secuestradas durante el atentado de Hamás. Entre ellas, se encontraban familias enteras, niños y ancianos. El acuerdo alcanzado promete liberar a 20 sobrevivientes, aunque el trauma aún persiste como una marca indeleble en el alma israelí.
El Instituto de Estudios para Seguridad Nacional de Israel publicó recientemente que un 74% de la población considera que el gobierno no hizo lo suficiente por los rehenes. Esta presión social probablemente fue clave para que Netanyahu reconsiderara su postura, tradicionalmente intransigente ante las negociaciones con grupos como Hamás.
Un camino arduo hacia la paz
A pesar del entusiasmo, voces internacionales y locales enfatizan que esto es apenas el principio. Las tensiones en Gaza son persistentes, y si bien el retiro israelí representa una medida sin precedentes en este conflicto reciente, la paz aún no es una garantía.
“Es imperativo que todas las partes honren sus compromisos,” instó Winston Peters, ministro de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda. “Este es un primer paso esencial hacia la paz duradera.”
Aún resta alcanzar un acuerdo más amplio que aborde la reconstrucción de Gaza, la devolución de cuerpos, la liberación total de prisioneros palestinos y, principalmente, la creación de condiciones sostenibles para la convivencia entre dos pueblos que comparten una historia de dolor.
¿Un nuevo capítulo para la región?
Lo que sucedió el jueves en Tel Aviv no fue simplemente una celebración, fue la demostración de cómo la perseverancia y la unidad pueden cambiar el rumbo de los acontecimientos incluso en las circunstancias más oscuras. Si el pacto se cumple en su totalidad, marcará una rareza en medio de un prolongado conflicto: un momento donde se priorizó la vida sobre los intereses políticos.
Como escribió un usuario israelí en X (antes Twitter): “Hoy volvemos a creer en los milagros, pero también en los acuerdos.”