El Legado Inmortal de Miguel Ángel Russo: El Maestro Humilde del Fútbol Argentino
A los 69 años falleció una leyenda del banquillo: repasamos su vida, su filosofía, sus éxitos y el impacto que dejó en el fútbol de Sudamérica y más allá.
Con profundo pesar, el mundo del fútbol despidió recientemente a Miguel Ángel Russo, un hombre que dejó huella en cada club que dirigió con humildad, pasión y sabiduría. Fallecido a los 69 años tras una dura batalla contra el cáncer, Russo no solo fue un estratega brillante sino también un padre futbolístico para cientos de jugadores. Su historia está ligada estrechamente a los colores azul y oro de Boca Juniors, donde supo tocar la gloria como técnico, pero su influencia se expandió mucho más allá de La Bombonera.
Un estratega con sello distintivo
Desde sus comienzos como técnico de Lanús en 1989 hasta su última etapa en Boca Juniors en 2025, Miguel Ángel Russo acumuló más de tres décadas de sabiduría futbolística. Fue un técnico de convicciones firmes, al que no le temblaba la voz al hablar de valores, esfuerzo y lealtad al juego. "El fútbol es trabajo, esfuerzo y compromiso", decía con frecuencia en entrevistas. Y bajo esa máxima construyó una carrera inquebrantable y respetada en todo el continente americano e incluso en Europa.
Boca Juniors y la gloria eterna
Su nombre estará ligado eternamente a Boca Juniors, club al que dirigió en tres etapas: 2007, 2020-2021 y 2025. El punto más alto llegó en 2007 cuando, bajo su dirección, Boca ganó la Copa Libertadores contra Gremio. Aquel equipo comandado por Juan Román Riquelme y Martín Palermo desplegó un fútbol vertical e inteligente, que consolidó la figura de Russo como uno de los grandes técnicos argentinos del siglo XXI.
En su tercera y última etapa al mando de Boca (2025), a pesar de estar gravemente enfermo, Miguel no dudó en volver a asumir responsabilidades cuando el club más lo necesitaba. Dirigió al equipo en el Mundial de Clubes 2025 y se mantuvo al mando en la liga local hasta septiembre, cuando su salud se deterioró.
Carisma y sabiduría: el mentor silencioso
Más allá de los títulos, Russo fue querido por su don de gente. Jugadores y colegas destacan su calidad humana. Ricardo Gareca lo definió como "un caballero total", mientras que el delantero Darío Benedetto afirmó que "con Miguel se aprendía todos los días, no solo de fútbol, sino de la vida".
Su estilo no se basaba en gritos o gesticulaciones exageradas. Russo hablaba con serenidad, observaba con detalle y tomaba decisiones con una tranquilidad que transmitía confianza al plantel. Fue el mentor ideal para jóvenes y un guía para veteranos que necesitaban volver a creer en sí mismos.
Estudiantes de La Plata: el inicio de un amor eterno por el juego
Como jugador, Russo jugó toda su carrera en Estudiantes de La Plata, club en el que también dejó su huella. Debutó en 1975 como mediocampista y fue pieza clave del equipo que ganó los campeonatos de Primera División en 1982 y 1983, bajo la dirección de Carlos Salvador Bilardo. Se retiró en 1988 y, curiosamente, su estilo como técnico bebía mucho de las ideas de Bilardo, aunque con un matiz más conciliador y menos polémico.
De América a Europa: un viajero del fútbol
La carrera de Russo como entrenador lo llevó por Argentina, Chile, México, Colombia, España, Perú, Paraguay y Arabia Saudita. Cada parada reforzó su condición de pedagogo, adaptándose a contextos culturales distintos y siempre con humildad. Entre los logros más recordados se encuentra el título con Millonarios de Colombia en 2017, que puso fin a una larga sequía del club bogotano y lo inmortalizó entre sus hinchas.
- Universidad de Chile – 1996
- Salamanca (España) – 1998
- Monarcas Morelia (México) – 2002
- Millonarios (Colombia) – 2016-2018
- Alianza Lima (Perú) – 2019
- Cerro Porteño (Paraguay) – 2019
- Al Nassr (Arabia Saudita) – 2021
Fue un técnico que, a diferencia de muchos, no buscaba protagonismo mediático. Su figura era la de un sabio de la escuela antigua, de los que hablaban poco pero con profundidad.
Una lucha silenciosa contra el cáncer
En 2017 fue diagnosticado con cáncer de próstata, pero nunca lo usó como excusa. Trabajó mientras pudo, incluso en las etapas más duras del tratamiento. En sus retornos, jamás pidió compasión. Russo sabía que el tiempo era limitado, y no quería desperdiciarlo.
En palabras de Claudio Úbeda, uno de sus asistentes: "Luchar contra el cáncer y, al mismo tiempo, estar pendiente del equipo, eso es algo que no se aprende en ninguna escuela de entrenadores".
Últimos días y legado eterno
Su último partido estuvo marcado por la entrega y el compromiso. El 21 de septiembre de 2025 dirigió por última vez a Boca frente a Central Córdoba. Desde entonces, cedió el mando a sus asistentes debido a su frágil estado de salud. El club, consciente de su situación, le rindió tributo en vida, algo no muy común en el fútbol profesional.
Hoy, su legado vive no solo en los títulos sino en los entrenadores que formó, en los jugadores que guio y en los hinchas que aprendieron a valorar su perfil bajo, su decencia y su devoción.
Miguel Russo: mucho más que estadísticas
En una época dominada por tácticas innovadoras basadas en datos, Miguel Ángel Russo recordaba que el fútbol era, ante todo, humanidad. “Nos olvidamos muchas veces de hablar con el jugador, de entender que tiene miedos, familias, problemas personales”, dijo una vez. Y esa empatía fue clave en su éxito.
Los números también lo respaldan:
- 3 títulos con Boca Juniors (incluyendo la Copa Libertadores 2007)
- 2 ligas como jugador con Estudiantes
- Campeón con Millonarios en Colombia (2017)
- Más de 1000 partidos dirigidos en diversas ligas del mundo
Un ejemplo eterno para el fútbol argentino
En una Argentina futbolera donde las pasiones pueden enceguecer, Russo fue un faro de cordura y profesionalismo. Siempre habló con respeto, nunca buscó excusas y respetó cada camiseta que defendió. Su paso por clubes como San Lorenzo y Racing también dejó enseñanzas, aunque sin los mismos títulos, pero sí con la misma entrega.
Hoy, su pérdida duele, pero también recuerda al mundo que hay formas más nobles de ganar. Que el éxito a veces es silencioso, y que los grandes verdaderos no necesitan gritar para ser escuchados.
“Miguel deja una huella imborrable en nuestra institución y siempre será un ejemplo de alegría, calidez y compromiso”, publicó Boca Juniors en sus redes sociales. Y con razón: porque Russo no solo fue campeón, fue mucho más que eso: fue un caballero del fútbol.
Que en paz descanses, Miguel. El fútbol te aplaude de pie.