Fuga, crimen y captura: la historia del audaz escape en Nueva Orleans que terminó en Atlanta

Derrick Groves, asesino condenado, fue el último de los 10 fugitivos en ser recapturado tras una cinematográfica evasión de prisión. Su escondite estaba a metros de los estudios de cine de Tyler Perry

Por increíble que parezca, la historia de una fuga de cárcel en Nueva Orleans en mayo de 2025 parece estar sacada directamente de una película. Diez presos, incluyendo un asesino condenado por un doble homicidio, lograron escapar de una prisión aparentemente inexpugnable. Pero fue recién en octubre, cinco meses después, que el último de ellos —Derrick Groves— fue atrapado.

Una fuga digna de Hollywood

En la madrugada del 16 de mayo de 2025, Groves y otros nueve reos protagonizaron una de las fugas más osadas de los últimos años en Estados Unidos. Aprovechando un orificio detrás de un inodoro, y la ausencia del único guardia asignado al módulo (quien se encontraba aparentemente comprando comida), los internos lograron acceder a un pasadizo oculto. Allí, escalaron muros, treparon una valla cubierta con púas usando mantas como protección, y huyeron hacia la libertad cruzando incluso una interestatal a pie. Todo esto quedó registrado en cámaras de seguridad.

Un historial criminal marcado por la violencia

Derrick Groves, de 28 años, no era un preso cualquiera. El año anterior, un jurado lo había condenado por abrir fuego durante una fiesta familiar, matando a dos personas. Según los fiscales, el crimen habría sido parte de una disputa territorial entre bandas de narcotraficantes.

Con una sentencia de cadena perpetua ya dictada, Groves tenía poco que perder. Quizá por eso fue uno de los principales arquitectos de la fuga. Mientras sus compañeros caían en redadas o cometían errores como publicar en redes sociales, él optó por desaparecer. Y lo hizo con éxito. Durante meses, no hubo pistas claras de su paradero.

Instagram, bares y calles: la caída de los otros nueve

Aproximadamente el 90% de los prófugos fueron recapturados en el estado de Luisiana en las seis semanas siguientes a la evasión. Algunos merodeaban por clubes nocturnos, otros cometían pequeños delitos que alertaron a las autoridades. Uno de ellos incluso llegó a hacer publicaciones en Instagram, lo que permitió a la policía rastrearlo.

Sin embargo, el fugitivo principal, Derrick Groves, cayó gracias a una llamada anónima a Crimestoppers, una línea especializada en información criminal.

La captura en Atlanta: debajo de una casa y junto a Tyler Perry Studios

Fue en Atlanta, Georgia, donde se encontró el escondite de Groves. El equipo SWAT de la Policía de Atlanta, apoyado por un perro rastreador, pasó varias horas peinando una residencia cercana a los estudios cinematográficos Tyler Perry Studios, uno de los más grandes del país.

Tras utilizar gas lacrimógeno para obligarlo a salir, el perro lo localizó oculto en un pequeño crawl space —un hueco angosto entre el suelo y el primer piso de la casa. Estaba solo, pero según la Fiscalía de Luisiana otras personas lo ayudaron a ocultarse, y podrían enfrentar cargos por encubrimiento o complicidad.

Desarmado no estaba

El fiscal general de Luisiana, Liz Murrill, informó que en el interior del domicilio también se hallaron una pistola y 15 libras de marihuana, lo que podría agregar nuevos cargos federales. Aunque nadie más fue arrestado en el operativo, las pistas apuntan a una red de apoyo más amplia que facilitó su vida en la clandestinidad.

El final de la huida

Groves fue trasladado el mismo día al Centro de Detención del Condado de Fulton, en donde enfrenta cargos como prófugo de la justicia. Posteriormente, será extraditado a Luisiana para continuar cumpliendo su sentencia.

Una imagen viral del operativo muestra a Groves descalzo, sin camisa y esposado mientras es escoltado hacia un vehículo policial. En el video difundido por la Policía de Atlanta, incluso se despide lanzando un beso y sonriendo irónicamente a una cámara mientras es trasladado.

¿Cómo fue posible una fuga así?

El Departamento de Correcciones de Nueva Orleans aún se encuentra bajo fuego por la evidente falta de protocolos de seguridad. Solo un guardia estaba de servicio en el área donde se encontraba el grupo de reos. Además, la existencia de un orificio en la pared, detrás de un sanitario, genera preguntas sobre el mantenimiento del edificio y la supervisión interna.

Según las autoridades, los hombres llevaban tiempo planeando la fuga. Se cree que usaron herramientas primitivas obtenidas durante tiempos muertos o a través de favores internos. Así mismo, la coordinación requerida para que diez personas escaparan a través del mismo punto muestra una falla sistemática en los controles de vigilancia.

El impacto en la comunidad y la justicia

El fiscal general Murrill aseguró que todos los implicados serán juzgados por el delito de evasión carcelaria, un cargo que en Luisiana puede representar entre 2 a 5 años adicionales de prisión. Los nueve otros presos ya se habían declarado “no culpables” en julio, aunque con la evidencia y vigilancia en video, se estima que la mayoría será condenada.

En cuanto a Groves, este capítulo parece ser solo un apéndice en una vida ya marcada por la criminalidad y la violencia extrema. Las imágenes de su captura parecen cerrar un ciclo, y reafirman el reto institucional que enfrenta el sistema penitenciario de Estados Unidos.

Fugas célebres en la historia reciente

La fuga de Derrick Groves y sus compañeros recuerda episodios similares ocurridos en el pasado, como:

  • La fuga masiva de la prisión de Dannemora, Nueva York, en 2015, donde dos reos huyeron con ayuda de una empleada del centro.
  • La evasión de Joaquín El Chapo Guzmán en México, quien escapó en 2015 por un túnel de 1.5 km debajo de su celda.
  • La histórica huida de Alcatraz en 1962, convertida en mito gracias a Clint Eastwood en el filme “Escape from Alcatraz”.

Estos eventos mantienen un interés público constante, en parte por su espectacularidad, pero también por lo que revelan acerca de las condiciones del sistema penitenciario estadounidense, sus vulnerabilidades y la capacidad de coordinación de algunos internos.

¿Lecciones aprendidas?

Las autoridades de Nueva Orleans han prometido una revisión completa de sus protocolos. Se prevé que varios funcionarios puedan ser disciplinados o despedidos. Aunque es improbable que casos tan espectaculares ocurran de nuevo en el corto plazo, esta fuga ha evidenciado una falla estructural que va más allá de una puerta mal cerrada o una cámara desactivada.

Mientras tanto, Derrick Groves regresará en los próximos días al lugar donde todo comenzó. Pero esta vez, sin posibilidad de segundas oportunidades.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press