Gaza: ¿Una paz posible o una pausa antes de otra tormenta?

Análisis del complejo proceso de negociaciones entre Israel, Hamas y los mediadores internacionales que buscan un fin definitivo a la guerra en la Franja de Gaza

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

Por más de dos años, la guerra en Gaza ha devastado vidas, hogares e infraestructuras enteras. Más de 67,000 personas han muerto —según datos del Ministerio de Salud de Gaza— y millones más viven desplazadas en condiciones inhumanas. Hoy, cuando las conversaciones de paz en Sharm el-Sheikh prometen un posible alto el fuego, vale preguntarse: ¿estamos realmente cerca del fin de la guerra, o simplemente presenciamos el “entreacto” de una tragedia en múltiples actos?

Contexto: el conflicto que lo cambió todo

El 7 de octubre de 2023, un ataque sorpresa de Hamas contra el sur de Israel dejó alrededor de 1,200 personas muertas —la mayoría civiles— y 251 rehenes capturados. La represalia israelí fue inmediata y devastadora, desencadenando una ofensiva militar implacable en Gaza, marcada por bombardeos masivos, incursiones terrestres y un cerco casi total del enclave palestino.

Desde entonces, el conflicto se ha transformado en una catástrofe humanitaria sin precedentes. Las denuncias de crímenes de guerra y genocidio han proliferado, mientras la comunidad internacional clama por una solución definitiva.

Un nuevo intento de paz bajo el ala de Trump

Hoy, con el respaldo del expresidente estadounidense Donald Trump, se discute un plan que podría marcar un antes y un después. Este incluye:

  • Un alto el fuego inmediato
  • La liberación de 48 rehenes aún en manos de Hamas
  • La retirada progresiva del ejército israelí de Gaza
  • El desarme total de Hamas
  • La creación de una administración internacional en Gaza, sin presencia de Hamas
  • Un ambicioso plan de reconstrucción supervisado por Trump y Tony Blair

Por el momento, Israel ha aceptado estas condiciones “con cauteloso optimismo”, mientras Hamas se muestra reticente respecto al desarme y al gobierno internacional, aunque ha declarado no querer participar en el poder postguerra.

¿Por qué el escepticismo es inevitable?

Aunque todos los involucrados expresan esperanza, las fracturas dentro del proceso son difíciles de ignorar:

  • Falta de confianza entre las partes: Hamas exige garantías explícitas de que Israel no reanudará su ofensiva una vez liberados los rehenes, luego de que un acuerdo similar fallara en marzo pasado.
  • Desarme de Hamas: Este es el punto más controversial. Hamas lo ve como una rendición absoluta; Israel lo considera imprescindible para la seguridad.
  • Gobernanza internacional: La propuesta de una autoridad internacional que administre Gaza —potencialmente dirigida por Estados Unidos y Reino Unido— genera desconfianza tanto en sectores palestinos como israelíes. ¿Quién decidirá el futuro político del enclave?

Actores clave: diplomacia a múltiples bandas

La mesa de negociación en Sharm el-Sheikh no solo alberga representantes de Israel y Hamas. La presencia de figuras como:

  • Ron Dermer, asesor principal de Netanyahu
  • Jared Kushner, yerno del expresidente Trump
  • Steve Witkoff, emisario de Trump para Medio Oriente
  • Sheikh Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, primer ministro de Qatar

... refleja una combinación de poder diplomático y aspiraciones personales que no puede pasarse por alto. Que Trump quiera figurar como arquitecto de la paz en Medio Oriente antes de una temporada electoral en EE.UU. abre interrogantes sobre la sostenibilidad de un acuerdo promovido desde intereses externos.

¿Un escenario post-Hamas?

Uno de los mayores enigmas es qué pasará en Gaza si Hamas efectivamente se desvincula del gobierno. El plan actual propone crear una estructura de administración internacional para llenar el vacío de poder, garantizando seguridad y permitiendo reconstrucción. Pero:

  • ¿Qué países integrarían esa administración?
  • ¿Qué nivel de autonomía tendrían los palestinos?
  • ¿Cómo se garantizaría que esta estructura no perpetúe una ocupación indirecta?

Organizaciones palestinas y líderes comunitarios temen que se repita un modelo donde la voluntad del pueblo quede subordinada a agendas externas.

Los costos humanos del conflicto

Desde que comenzó la guerra:

  • Más de 67,000 palestinos han sido asesinados, con aproximadamente un 50% de mujeres y niños
  • Casi 170,000 personas han resultado heridas
  • Se estima que millones están desplazados
  • La infraestructura básica de Gaza ha sido destruida en más de un 80% (escuelas, hospitales, acueductos)

Para quienes sobreviven bajo tiendas improvisadas, sin acceso a agua potable o electricidad, la esperanza de paz no es solo un deseo político, sino una urgencia vital.

“Nuestros hijos duermen en la calle. Compramos el agua potable. ¿Dónde vamos? No hay misericordia”, dice Um Sulaiman Abu Afash, una desplazada de Gaza City.

Sara Rihan, otra dama expulsada de su hogar en Jabaliya, implora: “Espero que regresemos a nuestros lugares y casas, incluso si no quedan en pie. Nuestra existencia en nuestra tierra es la mayor felicidad para nosotros”.

Un estancamiento repetido: ¿el dilema Netanyahu?

Todos los acuerdos anteriores han caído en el mismo abismo: la constante escalada militar de Israel, coordinada desde la oficina del primer ministro Netanyahu. El líder israelí reconoce que aceptar un cese del fuego permanente podría minar su base más radical, y posiblemente su permanencia en el poder.

Netanyahu ha prometido no detener la operación hasta “destruir totalmente a Hamas”, pero cada ofensiva alimenta más odio, más muerte, y reduce las posibilidades de paz duradera.

¿Paz bajo Trump?: entre el cinismo y el pragmatismo

Es difícil no ver con recelo una propuesta de paz que lleva la firma de Donald Trump. Aunque se le atribuye facilitar ceses del fuego parciales en enero, su historial con Palestina —como trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén y reconocerla como capital israelí, desfinanciar organismos de refugiados palestinos y apoyar asentamientos ilegales— lo hace una figura polémica.

No obstante, el pragmatismo sugiere que si su plan logra detener la guerra y dar inicio a un proceso de reconstrucción, incluso los más escépticos tendrán que considerarlo seriamente. Hamas, por ejemplo, ya ha mencionado su disposición a ceder el control político de Gaza si —y solo si— existen garantías reales y verificables del fin del conflicto.

¿Y después qué?

La respuesta a esa pregunta sigue en el aire. La historia del conflicto israelí-palestino está plagada de falsas salidas, promesas incumplidas y acuerdos torpedeados por las partes con mayor poder bélico. Para que este acuerdo sea distinto, se necesitan más que palabras diplomáticas:

  • Se necesitan mecanismos de verificación y monitoreo imparciales
  • Se necesita una reconstrucción que no dependa de concesiones políticas humillantes
  • Se necesita incluir a la sociedad civil palestina en el proceso de toma de decisiones

Pero sobre todo, se necesita voluntad. Una voluntad que trascienda elecciones, ideologías o revanchismos. Una voluntad de vida.

La única incertidumbre es si esa voluntad existe... o sigue siendo una víctima más bajo los escombros de Gaza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press