Las alarmas se encienden en los Raiders: ¿qué pasa con los equipos especiales?
De la élite a la mediocridad: El declive preocupante de una unidad clave en Las Vegas
Por años, los Las Vegas Raiders encontraron en sus equipos especiales un ancla confiable incluso en medio de temporadas perdedoras. Hoy, ese terreno sólido parece haberse convertido en arenas movedizas, y la preocupación crece entre jugadores, cuerpo técnico y la afición.
¿Qué está fallando realmente?
Lo más desconcertante de la situación es que no hubo grandes cambios en el personal principal. Daniel Carlson sigue siendo el pateador desde 2018, el punter AJ Cole llegó en 2019 y el coordinador de equipos especiales, Tom McMahon, fue contratado en 2022. La continuidad, que debería jugar a favor, no ha evitado que surjan huecos por todos lados.
Las estadísticas son contundentes:
- Dos bloqueos de patadas en semanas consecutivas: un intento de gol de campo ante Chicago y un punt ante Indianápolis.
- Net punting average o promedio neto de despejes de Cole: 33,9 yardas, el peor de su carrera.
- Promedio de inicio de posesiones del rival tras kickoff: 32 yardas, sexto peor de la liga.
- Promedio de retorno de despejes permitidos: 18,8 yardas — también el quinto peor desempeño en la NFL.
"Es obviamente frustrante cuando las cosas no salen como esperas", decía Carlson el miércoles. El goleador histórico de la franquicia hoy vive una de sus campañas más inconsistentes: ha fallado 3 goles de campo en 12 intentos y tiene un 40% de eficacia desde más de 50 yardas.
El rol del personal ausente: El caso de Michael Mayer
Uno de los grandes factores que suelen pasarse por alto en estas jugadas es la protección del borde. En ambos bloqueos sufridos, el ala cerrada Michael Mayer —quien se perdió dos partidos por conmoción cerebral— debía cubrir precisamente ese punto.
Su regreso se siente como una bocanada de aire fresco para Pete Carroll, el nuevo entrenador en jefe, quien ha manifestado su frustración por los malos resultados inesperados. “Es crucial para nosotros porque juega en una posición crítica y es muy bueno en ella”, declaró.
El propio Mayer fue honesto sobre lo doloroso que fue ver las fallas desde la banca: “Odias no estar ahí, sobre todo cuando los errores vienen justo donde tú hubieras estado.”
La historia reciente de los Raiders en equipos especiales
En 2021 y 2022, Las Vegas figuró regularmente en el top 10 de varias métricas de equipos especiales. Solo basta recordar:
- Carlson fue All-Pro en 2021, con 40 goles de campo acertados.
- AJ Cole lideró la liga en promedio neto de despeje en 2021 (50.0).
- La cobertura de despejes era una de las mejores, permitiendo menos de 7 yardas por retorno.
Hoy, esas fortalezas se han erosionado. ¿Por qué?
¿Sistema o ejecución? La gran incógnita
El coordinador Tom McMahon no ha dudado en defender su planteamiento pese a los resultados. “No hemos cambiado la forma en que trabajamos ni el énfasis en los fundamentos. Simplemente no estamos ejecutando bien”, señaló Carroll.
Sin embargo, algunas señales muestran que quizás el sistema táctico necesita ajustes:
- La cobertura en las patadas largas parece estar mal posicionada, permitiendo retornos demasiado extensos.
- La protección en punt y FG ha sido vulnerada demasiado fácil.
- Los bloqueadores del borde, punto crítico en las unidades, no han estado a la altura.
El regreso de Mayer podría tapar uno de esos agujeros, pero la verdad incómoda es que otros problemas pueden ser estructurales.
Cole y su tobillo: otra preocupación más
El punter titular AJ Cole también se resintió del tobillo derecho en la jugada del bloqueo, y hay incertidumbre sobre su disponibilidad contra Titans. Los Raiders han firmado al veterano Brad Robbins como póliza de seguro. Robbins jugó en Cincinnati en 2023 y fue liberado recientemente por Buffalo.
Cole no solo es el despejador. También es el “holder” en los goles de campo y puntos extra. Su ausencia podría involucrar un cambio en la sincronía entre snapper, holder y pateador, algo extremadamente delicado.
El factor mental: la presión también juega
Carlson habló sobre su estado mental ante la adversidad: “Probablemente estoy pateando en las prácticas mejor que nunca en mi carrera. Pero cada error se siente más pesado este año. Solo se trata de estar listo para el siguiente intento.”
No es raro que incluso los más consistentes sufran bajones. Lo vimos con Justin Tucker en 2020, cuando sus porcentajes también retrocedieron brevemente.
La amenaza de los Titans: Dike y el terror del regreso
Este domingo, los Raiders enfrentan a los Tennessee Titans, y hay razones para estar preocupados. El novato Chimere Dike es una de las revelaciones de la liga en retornos: 26.6 yardas por intento y dos de los cinco mejores retornos en lo que va del torneo.
Con la pésima cobertura que ha mostrado Vegas, un retorno largo podría fácilmente inclinar la balanza.
¿Puede Brock Bowers sumar una chispa ofensiva?
Además del regreso de Mayer, el equipo espera que el tight end estrella recién seleccionado en el draft, Brock Bowers, pueda participar tras una lesión de rodilla. El entrenador Carroll ha declarado que su estatus ha pasado de ser “semana a semana” a “día a día”.
De poder actuar, Bowers agregaría una dimensión más agresiva al ataque aéreo y podría ofrecer opciones en formaciones de dos alas cerradas, que son útiles tanto para buscar espacio como para bloquear.
¿Dónde quedó la fortaleza psicológica?
Los equipos especiales ofrecen una ventaja mental fundamental. Son usualmente la primera jugada de cada mitad, y un buen retorno o despeje puede encender una chispa en toda la alineación.
Hoy, en vez de liderar la emoción del equipo, están cavando su propio hoyo.
Replanteamiento urgente o caída libre
En una división donde los Chiefs siguen dominando, los Chargers muestran señales de vida y hasta los Broncos parecen encontrar rumbo, no hay margen de error. Si los Raiders no resuelven de inmediato su caos en equipos especiales, la temporada podría escaparse antes de Halloween.
Tom McMahon tiene el reto más importante desde que llegó a Las Vegas. Necesita reencontrar una identidad para su unidad. Porque si no lo hace, el costo lo pagará todo el equipo —y quizás su propio puesto.
“Estamos trabajando duro como siempre”, subrayó Carroll. “Confiamos en que los buenos resultados llegarán.”
Pero en la NFL, la paciencia es un bien escaso... y el tiempo, inexorable.