Tigres y Yankees: Estrellas renaciendo bajo la presión de octubre

Javier Báez y Riley Greene lideran la remontada de Detroit, mientras Devin Williams se redime en la lomita de Nueva York en una electrizante Serie Divisional

El rugido de Detroit vuelve a escucharse

Los Detroit Tigers evitaron la eliminación con una épica victoria 9-3 sobre los Seattle Mariners en el Juego 4 de la Serie Divisional de la Liga Americana. Con esta actuación, forzaron un decisivo Juego 5 en Seattle que promete emociones intensas. En un encuentro donde el ataque por fin despertó, brillaron nombres propios como Riley Greene, Javier Báez, Gleyber Torres y Zach McKinstry.

Los felinos, que habían tenido problemas ofensivos a lo largo de la postemporada, lograron su mejor marca de carreras en playoffs desde 1968, cuando anotaron 13 en el Juego 6 de la Serie Mundial, por entonces aún en blanco y negro para muchos fanáticos.

El despertar de Greene

Riley Greene, quien estaba sumido en una racha de 11 turnos sin hit, se encargó de cambiar el guion en la sexta entrada con un impresionante home run de 454 pies, el más largo en Comerica Park desde que Gleyber Torres conectó uno de 453 en 2023.

"No había bateado una pelota así desde hace tiempo", confesó Greene con una sonrisa. "Se siente bien, quiero hacerlo más seguido." Y es que, tras liderar al equipo con 36 jonrones en la temporada regular, lo cierto es que su ofensiva había desaparecido al final del año, lo que coincidió con el colapso de Detroit en la Central de la Americana.

Báez: el Boricua responde con poder

Javier Báez hizo presencia como solo él sabe: encendido. No había ingresado al roster de la postemporada en 2023 por lesión, pero ahora regresó con una actuación brillante que incluyó un cuadrangular de dos carreras en la misma sexta entrada, ampliando la ventaja a 7-3. Fueron cuatro carreras impulsadas en total.

"Nosotros podemos ser realmente peligrosos cuando todo hace clic: el pitcheo, el bateo, la defensa, todo", dijo Báez. Y tenía razón. De los 9 hits del equipo, casi todos sirvieron para producir, un contraste radical con los duelos previos.

Gleyber Torres y McKinstry: estrellas oportunas

Torres también sumó a la fiesta con un cuadrangular solitario y tres apariciones en base. Su contribución fue particularmente importante dado que, pese a ser hombre de la parte alta del orden al bate, apenas había anotado una carrera en los playoffs hasta ahora.

Por su parte, Zach McKinstry fue el caballero inesperado en la ofensiva de Detroit. Llegaba al juego con 1 de 19 en la postemporada, pero explotó con tres imparables, incluyendo un sencillo remolcador.

Un cambio de cara: de ponchados a productivos

En los tres juegos anteriores, los Tigers habían sido punzados por la falta de contacto, siendo el equipo más ponchado de la postemporada. Pero eso cambió radicalmente el miércoles: solo tres ponches en todo el partido.

"Pegar es contagioso, y no pegar también lo es", explicó Spencer Torkelson, quien también tuvo una sólida noche con dos hits y una carrera anotada. El resurgimiento ofensivo fue clave para extender la serie.

Skubal al rescate

Ahora Detroit viaja a Seattle con el ánimo renovado y la esperanza puesta en Tarik Skubal, quien abrirá el Juego 5. Skubal cerró la temporada regular con récord de 13-6 y una efectividad estelar de 2.66. Será su momento de brillar.

"Sabemos que él es increíble, pero necesitamos ayudarlo anotando temprano", apuntó Torres con mirada concentrada. Y es que, si los bates mantienen el ritmo, Detroit podría volver a una Serie de Campeonato por primera vez desde 2012.

Desde el Bronx, una redención llamada Devin Williams

Mientras los Tigers rugen, en Nueva York hay otra historia digna de atención. El relevista Devin Williams se ha reencontrado con su mejor versión justo a tiempo para ayudar a los Yankees a sobrevivir contra los Toronto Blue Jays.

Con 6 2/3 entradas sin permitir carrera por parte del bullpen en el Juego 3 de la serie, Williams lanzó múltiples innings por primera vez en más de dos años. El conjunto neoyorquino finalmente venció a Toronto 9-6 y obligó a un Juego 4.

A sus 31 años, Williams ha vivido una montaña rusa en su primer año en la Gran Manzana. Adquirido desde Milwaukee con grandes expectativas, terminó la temporada regular con una decepcionante ERA de 4.79 y cuatro salvamentos desperdiciados.

Una curva descendente… y otra ascendente

El cambio de carrera de Williams fue notorio. Perdió el papel de cerrador en abril, fue abucheado rotundamente en su debut y su control fue una pesadilla. Según sugiere Statcast, los rivales bateaban .455 cuando se ponía 3-1 en la cuenta y .391 cuando caía en 0-2.

No obstante, tal como señaló el manager Aaron Boone, "los números esperados decían que lanzaba mejor de lo que sus estadísticas mostraban. Y ahora, por fin, esos números se están traduciendo en resultados".

El bullpen de los Yankees, una sorpresa deseada

Durante la temporada regular, el bullpen neoyorquino tuvo una ERA conjunta de 4.37, la 23ª peor de las Grandes Ligas. Pero el martes rindieron como una de las mejores unidades del campeonato: Fernando Cruz, Tim Hill, Camilo Doval, David Bednar y el propio Williams limitaron a Toronto a solo tres hits en siete entradas.

El mismo Giancarlo Stanton fue claro al valorar el esfuerzo de su compañero: "Es genial verlo recibir un poco de aprecio por todo el trabajo que ha puesto", sostuvo acerca de Williams.

¿Juego 5 perfecto?

Tanto Detroit como Nueva York han reavivado sus expectativas con actuaciones claves de sus jugadores. La presión de octubre revela el temple de los verdaderos líderes, y en este caso, tanto los bates intimidantes de los Tigers como el brazo redentor de Williams están escribiendo páginas memorables en la historia reciente del béisbol.

Para los Tigers, será el brazo de Skubal y la constante de un lineup despierto lo que determine su suerte. Para los Yankees, si Williams sigue brillando en la recta final, podrían seguir soñando con su primera Serie Mundial desde 2009.

Octubre es un mes especial en este deporte. Es ahí donde los héroes nacen, caen y renacen. Y este año, Báez, Greene y Williams están dejando su huella imborrable en el diamante.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press