¿Fin del horror en Gaza?: Un análisis de la tregua entre Israel y Hamás
La esperada pausa humanitaria despierta esperanza y dudas entre los palestinos tras dos años de guerra devastadora
La tregua: alivio entre ruinas
Después de dos años de intensos combates, decenas de miles de muertos, desplazamientos masivos y una catástrofe humanitaria que ha devastado la Franja de Gaza, la noticia de una tregua entre Israel y Hamás ha traído a muchos palestinos una dosis de esperanza mezclada con angustia e incertidumbre.
"Una vez que escuchamos las noticias sobre la tregua, nos sentimos felices", cuenta Ibrahim Shurrab, desplazado desde Jan Yunis. Actualmente vive en Muwasi, un área repleta de tiendas de campaña improvisadas que sirven como refugio para quienes perdieron sus hogares. Como Shurrab, miles de palestinos ven este alto al fuego como una posible vía de regreso a la normalidad. Pero ¿es realmente posible volver a esa normalidad cuando hay tantas heridas que aún sangran?
La magnitud del desastre: ¿de dónde venimos?
La ofensiva israelí en Gaza comenzó oficialmente en respuesta al ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, cuando militantes de la organización islamista mataron a alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 personas. En los meses y años siguientes, Israel desplegó una campaña militar implacable en la Franja de Gaza.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 67.000 personas han muerto, de las cuales al menos la mitad eran mujeres y niños. La ONU y varias organizaciones humanitarias citan estas cifras como las estimaciones más fiables, a pesar de provenir de estructuras gubernamentales dirigidas por Hamás.
Esta guerra ha reducido barrios enteros a escombros y provocado un éxodo colosal. En la actualidad, miles de personas sobreviven en campamentos improvisados, buscando refugio en playas o espacios baldíos, usando mantas como techos o casas destruidas como escondite.
Alegría contenida: entre esperanza y dolor
"Estamos en las calles", dice con impotencia Nevin Qudeeh, visiblemente emocionada. "Sentimos un gran alivio, pero hasta que no volvamos a nuestras casas, esa felicidad será incompleta". La mayoría de los desplazados narran la situación como una cadena de pesadillas encadenadas: desde la pérdida de seres queridos, casas y medios de vida, hasta la interrupción total de la educación.
Taghreed al-Jabali, otra mujer desplazada, resumió esta sensación colectiva: "No sabemos si sentirnos felices o tristes. Nuestra gente ha muerto. Nuestros hijos y nietos han perdido dos años enteros de escuela. Esto ha destruido más que una generación".
El miedo también es latente. Mohamed al-Nashar, de la ciudad de Gaza, afirma que la población "siente mucha cautela y tiene miedo de lo que vendrá después". Israel, aunque ha prometido acatar el acuerdo, aún lleva a cabo bombardeos en regiones como el norte de Gaza.
Detalles de la tregua: ¿qué implica el acuerdo?
El plan acordado contempla una pausa en los ataques y la liberación de los últimos 48 rehenes, de los cuales se cree que aproximadamente 20 están aún vivos. A cambio, Israel accedería a liberar a cientos de prisioneros palestinos. Entre estos prisioneros se incluyen mujeres, menores y muchos acusados sin juicio previo.
La tregua parece propiciada, en parte, por la intermediación de Estados Unidos. El presidente Donald Trump, quien ha tratado de posicionarse como mediador global nuevamente, impulsó la propuesta con un plan de paz más amplio que aún genera debates: ¿Quién gobernará Gaza en el futuro? ¿Desarmará Hamás? Estas preguntas siguen en el aire.
El precio humano de la guerra: al borde de la hambruna
Durante los últimos meses, se han reportado múltiples zonas de Gaza afectadas por el hambre severa. ONU y organizaciones no gubernamentales han alertado sobre situaciones similares a una hambruna, especialmente en el norte, donde los accesos a alimentos y medicinas han sido mínimos debido al asedio israelí.
Samir Moammer, desplazado de Rafah, expresó el malestar de muchos: "Somos un pueblo que ha sufrido la injusticia de la ocupación y de la guerra. La vida ha sido completamente detenida. La educación se acabó. El futuro fue demolido".
De hecho, el propio Ministerio de Educación en Gaza ha confirmado que al menos 280.000 estudiantes no han podido asistir a clases durante dos años consecutivos, provocando una pérdida casi irrecuperable para futuras generaciones.
¿Y después qué?: Temores ante el día después
La tregua ha creado un momento de respiro, sí, pero también una enorme incertidumbre. "¿Cómo volvemos a nuestras vidas? ¿Qué vida tenemos ahora?", se pregunta Mohammad Al-Farra, mientras observa las ruinas de su antiguo vecindario.
En Gaza, la reconstrucción no será solo física. Tendrá que ser emocional, económica, educativa y mental. El conflicto también ha dejado una marca en la salud mental de toda una población.
Según un informe publicado por UNICEF en abril de 2025, más del 70% de los niños en Gaza muestran signos de trauma severo: trastornos del sueño, ansiedad, pesadillas y mutismo. Esto se suma al colapso de los hospitales, con solo una fracción de los centros médicos aún en funcionamiento debido a los bombardeos.
¿Paz duradera o simple pausa bélica?
Si bien este acuerdo representa el acercamiento más tangible hacia el fin del conflicto desde 2023, muchos dudan de que se sostenga a largo plazo. "Israel podría romper la tregua en cualquier momento, como ha hecho antes", comenta un residente anónimo desde Deir al-Balah, tras observar humo en el horizonte a pesar del cese de fuego anunciado.
La historia reciente en Gaza abona este escepticismo: las treguas anteriores (como las de 2021, 2014 y 2012) duraron pocos días o semanas antes de que nuevas hostilidades estallaran. La fórmula repetida: ataques de cohetes desde Gaza seguidos por bombardeos desproporcionados de parte de Israel.
Además, hay interrogantes sobre cómo se mantendrá el orden interno. La posibilidad de que un cuerpo internacional (quizá con presencia de la ONU o países árabes) administre Gaza temporalmente se discute en círculos diplomáticos, pero aún no hay respaldo ni estructura definida.
La opinión internacional: ¿complicidad o impotencia?
La comunidad internacional ha condenado repetidamente los ataques indiscriminados contra civiles. La Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos calificó varias veces las acciones militares de ambos bandos como violaciones posibles al derecho internacional humanitario.
Aun así, acciones concretas han sido escasas. El Consejo de Seguridad rara vez logra emitir resoluciones vinculantes por los vetos cruzados entre potencias como Estados Unidos, Rusia y China.
En paralelo, la opinión pública mundial, sobre todo en redes sociales, se ha polarizado intensamente. En algunos países árabes y europeos ha habido marchas multitudinarias a favor del pueblo palestino. En Estados Unidos, por ejemplo, varios campus universitarios vivieron protestas estudiantiles exigiendo mayor presión del gobierno de Trump sobre Israel.
¿Una salida realista al conflicto?
La única salida viable para muchos observadores sigue siendo una solución de dos Estados, un planteamiento aprobado en múltiples foros internacionales pero que hoy parece más lejano que nunca. El actual gobierno de Netanyahu en Israel rechaza categóricamente su implementación, mientras Hamás no reconoce el derecho de Israel a existir.
En este escenario, y con decenas de miles de muertos, millones de desplazados y generaciones sin futuro visible, la pregunta sigue en el aire: ¿cuándo dejará de ser Gaza un sinónimo de sufrimiento humano?