El Premio Nobel de la Paz: ¿Un galardón despolitizado o un espejo de los conflictos del mundo?

Exploramos el impacto, la relevancia y las controversias alrededor del Nobel más político de todos

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El Premio Nobel de la Paz es, sin lugar a dudas, uno de los reconocimientos más prestigiosos y simbólicos del planeta. A diferencia de sus hermanos centrados en el conocimiento (Física, Química, Medicina o Economía), el Nobel de la Paz es emocional, mediático y profundamente político. Su historia está plagada de decisiones aplaudidas y otras que hasta hoy se debaten. Pero ¿qué lo hace tan especial y, a la vez, tan polémico?

Un poco de historia: la semilla sembrada por Alfred Nobel

En su testamento, firmado en 1895, Alfred Nobel —inventor de la dinamita— expresó su deseo de crear premios que reconocieran "a aquellos que hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad". En particular, el de la Paz debía entregarse a quien haya trabajado en pos de la "fraternidad de las naciones" y la reducción o abolición de los ejércitos permanentes.

Desde su primera entrega en 1901, el Nobel de la Paz se ha otorgado a más de 100 individuos y organizaciones, incluyendo íconos como Martin Luther King Jr., Malala Yousafzai, Nelson Mandela y la Cruz Roja. Sin embargo, también ha sido criticado por reconocer figuras polémicas u omitir nombres notables.

¿Quién decide y por qué Oslo?

Curiosamente, este es el único Nobel que no se entrega en Estocolmo, donde tienen lugar los demás (salvo en 2020-2021 debido a la pandemia). El Nobel de la Paz se otorga en Oslo, Noruega, por decisión expresa de Alfred Nobel. Aunque nunca explicó públicamente la razón, algunos historiadores especulan que Nobel veía a Noruega (entonces en unión con Suecia) como más neutral y menos militarista.

La decisión del premio recae en el Comité Noruego del Nobel, conformado por cinco personas nombradas por el Parlamento noruego. Esto ha generado críticas sobre la influencia política que puede tener el cuerpo legislativo de un solo país europeo en galardonar a líderes globales.

¿Qué criterios se siguen al premiar?

De acuerdo con los estatutos, el comité busca premiar a quienes hayan hecho "el mayor esfuerzo o mejor realizado el trabajo por la fraternidad entre naciones, la abolición o reducción de ejércitos permanentes y la promoción de congresos de paz".

Sin embargo, como han señalado diversos expertos, el criterio de "mayor beneficio" o "trabajo por la paz" puede ser interpretado de muchas formas. Esto ha permitido galardonar a activistas de derechos humanos, organizaciones humanitarias, líderes políticos e incluso negociadores de paz cuyo trabajo aún está en proceso.

Ganadores ejemplares y controversiales

Hay ganadores del Nobel de la Paz que han unido al mundo en admiración:

  • Nelson Mandela y Frederik de Klerk (1993): Por la transición pacífica hacia el fin del apartheid en Sudáfrica.
  • Malala Yousafzai (2014): Defensora del derecho a la educación para niñas, sobreviviente de los talibanes.
  • Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) (2013): Por su trabajo en la eliminación de armas químicas.

Pero también hay premiaciones que han generado un intenso debate:

  • Henry Kissinger y Le Duc Tho (1973): Por los Acuerdos de Paz de París que supuestamente pondrían fin a la guerra de Vietnam. Le Duc Tho rechazó el premio.
  • Barack Obama (2009): Galardonado a menos de un año de asumir la presidencia de EE. UU., basándose en "sus extraordinarios esfuerzos por fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos".
  • Abiy Ahmed (2019): Primer ministro etíope premiado por su impulso al acuerdo de paz con Eritrea. Sin embargo, años más tarde, su país se sumió en una devastadora guerra civil.

2024: Rumores, controversias y posibles candidatos

En octubre de cada año, los ojos del mundo se posan en Oslo. El Nobel de la Paz acapara titulares, especulaciones y expectativas. Este año, algunos nombres que han sido mencionados por observadores del premio o el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO) incluyen:

  • Salas de Respuesta de Emergencia de Sudán: Organizaciones comunitarias que han coordinado asistencia ante la guerra civil, operando con escasos recursos y bajo constante amenaza.
  • La Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia: Por su centralidad en la promoción del derecho internacional, especialmente en conflictos como el de Ucrania, Gaza o Myanmar.
  • Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ): En un mundo donde la libertad de prensa está bajo asedio, su defensa del periodismo libre es vital para construir y sostener la paz democrática.

Uno de los rumores más ruidosos —y polémicos— ha sido el de Donald Trump como posible nominado debido a sus propuestas diplomáticas en Oriente Medio o Corea del Norte. Sin embargo, la probabilidad real de que el expresidente estadounidense gane sigue siendo baja, según analistas políticos noruegos.

¿Un premio realmente despolitizado?

Muchos críticos han señalado lo contradictorio que es que un galardón cuya esencia es promover la paz tenga, en ocasiones, efectos contraproducentes o se politice. Estados y gobiernos han presionado, han protestado e incluso han impuesto boicots por la premiación de figuras incómodas.

Un caso emblemático es el de Liu Xiaobo, intelectual chino y disidente político, galardonado en 2010 mientras estaba encarcelado por las autoridades del Partido Comunista. China no solo se opuso vehementemente, sino que congeló relaciones diplomáticas con Noruega e impuso un embargo comercial no oficial por varios años.

¿Aún tiene relevancia moral el Premio Nobel de la Paz?

A pesar de las controversias, el Nobel de la Paz sigue siendo una plataforma global de enorme visibilidad. Un vistazo a figuras como Rigoberta Menchú (1992) o Denis Mukwege (2018) nos recuerda que el premio puede amplificar causas olvidadas y abrir caminos hacia el cambio social estructural.

También sirve como memoria histórica. El Nobel permite inmortalizar a hombres y mujeres cuya labor puede parecer silenciosa, pero ha marcado vidas enteras, como los sobrevivientes japoneses de Hiroshima y Nagasaki premiados en 2023 por su activismo contra el uso de armas nucleares.

Mirando al futuro: ¿qué debería premiarse?

En un mundo polarizado, marcado por catástrofes climáticas, guerras, censura y desplazamientos forzados, los retos son múltiples. Tal vez el comité deba mirar hacia quienes trabajan en:

  • Promover la justicia climática en regiones devastadas por sequías y huracanes.
  • Denunciar el autoritarismo creciente y defender la libertad de expresión e información.
  • Proteger la salud mental y el bienestar de refugiados y desplazados por conflictos violentos.

Sea cual sea el veredicto este año, el Nobel de la Paz continuará siendo más que un trofeo: es un termómetro moral que refleja nuestras crisis, desafíos y esperanzas colectivas.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press