Gaza en la encrucijada: ¿Podrá la ONU evitar una catástrofe humanitaria en la tregua temporal?

Con 170,000 toneladas de ayuda listas para entrar a Gaza, la ONU busca un acceso masivo durante el cese al fuego, pero enfrenta obstáculos políticos, logísticos y diplomáticos que amenazan con prolongar el sufrimiento

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La magnitud del desastre humanitario en Gaza

Gaza enfrenta uno de los peores desastres humanitarios de este siglo. Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamas tras el ataque del 7 de octubre de 2023, en el que murieron más de 1,200 israelíes, la Franja de Gaza ha quedado desangrada: decenas de miles de palestinos muertos, millones desplazados, infraestructuras destruidas y un bloqueo que limita la entrada de ayuda humanitaria esencial.

El conflicto no solo devastó el territorio, sino que también generó tensiones regionales y una creciente condena internacional hacia Israel, especialmente en foros como las Naciones Unidas, que ha sido marginada por las decisiones unilaterales de reemplazar su rol logístico en la distribución alimentaria por una fundación patrocinada por EE. UU. e Israel: la Gaza Humanitarian Foundation (GHF).

Una tregua que puede cambiarlo todo

Con la reciente tregua negociada con el impulso de EE. UU. y anunciada por el presidente Joe Biden, la ONU se prepara para una ambiciosa operación humanitaria masiva. Según Tom Fletcher, jefe humanitario de la ONU, hay 170,000 toneladas métricas de alimentos, medicinas y suministros listos para ingresar al enclave costero tan pronto como Israel dé el visto bueno.

“Estamos absolutamente listos para actuar a gran escala. La magnitud del sufrimiento exige una respuesta colectiva inmensa.” —Tom Fletcher, jefe humanitario de la ONU

Solo se ha cubierto el 20% de la ayuda necesaria

En los últimos meses, Naciones Unidas y sus socios han logrado apenas entregar el 20% de la ayuda humanitaria requerida. Las cifras son alarmantes: más de 2.1 millones de personas necesitan alimentos, de las cuales al menos 500,000 enfrentan una desnutrición severa.

El objetivo inmediato durante los primeros 60 días de la tregua es aumentar el número de camiones que ingresan a Gaza de menos de 100 diarios a entre 500 y 600. También se planea restablecer el acceso al agua potable, brindar servicios de salud (incluyendo salud mental y rehabilitación), implementar cocinas comunitarias, apoyar a las panaderías y reconstruir parcialmente el sistema sanitario y de saneamiento destruido por los ataques.

Las prioridades de la ayuda humanitaria

  • Distribución de alimentos: Alcanzar a 2.1 millones de personas con alimentos básicos, así como suplementos nutricionales para medio millón que están en situación crítica.
  • Salud: Ingreso de suministros médicos, rehabilitación de centros de salud, evacuaciones médicas, atención mental y despliegue de equipos de respuesta urgente.
  • Educación: Reapertura de espacios de aprendizaje temporales para cerca de 700,000 niños y distribución de útiles escolares.
  • Vivienda: Envío semanal de miles de tiendas de campaña y lonas impermeables resistentes previo al invierno.
  • Saneamiento: Instalación de letrinas, reparación de fugas de aguas negras y restablecimiento del sistema de bombeo.

¿Dónde están los obstáculos?

A pesar del compromiso de la ONU, existen enormes barreras operativas y políticas. Uno de los temas más críticos es la negativa, hasta ahora, por parte de Israel de otorgar acceso total a todos los pasos fronterizos. A ello se suma la tensión existente entre el gobierno israelí y las agencias humanitarias de Naciones Unidas, a quienes acusa de ineficiencia y, en algunos casos, de ser cómplices del supuesto desvío de ayuda por parte de Hamas; acusaciones que no han sido probadas con evidencia sólida.

En mayo, Israel tomó la decisión de sustituir la operación de ayuda de la ONU con la citada Gaza Humanitarian Foundation, una medida que humanitarios ven como peligrosa porque podría despolitizar la ayuda o condicionar su entrega.

Asimismo, Fletcher advirtió que se necesita una suma considerable de dinero para ejecutar toda la estrategia, una tarea nada fácil en un momento en que los presupuestos de cooperación de muchos países donantes están sufriendo recortes, o se están redirigiendo a otras crisis como Ucrania.

Los riesgos del invierno y la urgencia de actuar

El invierno se aproxima rápidamente, y con casi 80% de la infraestructura habitacional destruida o seriamente dañada, el riesgo de muertes por enfermedades respiratorias e hipotermia es inminente. Las imágenes fueran estremecedoras: bebés recién nacidos durmiendo al aire libre sobre escombros y ancianos con enfermedades crónicas sin medicación ni refugio.

Fletcher subrayó que esta crisis también tiene rostro femenino: las mujeres y niñas son víctimas de violencia sexual exacerbada durante el desplazamiento y en los campamentos, y deben tener prioridad en los programas de protección y asistencia.

¿Es suficiente una tregua?

Los analistas humanitarios coinciden en que una tregua —por necesaria que sea— no es solución si no se acompaña de voluntad política genuina de mejorar el acceso, la rendición de cuentas y el respeto al derecho internacional humanitario desde todos los frentes.

La fórmula para Gaza es clara: ayuda sin barreras, respeto a los principios humanitarios, garantías de seguridad para los actores en campo y una estrategia sostenida en el tiempo. La alternativa es la condena al hambre, a las enfermedades y a la perpetuación de un ciclo que ya ha durado demasiado.

“A quienes han observado esta crisis pensando ‘¿Qué puedo hacer?’ Ahora es el momento de actuar con generosidad.” —Tom Fletcher

La realidad política y el rol global

Estados Unidos ha impulsado una hoja de ruta de 20 puntos para la tregua, en la que se enfatiza el rol de la ONU como coordinador humanitario central. Aunque esta postura es celebrada desde Nueva York y Ginebra, en Tel Aviv ha generado escepticismo. La desconfianza hacia actores internacionales, producto del trauma de octubre, ha volcado la estrategia hacia el control directo e incluso privatizado de la ayuda.

Sin embargo, sin una visión compartida entre Israel, Hamas (o una representación palestina aceptable) y los actores internacionales, toda posibilidad de solución estable sigue siendo remota.

Una oportunidad histórica

La ONU ha demostrado contar con la mecánica para movilizar ayuda a gran escala, como lo ha hecho en Yemen, Siria y Sudán del Sur. Lo que falta ahora no son capacidades operativas, sino cooperación y financiamiento.

Si esta operación humanitaria masiva logra ejecutarse con éxito, podría abrir espacio a discusiones mayores sobre reconstrucción, reconciliación y eventualmente, una solución política definitiva al conflicto. En otras palabras, esta es una oportunidad histórica de demostrar que tras la tragedia, aún hay margen para la esperanza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press