Jets, Bucs y Bills: Tres rostros del drama en la NFL 2025
Desde el colapso defensivo de los Jets hasta la renacer de Mayfield y la ofensiva eléctrica de Josh Allen, analizamos la dramática actualidad de tres equipos de la NFL
Los New York Jets: Cuando la defensa deja de defender
La temporada 2025 de la NFL está mostrando su rostro más despiadado con los New York Jets, un equipo que no solo está hundido en un récord de 0-5, sino que también carga con el deshonor histórico de ser la primera franquicia sin balones recuperados tras cinco juegos desde que se empezaron a registrar esas estadísticas en 1933.
El diagnóstico no podría ser más duro, y viene de la voz del propio líder defensivo, Quinnen Williams: “Somos probablemente la peor defensa de la liga”. En una declaración sin adornos desde Inglaterra, donde los Jets se preparan para enfrentar a los Broncos de Denver, el tacle estrella fue claro en su autocrítica. “Estamos 0-5 y la defensa ha sido el problema”, aseguró.
Los números respaldan su desesperanza: solo tres capturas en los últimos cuatro partidos y un rendimiento deslucido incluso en el debut ante los Steelers, donde lograron cuatro capturas pero aún cayeron 34-32. El resto ha sido un desastre. La falta de presión al mariscal rival, la ineficacia frente a los dobles bloqueos y una secundaria sin química evocan lo peor del fútbol americano profesional.
Psychología de un equipo caído
La narrativa de “reiniciar desde el extranjero” no convence a nadie en la plantilla. Williams fue categórico al decir que jugar en Londres o en Florham Park da igual si el equipo no ajusta lo básico: “Cuando estás 0-5, sin importar dónde estés, tienes que arreglar las cosas”.
Sus compañeros secundan la autocrítica. El cornerback Jarvis Brownlee Jr. resumió el sentir del vestuario: “Tenemos que confiar el uno en el otro para que las jugadas empiecen a pasar”, insistió, en alusión al coach defensivo Aaron Glenn, quien viene machacando con la idea de generar más oportunidades atacando el balón.
El problema no es solo físico, sino estructural y mental. Salir del pozo no será cuestión de un viaje ni de inspiraciones pasionales. Será un proceso de reconstrucción profunda.
Tampa Bay Buccaneers: La redención de Mayfield y el ascenso de Emeka Egbuka
En el otro extremo emocional de la liga están los Tampa Bay Buccaneers (4-1), quienes viven un renacer liderado por un improbable protagonista: Baker Mayfield.
Criticado durante toda su carrera por su inconsistencia, Mayfield parece haber encontrado estabilidad y liderazgo en Tampa, proyectándose incluso como candidato al MVP. Según su entrenador Todd Bowles: “El dominio del sistema ofensivo en su segundo año ha sido fundamental. Él está mejorando a todos a su alrededor”.
Los números de Mayfield hablan por sí solos: ha comandado cuatro victorias en situaciones críticas con anotaciones en los últimos minutos, algo que refleja su madurez en momentos de presión. El equipo, además, ha logrado mantener el liderato divisional pese a lesiones clave como la de Mike Evans.
El impacto del novato Emeka Egbuka
El hueco dejado por Evans ha sido llenado brillantemente por Emeka Egbuka, novato salido de Ohio State. Con 25 recepciones, 445 yardas y cinco touchdowns en cinco juegos, incluido un partido con 163 yardas contra Seattle, ha sido el arma más explosiva del equipo. Mayfield lo elogió sin rodeos: “Es simplemente malditamente bueno”.
Junto con Rachaad White —quien se benefició de la lesión de Bucky Irving para anotar dos touchdowns terrestres— y el seguro en los intentos de gol de campo Eddy Pineiro, este es un equipo que ilusiona porque sabe reinventarse ante la adversidad.
Buffalo Bills: La Maquinaria de Josh Allen y su ofensiva demoledora
Los Buffalo Bills, con marca 4-1 y la tercera mejor ofensiva de la NFL (395.8 yardas y 30.6 puntos por partido), son otro paradigma. Josh Allen, apodado por su entrenador Sean McDermott como “El Borrador Humano” (“The Human Eraser”), comanda un sistema ofensivo creativo y vertical.
El mariscal es capaz de convertir oportunidades nulas en grandes jugadas. Aunque cometió errores recientes —dos intercepciones y un balón suelto en los últimos dos partidos—, sigue elevando el techo de su equipo. Desde su llegada a la NFL, la relación entre sus balones perdidos y derrotas es clara: Allen tiene récord de 45-28 cuando pierde el balón, y 15-20 cuando comete errores en la segunda mitad. Minimizar esas fallas será clave.
Christian McCaffrey: ¿más receptor que corredor?
Un dato curioso en la maquinaria ofensiva de los Bills es la figura de Christian McCaffrey. Aunque su promedio terrestre es bajo (3.1 yardas por acarreo), como receptor ha sido letal. Con 39 recepciones para 387 yardas, está en ritmo para romper el récord de recepciones para un corredor en una sola temporada (133).
Su versatilidad desconcierta a las defensas rivales: ya sea como check-down en terceras oportunidades o como especialista en jugadas abiertas, McCaffrey le da otra dimensión al equipo.
El resurgimiento de Michael Penix Jr. y el caso Keon Coleman
En el próximo Monday Night Football, los Bills enfrentarán a los Falcons de Atlanta en lo que se anticipa como un choque de contrastes.
Atlanta, pese a su defensiva de élite en yardas permitidas (244 por juego), sigue teniendo los mismos problemas de siempre: permite muchos puntos (21.5 por partido) y anota poco (19).
Eso pone aún más presión sobre Michael Penix Jr., el nuevo QB titular que vive su temporada de novato tras tomar el lugar de Kirk Cousins. Penix tuvo una amarga experiencia ante Carolina con dos intercepciones, pero rebotó de manera destacada con 313 yardas aéreas y dos touchdowns ante Washington.
Por otro lado, Keon Coleman, receptor de segundo año de los Bills, vivió su propia novela la semana pasada. Fue castigado y no jugó en la primera serie contra Patriots por motivos disciplinarios no especificados. Después soltó un balón en la zona roja, pero terminó la noche con una recepción de touchdown, mostrando carácter.
¿Y ahora qué? Tres futuros muy distintos
- Jets: Deben iniciar una reconstrucción defensiva urgente. Con un líder como Williams aceptando la culpa, el cambio es posible, pero requerirá ejecución y confianza.
- Buccaneers: Con Mayfield liderando, Pineiro asegurando goles, Egbuka ascendiendo y un corredor resiliente como White, este equipo está para grandes cosas. ¿Una final de conferencia? No parece descabellado.
- Bills: Si Allen logra recortar sus pérdidas, McCaffrey sigue rompiendo récords y su defensa se mantiene sólida, este es un conjunto con potencial de Super Bowl.
La NFL, en su esencia, es impredecible. Pero esos tres equipos —desde el fondo, la cima y la plataforma de despegue— reflejan la complejidad de un deporte donde cada error se paga, pero cada jugada también puede redimir.