La juventud marroquí se alza: protestas, demandas y el despertar político de la Generación Z
A través de TikTok y Discord, los jóvenes de Marruecos están desafiando al poder establecido y exigiendo un futuro más justo, con educación, salud y transparencia como ejes centrales
Una nueva generación irrumpe en la calle
En las últimas semanas, Marruecos ha sido testigo de una ola de protestas que podrían marcar un punto de inflexión en su historia política. Pero a diferencia de otras manifestaciones del pasado, esta vez no fueron los sindicatos ni los veteranos políticos quienes actuaron como catalizadores. Fue la Generación Z, una juventud marcada por la precariedad, la hiperconectividad digital y un profundo sentido de injusticia social.
Bajo el nombre Gen Z 212 —en referencia al prefijo telefónico internacional de Marruecos—, decenas de miles de jóvenes han tomado las calles en ciudades como Casablanca, Rabat, Agadir y Fez, exigiendo reformas estructurales profundas. ¿Qué los moviliza? Corrupción desenfrenada, servicios públicos colapsados y una economía que les ha cerrado las puertas.
De TikTok al asfalto
Lo que comenzó como un fenómeno en redes sociales pronto se convirtió en una movilización nacional.
- TikTok: El hashtag #GenZ212 acumula millones de visualizaciones con vídeos irónicos, testimonios y llamados a la acción.
- Discord: La plataforma se ha convertido en el centro logístico del movimiento. Allí se planifican protestas, se comparten estrategias y se debaten los pasos a seguir. Más de 200.000 personas lo usan activamente.
- Instagram y Twitter: Canales clave para viralizar imágenes de pancartas, videos de represión y mensajes de solidaridad internacional.
La protesta estalló tras el fallecimiento de ocho mujeres en un hospital público en Agadir, un caso que expuso la precariedad del sistema de salud marroquí. Sin embargo, es apenas la punta del iceberg. Las demandas tocan puntos neurálgicos:
- Reforma educativa real y gratuita
- Acceso digno a la atención médica
- Combate frontal a la corrupción sistémica
- Reasignación del presupuesto nacional (críticas por el gasto en estadios para el Mundial 2030)
Corrupción institucional y falta de representación
Más del 35% de los jóvenes entre 15 y 24 años están desempleados, según la Haut Commissariat au Plan (HCP). Se trata de una cifra alarmante que solo empeora lejos de los centros urbanos.
Con un gobierno liderado por Aziz Akhannouch —uno de los hombres más ricos de Marruecos y acusado por los manifestantes de aumentar las desigualdades—, la percepción es que el aparato estatal sirve a las élites y no al pueblo.
“No queremos un rey ausente y unos ministros aliados con el poder económico. Pedimos respeto, pan y dignidad”, dijo Soufiane, un estudiante de Casablanca que participó con una pancarta que mostraba al ministro de Salud como un 'se busca'.
Las imágenes de ministros caricaturizados como demonios o criminales han inundado las calles con mensajes gráficos y simbólicos tan potentes como sus consignas.
La monarquía bajo la lupa: ¿Aliado o enemigo?
Morocco es una monarquía constitucional, pero el rey Mohammed VI ostenta un poder amplio, incluyendo control sobre las Fuerzas Armadas, decisiones diplomáticas y la capacidad de disolver el Parlamento. En este contexto, muchos de los jóvenes no solo miran al gobierno con desconfianza; también esperan que el rey tome posición.
En una carta abierta publicada por Gen Z 212, exigieron lo siguiente a su Majestad:
- Destitución del actual gobierno
- Liberación de presos políticos
- Convocatoria de un foro nacional contra la corrupción
Pero hasta ahora, el rey ha guardado silencio, lo que inquieta a muchos que temen represalias y represión.
Una generación digital pero politizada
No es la primera vez que una generación joven se moviliza en Marruecos. Durante la Primavera Árabe en 2011, surgió el movimiento 20 de Febrero, también con protagonismo juvenil y urbano. Sin embargo, aquella ola fue parcialmente neutralizada con reformas constitucionales y mayor control mediático.
La gran diferencia ahora es que los miembros de Gen Z son nativos digitales, organizados horizontalmente, sin líderes visibles pero con una capacidad de viralización y movilización sin precedentes.
“Nos subestimaron por hacer bailes en TikTok. Ahora nos ven marchar por nuestras madres, por nuestras escuelas y por nuestros muertos”, dijo Koyo, estudiante de psicología de 22 años, visiblemente emocionado.
¿La represión apaga la chispa?
Desde que iniciaron las protestas el pasado 27 de septiembre, se han reportado:
- Más de 200 personas arrestadas
- 3 fallecidos por violencia policial
- 66 personas acusadas formalmente de vandalismo
A pesar de denunciar la violencia, los organizadores han hecho esfuerzos activos por recuperar la narrativa. En varias ciudades, los jóvenes han organizado limpiezas de calles tras las marchas y han entregado flores a las fuerzas del orden, buscando diferenciarse de posibles infiltrados violentos.
Apoyo intergeneracional
Si bien la raíz del movimiento es joven, cada vez más adultos, trabajadores y hasta jubilados comienzan a incorporarse. Ali, un emprendedor de 46 años en Casablanca, lo resume así:
“No soy parte de la Generación Z, pero me uniré a ellos si eso va a garantizar un Marruecos más justo para mis hijos.”
La explosión social ha abierto grietas en el consenso político nacional, y figuras de diferentes partidos han empezado a reconocer públicamente la legitimidad de las reivindicaciones. Sin embargo, llaman al diálogo y no a la confrontación directa con el régimen.
Un país en la encrucijada
Mientras Marruecos se prepara para ser uno de los anfitriones del Mundial 2030 junto a España y Portugal, el contraste entre los fastuosos estadios y los hospitales carentes de medicamentos no ha pasado desapercibido para la ciudadanía.
La juventud no pide estadios. Pide , y . El rugido de Gen Z 212 puede ser incómodo para el poder, pero también representa una oportunidad histórica: escucharlos, integrarlos y finalmente transformar un contrato social que lleva décadas en crisis.
En palabras de un joven que portaba una pancarta que decía “No nos callarán más”:
“No estamos quemando neumáticos. Estamos encendiendo conciencia.”