El alto al fuego entre Israel y Hamas: ¿un verdadero paso hacia la paz o una pausa estratégica?
Analizamos los detalles, implicaciones y puntos ciegos del acuerdo de cese al fuego que marca un potencial giro en la devastadora guerra en Gaza
El anuncio del alto al fuego: ¿una luz al final del túnel?
Este viernes al mediodía, hora local, el ejército israelí anunció formalmente que el alto al fuego con Hamas había entrado en vigor. La noticia llega tras dos años de una guerra devastadora que ha dejado miles de muertos, millones de desplazados y una Franja de Gaza prácticamente inhabitable. Las imágenes de columnas de personas, en su mayoría palestinas desplazadas, caminando con esperanza hacia el norte de Gaza fueron impactantes: “Queremos regresar”, expresó Fayez AlMajdoub, desplazado de la región norte. “Quiero saber si mi hogar aún está allí”.
Israel, por su parte, comenzó el retiro de tropas hacia las líneas de despliegue acordadas, mientras que el gobierno de Benjamin Netanyahu confirmó que el Gabinete aprobó el ‘plan Trump’ para el cese de hostilidades. Este plan incluye la liberación de los rehenes en poder de Hamas y de prisioneros palestinos. Sin embargo, lo más espinoso del acuerdo—el futuro político de Gaza y el desarme de Hamas—se mantiene envuelto en incertidumbre.
¿Qué dice el Plan Trump?
El plan, propuesto por la Administración Trump en el pasado y retomado con algunas modificaciones, consta de los siguientes elementos clave:
- Fin inmediato de las hostilidades entre Israel y Hamas.
- La liberación simultánea de todos los rehenes retenidos por Hamas y de prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
- El retiro de tropas israelíes de ciertas zonas dentro de Gaza.
- El establecimiento de un centro de coordinación civil-militar liderado por Estados Unidos en Israel.
Aunque este marco representa un avance, muchos expertos y activistas señalan que ignora cuestiones centrales, como el desarme de Hamas, la reconstrucción de Gaza bajo un gobierno legítimo, y el respeto a los derechos humanos de los civiles palestinos.
El regreso a casa: entre la esperanza y el miedo
Minutos después del anuncio, decenas de miles de palestinos desplazados comenzaron a movilizarse hacia el norte de Gaza desde Wadi Gaza. El vocero del ejército israelí, Avichay Adraee, confirmó que ahora se permite el movimiento hacia esa región, aunque con advertencias específicas de no acercarse a zonas como Beit Hanoun, Beit Lahiya o Al-Shujaiyya, donde las tropas israelíes aún están presentes.
En el campamento de refugiados de Nuseirat, Mahmoud Sharkawy informó este viernes que el bombardeo había intensificado justo después de la aprobación del acuerdo por parte del gabinete israelí: “La artillería no ha parado desde anoche”. Este testimonio se vio corroborado por el director del hospital Shifa, quien afirmó que los ataques también continuaron en el sur y norte de la ciudad de Gaza.
¿Una tregua real o una pausa táctica?
El anuncio de un alto al fuego puede parecer un logro diplomático, pero la historia del conflicto israelí-palestino está llena de treguas rotas. En palabras del historiador Avi Shlaim, “es fácil declarar la paz; lo difícil es sostenerla sin abordar las causas estructurales del conflicto”. Esas causas incluyen:
- El estatus político no resuelto de Gaza y Cisjordania.
- Los asentamientos israelíes en territorios palestinos.
- El bloqueo económico y militar impuesto por Israel desde 2007 sobre Gaza.
- La falta de representatividad política dentro del liderazgo palestino.
Hamas, considerado una organización terrorista por Israel, EE.UU. y la UE, aún controla militarmente Gaza. ¿Accederá a su desarme voluntario en un contexto en el que no se le reconoce como actor político legítimo? Las probabilidades son mínimas sin un marco político integral, como han advertido anteriormente organismos como Naciones Unidas.
Estados Unidos y su papel en el proceso
Como parte del acuerdo, Estados Unidos enviará unos 200 soldados para monitorear el cumplimiento del alto al fuego y facilitar la logística de ayuda humanitaria junto a actores no gubernamentales. Según fuentes del Pentágono citadas bajo anonimato, el Comando Central de EE.UU. establecerá un “centro de coordinación civil-militar” en territorio israelí. Este movimiento no solo subraya el involucramiento norteamericano, sino también el inicio de una nueva etapa de “boots on the ground”, esta vez con un enfoque aparentemente humanitario.
Es una operación sin precedentes desde la retirada oficial de tropas estadounidenses de Oriente Medio en los últimos años, y que podría tener implicaciones geopolíticas importantes. ¿Será este el inicio de una reconfiguración regional liderada por Washington?, ¿O simplemente una medida temporal para aliviar tensiones antes de un nuevo estallido bélico?
El dilema humanitario: 2,3 millones en espera de soluciones
Gaza es hogar de alrededor de 2,3 millones de personas, el 70% de las cuales dependen de ayuda humanitaria, según la ONU. Tras dos años de guerra, al menos 14.000 palestinos han muerto y más de 60.000 han resultado heridos. La infraestructura civil, incluyendo hospitales, escuelas y redes de agua, está devastada.
La ONG Médicos Sin Fronteras denunció recientemente violaciones al derecho internacional humanitario por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel. Además, el hospital Shifa, el más grande de Gaza, advirtió que no tiene suministros médicos ni capacidad para atender a los desplazados en retorno.
El regreso masivo y no planificado de desplazados podría llevar a una nueva catástrofe si no se articula una estrategia de reconstrucción inmediata, lo cual no está incluido explícitamente en el acuerdo de alto al fuego.
Incertidumbre política: ¿quién gobernará Gaza?
Uno de los puntos más críticos—y probablemente el más omitido—es la gobernanza post-conflicto. El acuerdo no establece un modelo para la administración civil de la Franja de Gaza. En ausencia de Hamas, ¿quién asumirá este rol?
Fatah, el partido que gobierna en Cisjordania, ha sido deslegitimado entre muchos palestinos por su impopularidad y falta de acción. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) no tiene presencia ni influencia real en Gaza desde 2006. ¿Podría haber un mandato temporal de la ONU? ¿Se establecerá una administración conjunta bajo supervisión internacional? Por ahora, todo está en el aire.
Conclusión indirecta: un paso necesario, pero insuficiente
El alto al fuego entre Israel y Hamas es, indudablemente, un alivio temporal y una noticia que millones esperaban. Pero como ha advertido el analista político israelí Yossi Beilin: “Una tregua es como un vendaje en una herida infectada; sin cirugía, la infección vuelve.”
Hasta que no se aborden los problemas estructurales — ocupación, desmilitarización de Hamas, reconstrucción integral de Gaza y un proceso político legítimo — no habrá una paz duradera. A corto plazo, la comunidad internacional tiene la obligación de garantizar que este alto al fuego no sea solo una pausa entre capítulos violentos, sino el punto de partida de una solución definitiva y justa para ambos pueblos.
Mientras tanto, los palestinos vuelven a casa con temor e incertidumbre. Y el mundo mira, una vez más, esperando que la historia no se repita.