Marwan Barghouti: El líder palestino que une, inspira y asusta a Israel

Ícono de resistencia, promotor de la paz y esperanza de unidad nacional, Barghouti sigue encarcelado mientras el pueblo palestino y Hamas claman por su liberación

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¿Quién es Marwan Barghouti y por qué genera tanta atención?

Marwan Barghouti es una figura central del conflicto palestino-israelí y una de las personalidades más influyentes del movimiento nacional palestino. Nacido en 1959 en el pueblo de Kobar, en la Cisjordania ocupada, Barghouti emergió como activista político en los años 80 y participó activamente desde joven en movimientos estudiantiles y protestas contra la ocupación israelí. Apodado como el “Nelson Mandela palestino”, este líder ha mantenido durante décadas una postura aparente de conciliación: defensor de la solución de dos estados, pero también justificando la resistencia armada en ciertos contextos. Su compleja trayectoria lo convierte en un personaje fascinante y temido al mismo tiempo, tanto por Israel como por algunos miembros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

La condena, el silencio y el simbolismo

En 2002 fue arrestado por Israel, acusado de haber estado vinculado a ataques durante la Segunda Intifada. En 2004 fue condenado a cinco cadenas perpetuas por cargos de asesinato —aunque fue absuelto en otros casos— y desde entonces está encarcelado en una prisión israelí. Durante el juicio, se negó a reconocer la legitimidad del tribunal israelí. En sus propias palabras, escritas en un artículo publicado en The Washington Post en 2002:
“No soy un terrorista, pero tampoco soy pacifista. Resisto la ocupación con todos los medios posibles, tal como lo hace cualquier nación ocupada.”
Este matiz lo aleja de los extremistas y también de los conciliadores sin condiciones, tornando su figura en una de las más complejas del conflicto moderno.

La popularidad que desafía a Mahmoud Abbas

En las encuestas palestinas más recientes, Barghouti supera ampliamente a Mahmoud Abbas, el actual presidente de la ANP, cada vez más impopular. La figura de Barghouti se ha mantenido como símbolo de resistencia, integridad y unión, en un contexto donde muchas facciones palestinas —Fatah, Hamas y otras— luchan por representatividad y poder político. La sensación de hartazgo con la corrupción de la ANP, acentuada por las décadas bajo la ocupación militar israelí y la expansión de asentamientos ilegales, ha impulsado a Barghouti como posible unificador del pueblo palestino. A diferencia de Abbas, Barghouti nunca ha estado ligado a escándalos financieros ni a concesiones consideradas excesivas por la opinión pública.

Los acuerdos de intercambio y la exclusión deliberada

En noviembre de 2025, se anunció un nuevo acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hamas que incluye un intercambio masivo de prisioneros: alrededor de 20 rehenes israelíes a cambio de 2,000 palestinos detenidos, entre ellos 250 condenados y 1,700 sin cargos oficiales. Sin embargo, Barghouti no está en la lista. Tampoco otras figuras de alto perfil que Hamas ha exigido liberar. Mousa Abu Marzouk, alto funcionario de Hamas, confirmó en una entrevista con Al Jazeera que la liberación de Barghouti sigue siendo una de sus principales exigencias en las negociaciones. ¿Por qué Israel se niega a liberarlo? Para muchos expertos, la verdadera razón trasciende su historial judicial:
  • **Temen su capital político**: Si fuera liberado, Barghouti podría aglutinar a las masas palestinas en torno a un proyecto político que recupere legitimidad en Cisjordania, Gaza y la diáspora.
  • **Su potencial como sucesor de Abbas**: Barghouti tiene las credenciales para liderar una nueva etapa histórica para Palestina, una posibilidad que paraliza tanto a los líderes actuales palestinos como a las élites políticas israelíes.
  • **Lecciones del pasado**: En 2011, Israel liberó al líder de Hamas Yahya Sinwar. Una década después, fue el arquitecto del ataque del 7 de octubre de 2023, que desencadenó la actual guerra. Temen que Barghouti, aun no siendo integrista, tenga una influencia similar desde dentro del liderazgo palestino.

Unificación simbólica y políticas estratégicas

Hoy en día, las divisiones internas entre Fatah y Hamas siguen siendo un obstáculo para el avance de Palestina. Sin embargo, Barghouti parece tener la capacidad de tender puentes. En 2021 intentó presentar una lista independiente para elecciones parlamentarias (posteriormente canceladas), lo que demostró su deseo de incidir políticamente incluso desde la prisión. En 2017 también encabezó una huelga de hambre masiva en la que participaron más de 1,500 prisioneros palestinos durante 40 días. La huelga buscaba mejores condiciones carcelarias y atrajo la atención internacional, visibilizando también sus capacidades organizativas. “Mantiene su relevancia desde la celda, algo que ni el mismo Mandela logró con tanto impacto durante el apartheid sudafricano,” afirmó Mouin Rabbani, analista de la organización Democracy for the Arab World Now.

Israel y su temor a un rival legítimo

Barghouti no representa un enemigo común. No es un yihadista, ni un extremista. Es, más bien, un símbolo viviente de una nación dividida que anhela reunificarse y una sociedad que se siente traicionada por su propio liderazgo. “Su popularidad podría fortalecer las instituciones palestinas, lo que constituye una amenaza para el gobierno ultraderechista israelí, que ha trabajado durante años para evitar consolidar un Estado palestino viable,” afirma Eyal Zisser, vicerrector de la Universidad de Tel Aviv y experto en relaciones árabe-israelíes. El miedo de Israel no es solo que Barghouti vuelva a participar en política, sino que logre restablecer cierta gobernabilidad del otro lado del muro.

Un escenario de posguerra que nadie quiere abordar

Con el frágil cese al fuego en curso y la guerra más reciente entre Israel y Hamas habiendo causado más de **67,000 muertes palestinas** (según el Ministerio de Salud de Gaza), el futuro político de la región es más incierto que nunca. El hecho de que aún haya 48 rehenes israelíes en Gaza y miles de palestinos encarcelados por Israel —muchos sin juicio— complica todavía más cualquier solución equitativa. Las figuras que pueden representar esperanza, como Barghouti, son sistemáticamente excluidas de las negociaciones.

¿Quién teme a Marwan Barghouti?

Dentro de la prisión, Barghouti calla. Pero su silencio es poderoso. Su imagen en murales y pancartas sigue viva en las calles de Ramala, Gaza y las fronteras. Su ausencia en las listas de liberación enciende la rabia de algunos y la esperanza de otros. Israel teme una figura que pueda aglutinar a los palestinos y legitimarse sin extremismo, una voz en favor de la independencia y la coexistencia, aunque bajo sus propios términos. Para Fatah, representa un rival que podría arrasar en cualquier elección libre. Para Hamas, aún siendo de otra facción, simboliza el tipo de líder sin el cual jamás se consolidará un Estado palestino. Mientras tanto, la historia se sigue escribiendo y Marwan Barghouti continúa siendo prisionero del temor político tanto dentro como fuera de su celda.

Fuentes:

- The Washington Post - Barghouti: No soy un terrorista

- Democracy for the Arab World Now (DAWN)

- Encuestas del Palestinian Center for Policy and Survey Research

- Universidad de Tel Aviv: declaraciones de Eyal Zisser

Este artículo fue redactado con información de Associated Press