EE.UU. en crisis: paralización del gobierno federal, despidos masivos y tormentas devastadoras

Mientras Washington se encuentra paralizado por disputas políticas, miles de empleados quedan sin salario y una tormenta azota la costa este. ¿Cuán frágil es la estabilidad del país?

Por Redacción Especial

Una nación fracturada: el gobierno federal en punto muerto

Estados Unidos atraviesa uno de los momentos más complejos de su historia reciente. El gobierno federal ha cerrado sus puertas. Desde el 1 de octubre, y por doce días consecutivos, cientos de miles de empleados públicos están paralizados por la falta de un acuerdo presupuestario. Entre despidos, servicios suspendidos y la amenaza de futuras reducciones “dolorosas”, las consecuencias se sienten en todos los rincones del país.

El vicepresidente JD Vance lo advirtió en tono sombrío durante su aparición en “Sunday Morning Futures” de Fox News: “Cuanto más dure esta paralización, más profundos serán los recortes. Esto no es algo que deseemos, pero los demócratas nos han entregado una situación muy difícil”.

Hasta la fecha, la Oficina de Administración y Presupuesto estima que más de 4.000 empleados federales enfrentarán despidos a corto plazo. Esto supera ampliamente a los cierres anteriores, lo que ha provocado demandas legales por parte de sindicatos laborales que acusan a la administración Trump de ir más allá de lo permitido legalmente.

¿Cómo llegamos hasta aquí?

El detonante fue la negativa del Congreso a aprobar una medida de financiación temporal. Mientras los demócratas exigen que el nuevo presupuesto incluya una extensión de subsidios a los seguros médicos bajo el Affordable Care Act (Obamacare), los republicanos insisten en que primero debe reabrirse el gobierno.

La política se volvió trinchera. “Controlamos la Cámara, el Senado y la presidencia, pero los demócratas prefieren el enfrentamiento”, dijo Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, culpando directamente a la oposición.

Por su parte, Hakeem Jeffries, líder demócrata de la Cámara, devolvió el golpe: “Estamos siempre dispuestos a dialogar, pero los republicanos se han atrincherado. Esta crisis es su responsabilidad”.

Trabajadores públicos: los grandes perjudicados

Mientras los líderes políticos intercambian reproches, los empleados públicos son los más afectados. Miles han sido ya licenciados sin cobro alguno. Entre las agencias golpeadas se encuentran:

  • Departamento de Educación
  • Departamento del Tesoro
  • Departamento de Seguridad Nacional
  • Departamento de Salud y Servicios Humanos
  • Agencia de Protección Ambiental (EPA)

“Esto no tiene precedentes”, aseguró un representante del sindicato de empleados federales. “Nunca antes vimos un cierre que implicara despidos formales a gran escala”.

Los senadores demócratas han calificado los despidos como ilegales y arbitrarios. Mark Kelly, senador por Arizona, dijo en CNN: “Ellos no tienen que hacer esto. No es necesario castigar a la fuerza laboral para imponer una postura política”.

¿Y los servicios esenciales?

La administración Trump ha prometido que se priorizará el pago de los militares y los programas de asistencia alimentaria para mujeres y niños de bajos recursos. Sin embargo, no todos lo ven así.

“Están utilizando la tragedia humana como fichas de ajedrez”, opinó Ezra Levin, activista progresista y cofundador del grupo Indivisible. Levin destacó que incluso algunos representantes republicanos, como Marjorie Taylor Greene, han expresado preocupación por el aumento potencial en los costos del seguro médico.

California desafía las políticas migratorias federales

Y mientras el gobierno federal profundiza sus sanciones, California aprueba una nueva ley para proteger a inmigrantes.

Gracias a una medida firmada por el gobernador demócrata Gavin Newsom, los vendedores ambulantes —muchos de ellos indocumentados— tendrán derecho a mantener su privacidad ante agentes federales de inmigración. Esta ley se suma a otras recién aprobadas que buscan blindar hospitales y escuelas de las campañas de deportación intensificadas por la administración Trump.

“Esta ley no solo es necesaria, es una responsabilidad moral”, declaró un portavoz de organizaciones de derechos civiles en Los Ángeles.

Tormentas: la naturaleza también golpea

Como si la situación política no fuese suficiente, una poderosa tormenta se cierne sobre la costa este del país. Desde Carolina del Norte hasta Nueva Jersey y más allá, ciudades enteras ven sus calles anegadas, carreteras intransitables y miles de vuelos suspendidos.

Según el Servicio Meteorológico Nacional, las áreas más afectadas enfrentan ráfagas de viento de hasta 97 km/h, inundaciones costeras considerables y hasta 13 centímetros de lluvia.

Algunas de las zonas impactadas son:

  • Nueva York (especialmente Long Island y Westchester)
  • Nueva Jersey (bajo estado de emergencia desde el sábado)
  • Sureste de Nueva Inglaterra
  • Carolina del Norte (en especial Outer Banks)

Personas han sido fotografiadas reforzando sus casas con sacos de arena, y los servicios de emergencia están completamente movilizados. Como dijo la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul: “Ahora más que nunca, debemos mantener la vigilancia y prepararnos para lo peor”.

En el norte del país, Alaska también sufre los embates del clima. Los restos del tifón Halong trajeron consigo fuertes vientos y preocupaciones por posibles marejadas en Norton Sound.

Un país al borde del colapso funcional

La combinación de inestabilidad política y catástrofes naturales deja a la nación ante un escenario impredecible. ¿Qué sucederá si la paralización federal entra en su tercer semana? ¿Cómo resistirán las ciudades más afectadas por las tormentas si los recursos federales no están disponibles?

Según un informe del Centro de Presupuesto del Congreso (CBO), el cierre parcial del gobierno ocurrido entre diciembre de 2018 y enero de 2019 redujo en un 0.3% el crecimiento económico trimestral del país. Si la actual crisis supera esa duración, el daño podría ser incluso mayor.

La politización de servicios básicos, como la salud, la seguridad laboral y los derechos migratorios, deja a millones de ciudadanos atrapados entre dos bloques ideológicos irreconciliables. Y todo esto, en medio de eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes, pone en duda la capacidad real del gobierno para responder ante crisis múltiples.

¿De qué sirve tener los 'mejores sistemas del mundo' si fallan cuando más se los necesita?

¿Qué viene?

Por lo pronto, ni republicanos ni demócratas parecen dispuestos a dar el primer paso para reabrir el gobierno. En tanto, la clase trabajadora —ya golpeada por la inflación y la desigualdad— ve cómo sus derechos, salarios y seguridades básicas desaparecen lentamente.

Quizás, como señaló el propio Ezra Levin, es momento de que estos “pollos lleguen a casa a dormir”, en alusión a que los errores políticos del pasado están volviendo a morder a quienes los alimentaron.

Hasta entonces, los estadounidenses deberán enfrentarse al caos sin una mano firme desde Washington.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press