El colapso inesperado de los Ravens: ¿Qué está pasando en Baltimore?
Con un inicio de temporada 1-5, la crisis de los Ravens expone fallas profundas más allá de las lesiones
Una franquicia en caída libre
Los Baltimore Ravens, considerados durante la pretemporada como contendientes sólidos en la AFC, han caído en un abismo impensable: un récord de 1-5 tras seis semanas. La derrota más reciente, un 17-3 insípido ante los Los Angeles Rams, evidenció lo que deja de ser una mala racha y comienza a parecer una crisis institucional.
Este artículo es un Análisis profundo de lo que está sucediendo en Baltimore, explorando el estado del equipo, decisiones tácticas, liderazgo, y una pregunta que ronda el ambiente: ¿ha llegado el momento de remodelar el proyecto Harbaugh?
Un calendario brutal, ¿pero suficiente justificación?
No hay duda de que el inicio de temporada fue complicado. En sus primeros seis partidos, los Ravens enfrentaron a cinco campeones divisionales de la temporada 2024. Es, sin lugar a dudas, uno de los arranques más duros del calendario NFL. Sin embargo, perder los cinco encuentros y apenas ganar uno —frente a un equipo con récord negativo— convierte a la excusa del calendario en una muleta frágil.
Una ofensiva sin alma… y sin Lamar Jackson
El absence prolongada de Lamar Jackson por lesión ha sido, sin duda, una gran pérdida. Pero como apunta el receptor DeAndre Hopkins:
“Todos en esta liga están aquí porque merecen estar en el campo. No tener a Lamar no puede ser una excusa para no ganar. Pero sí muestra cuán importante es para este equipo.”
El problema es que la ofensiva no reacciona bajo ninguna circunstancia. En el partido contra los Rams, la posesión del balón fue aplastantemente favorable (Baltimore tuvo el ovoide durante 37:55), pero apenas produjeron tres puntos. El problema deja de ser de tiempo y se convierte en ejecución.
Un juego terrestre que produce, pero no finaliza
Derrick Henry, el corredor estrella adquirido en la offseason, logró correr para 179 yardas. Pero fallaron en el momento decisivo. Justo antes del medio tiempo y con el marcador empatado 3-3, los Ravens llegaron a segunda y gol desde la yarda uno. Hicieron dos intentos de tush push, ambos detenidos. En cuarta oportunidad decidieron confiar en Henry, y también fue frenado.
Henry no se guardó críticas al respecto:
“Todos sabemos que debemos ser mejores y meter el balón desde la yarda uno. Eso es inaceptable.”
Errores no forzados: cuando la presión se traduce en caos
El receptor Zay Flowers protagonizó dos jugadas lamentables en la segunda mitad: un fumble propio y otro por malentendido con el quarterback suplente Cooper Rush. En una temporada cargada de errores mentales, estas jugadas parecen síntomas de un equipo colapsando emocionalmente.
¿Está en riesgo el puesto de John Harbaugh?
Ante la ola de cuestionamientos, el entrenador John Harbaugh fue consultado directamente sobre posibles cambios de personal durante la semana de descanso:
“No tengo planes de hacer eso. No creo que haya un cambio obvio que nos haría mejores. Amo a estos muchachos, trabajan duro, creo que están haciendo un buen trabajo.”
Sin embargo, la ciudad de Baltimore se divide. Para algunos, Harbaugh sigue siendo un símbolo de estabilidad y experiencia; para otros, es la encarnación de un ciclo que ya ha terminado. Harbaugh ha dirigido al equipo desde 2008, ganó un Super Bowl, pero no ha regresado al gran juego desde entonces. ¿Es momento de una nueva dirección?
La defensa: mejora relativa, pero aún insuficiente
El coordinador defensivo Zach Orr ha estado también bajo la lupa. Hasta el partido contra los Rams, la defensa había permitido una media de 32.4 puntos por juego.
En esta ocasión, lograron frenar al rival en 17 puntos —pareciendo una mejora—, pero los problemas estructurales continúan presentes. La defensa colapsa en los momentos críticos y no consigue robos de balón que cambien el guion del partido.
La AFC Norte no perdona
Una realidad dura para los Ravens es que su división no da margen al error. Los Steelers, Bengals y Browns están todos en lucha por playoffs. Mientras Baltimore agoniza, sus rivales se fortalecen y aprovechan cada traspié de su vecino. En esta temporada de siete plazas de playoff, un 1-5 podría dejarte fuera antes de noviembre.
Incertidumbre en el calendario restante
Los próximos partidos para Baltimore tampoco parecen alentadores. Aunque disfrutarán de una semana libre, después deben enfrentar a:
- Cincinnati Bengals: equipo rejuvenecido y con Ja’Marr Chase de vuelta.
- Kansas City Chiefs: el vigente campeón con Patrick Mahomes en modo MVP.
- Pittsburgh Steelers: siempre un duelo físico e impredecible.
Si Jackson no regresa en plenitud pronto, el equipo podría acabar con un 1-8 que enterraría cualquier esperanza numérica.
Lesiones, lesiones y más lesiones
El cuerpo médico de Baltimore vive uno de sus años más exigentes. Además de Jackson, otros jugadores clave han pasado por la enfermería, como:
- El left tackle Ronnie Stanley, fuera por temas musculares.
- El tight end Mark Andrews, con afecciones intercostales.
- Jugadores defensivos como Roquan Smith jugando con golpes acumulados.
La rotación continua de piezas no solo afecta la química dentro del campo, sino que desgasta la moral de un grupo ya golpeado mentalmente.
¿Hay esperanza tras la semana libre?
Muchos equipos han resurgido tras un inicio caótico. El caso más notorio fue el de los Indianapolis Colts de 2018, que comenzaron 1-5 y acabaron 10-6. Pero aquellas fueron circunstancias diferentes con una ofensiva sana y una defensa emergente liderada por Darius Leonard.
Los Ravens, en cambio, han mostrado síntomas de desconexión táctica, falta de identidad y debilidades mentales para afrontar situaciones clave.
Una versión irreconocible
Este equipo, que en 2023 lideraba la NFL en eficiencia ofensiva y fue tercero en puntos defensivos permitidos, se ha convertido en el peor equipo de la AFC por diferencia de puntos (-64), y el segundo peor en eficiencia de zona roja (convirtiendo solo el 37% de las visitas en touchdown).
Los fans comienzan a exigir no solo resultados, sino transparencia en el proyecto. ¿Hacia dónde va esta franquicia? ¿Está la gerencia conforme con un ciclo que podría estar llegando a su final?
¿Y si no es Lamar el problema?
Este inicio pone en tela de juicio otras partes de la estructura. La línea ofensiva no domina como antes. La defensa se cae. El cuerpo de receptores no separa. El equipo da señales de haber perdido su identidad. Ya no son el grupo físico, agresivo y temido que doblegaba rivales en el frío de diciembre. Hoy, son víctimas de sus propias decisiones.
¿Reconstrucción silenciosa a la vista?
Con el tope salarial del próximo año restringido, y contratos caros por delante como el de Roquan Smith, Marlon Humphrey y el mismo Lamar, la gerencia deberá decidir: ¿apostar de nuevo por este núcleo o comenzar una reconstrucción parcial?
La tentación de un cambio profundo está ahí. Un entrenador nuevo puede aprovechar la ventana de talento joven como Zay Flowers, Rashod Bateman o Kyle Hamilton, y moldear un equipo moderno.
De momento, Baltimore entra en su semana de descanso más oscura en mucho tiempo. Sin rumbo, sin respuestas, y con muchas más preguntas que certezas.