El regreso de los rehenes en Gaza y la cumbre por la paz: ¿una oportunidad real de cambio o un espejismo político?

Tras el alto el fuego entre Israel y Hamas, las miradas del mundo se centran en un intercambio histórico de prisioneros, un plan internacional para reconstruir Gaza y una paz precaria que aún parece lejana.

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El fin de una guerra devastadora: luces y sombras

Después de dos años de una guerra brutal que dejó más de 67,000 palestinos muertos y a casi 90% de la población de Gaza desplazada, una nueva etapa parece abrirse con el alto el fuego recientemente acordado entre Israel y Hamas.

El lunes 13 de octubre de 2025, Israel recibió a los últimos 20 rehenes vivos capturados por Hamas desde el inicio del conflicto en octubre de 2023. Paralelamente, se espera la liberación de más de 1,900 prisioneros palestinos por parte de Israel, incluyendo 250 condenados a cadena perpetua.

Un intercambio cargado de simbolismo y tensiones

La Plaza de los Rehenes en Tel Aviv fue el epicentro de la emoción colectiva. Familias enteras aguardaban el regreso de sus seres queridos en medio del duelo también por quienes no volverán con vida. La Cruz Roja Internacional acompañó las entregas, trasladando a los liberados a la base militar Reim, donde se reencontraron con sus familias.

Mientras tanto, en Palestina, la liberación de los prisioneros fue celebrada como un símbolo de resistencia. Sin embargo, Israel advirtió que no permitirá celebraciones públicas, provocando críticas desde diversas entidades de derechos humanos.

Trump y la diplomacia al estilo show

Una figura clave en este giro diplomático ha sido el expresidente Donald Trump, quien volvió a escena asegurando que “la guerra ha terminado” mientras aterrizaba en Israel antes de viajar a Egipto para la llamada Cumbre por la Paz en Sharm el-Sheikh.

Trump se reunió con familias de rehenes y habló en el Knesset, el Parlamento israelí. Su plan incluye el establecimiento de un gobierno internacional en Gaza dirigido por tecnócratas palestinos, vigilado por fuerzas de seguridad árabes y policías entrenados en Egipto y Jordania. Unos 200 soldados estadounidenses ya están en el terreno para monitorear el cumplimiento del cese al fuego.

¿Una Gaza sin Hamas?

Uno de los aspectos más controversiales del acuerdo es qué papel jugará Hamas en el nuevo escenario. Israel exige su desarme total, mientras Hamas afirma que no depondrá las armas a menos que Israel retire completamente sus tropas.

Gran parte del norte de Gaza, Gaza City y Khan Younis han sido evacuadas por el ejército israelí. Sin embargo, las tropas aún permanecen en Rafah y otros puntos estratégicos. La realidad sobre el terreno es compleja, y la desconfianza mutua persiste.

Una Gaza destruida: $53 mil millones en pérdidas

El cálculo del costo de la reconstrucción de Gaza, según el Banco Mundial y proyectos egipcios, es de al menos $53,000 millones. El nuevo plan impulsado por EE.UU. y Egipto contempla albergar una conferencia sobre reconstrucción, con la participación de instituciones internacionales y líderes como Friedrich Merz (Alemania) y Keir Starmer (Reino Unido), quienes ya han prometido ayuda humanitaria.

Tom Fletcher, jefe humanitario de la ONU, declaró: “Gran parte de Gaza es un páramo. Están previstas 600 camiones de ayuda diarios, pero el desafío es logístico y político”.

¿Y el futuro político palestino?

Uno de los elementos más inciertos es el papel que jugará la Autoridad Palestina (AP), dirigida por Mahmoud Abbas. Israel se niega a que tenga responsabilidad en Gaza, mientras que EE.UU. plantea su inclusión bajo condiciones de reforma institucional.

Es un tema crucial, porque la legitimidad política en el territorio es un vacío con potencial peligroso. Hamas controla Gaza desde 2007, pero tras esta guerra su poder está severamente debilitado. Sin una alternativa funcional y aceptada, existe el riesgo de que la región caiga nuevamente en el caos.

El significado regional de la Cumbre de la Paz

La cumbre en Sharm el-Sheikh no contó con los protagonistas directos del conflicto: ni Hamas ni Israel estuvieron presentes activamente en las negociaciones. Sin embargo, líderes de peso como Erdogan (Turquía), Mohammed bin Salman (Arabia Saudita) y Giorgia Meloni (Italia) sí participaron en forma proactiva.

El objetivo oficial, según el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sissi, es: “abrir una nueva página de paz y estabilidad regional”. Egipto, junto con Jordania, entrenará a las nuevas fuerzas de seguridad palestinas. Turquía facilitó los contactos anteriores con Hamas, y Qatar también tuvo un papel mediador.

Irán, un actor clave por su apoyo a Hamas, no fue invitado ni participó. Su influencia regional parece en declive tras enfrentamientos con Israel y creciente presión internacional.

Pasado y presente de Sharm el-Sheikh, sede histórica

La elección del lugar no es casual. Sharm el-Sheikh ha sido testigo de negociaciones de paz históricas desde 1979, tras la devolución del Sinaí a Egipto por parte de Israel. Bajo Mubarak, acogió decenas de cumbres con delegaciones palestinas e israelíes. Esta nueva cumbre simboliza una oportunidad de reiniciar un proceso de paz real.

Reflexión final: ¿una tregua sostenible?

La liberación de los rehenes y prisioneros, aunque profundamente simbólica, no garantiza una paz duradera. Hay preguntas fundamentales aún sin respuesta:

  • ¿Qué papel jugará Hamas?
  • ¿Se permitirá a la AP administrar Gaza?
  • ¿Responderá Israel a llamadas internacionales para asegurar derechos de los palestinos en Cisjordania?
  • ¿Se logrará la promesa de un estado palestino mencionado en el acuerdo estadounidense?

Hay detrás un esfuerzo internacional sin precedentes, con implicación de EE. UU., la UE, varias potencias regionales y la ONU. Pero también múltiples divergencias en los objetivos de cada actor.

En el mejor de los casos, el actual alto al fuego ofrece algo más que tiempo: una oportunidad frágil y limitada para reconstruir vidas, estructuras y quizás esperanzas. En el peor, podría ser solo una tregua momentánea antes de una reanudación del conflicto.

Pero si algo hemos aprendido en décadas de negociaciones, es que la paz en Oriente Medio nunca es una línea recta, sino una danza constante entre tragedia y diplomacia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press