Kyler Murray, los Cardinals y el drama de las lesiones: ¿puede Jacoby Brissett llenar el vacío?
La ausencia del mariscal de campo titular de Arizona y la entrada del veterano Brissett reflejan la fragilidad y profundidad de la NFL en una temporada llena de giros inesperados
La NFL es una liga definida por el talento, pero también, y quizás sobre todo, por la capacidad de sobrevivir a las lesiones. Esta semana, los Arizona Cardinals se sumaron a la lista de equipos que deben replantearse su estrategia sin su jugador estrella: su quarterback Kyler Murray fue declarado inactivo antes del enfrentamiento contra los Indianapolis Colts, producto de una lesión en el pie que arrastra desde la derrota ante los Tennessee Titans.
Murray cae, Brissett entra
La noticia no sorprendió a muchos, considerando que Murray no participó en los entrenamientos del miércoles ni del jueves, y tuvo muy limitada actividad el viernes. Sin embargo, lo realmente significativo es que esta será la primera vez que Murray falta a un inicio desde 2023. El impacto en la plantilla y la dinámica ofensiva de los Cardinals es indiscutible.
Ante su ausencia, el entrenador Jonathan Gannon confió en el veterano Jacoby Brissett. Un mariscal experimentado que conoce el terreno: Brissett jugó para los Colts en 2017 tras la inesperada baja de Andrew Luck y nuevamente en 2019, donde fue titular tras el retiro del mismo QB estrella. Su experiencia acumulada en 89 juegos -de los cuales ha iniciado 53- en equipos como Patriots, Dolphins, Browns y Commanders, lo posiciona como una opción confiable pero que difícilmente reproduce la chispa dinámica de Murray.
¿Quién es Jacoby Brissett?
El oriundo de Florida llegó a la NFL en 2016, reclutado por los New England Patriots. Fue durante la lesión de Jimmy Garoppolo y la suspensión de Tom Brady que tuvo la oportunidad de iniciar. Después de eso, su carrera ha estado marcada por la solvencia, aunque no por la espectacularidad. Lo que le sobra en serenidad, le falta en explosividad, algo que los Cardinals pueden echar de menos.
Sus estadísticas hablan de un mariscal eficiente pero circunstancial: más de 10,000 yardas aéreas, 48 pases de anotación y solo 23 intercepciones en su carrera. Jamás se ha consolidado como una figura franquicia, pero es un seguro de vida ante la inestabilidad.
La gravedad de la lesión de Kyler Murray
"Día a día", fue el diagnóstico ambiguo de Gannon sobre la lesión de su quarterback. Murray terminó el partido frente a los Titans con una visible cojera. Perdieron 22-21 en uno de los colapsos más frustrantes para los Cardinals en los últimos años. Estuvo fuera dos jugadas en el tercer cuarto, pero regresó, aunque claramente limitado.
El problema es que el equipo ya viene arrastrando tres derrotas consecutivas. Con un récord de 2-3 y la presión de mantener viva la temporada, la situación de Murray prende las alarmas. Si la lesión es más grave de lo esperado, Brissett podría ver acción por más de una jornada.
Un calendario que no perdona
El partido ante Indianapolis representa un punto de inflexión. Gannon y su cuerpo técnico deben tomar decisiones cruciales: proteger a su quarterback franquicia o acelerar su recuperación. La tentación de ponerlo de vuelta podría costar caro a largo plazo, recordando lo sucedido con Robert Griffin III en Washington en 2012, cuyo regreso prematuro truncó una carrera promisoria.
Arizona enfrentará en las próximas semanas a equipos como los Rams, Seahawks y 49ers, tres rivales del Oeste con potencial playoff. Sin Murray al 100 %, la ofensiva simplemente no tiene el mismo techo.
Una de lesiones: no solo en Arizona
No solo los Cardinals sufren. El reporte de inactivos de esta semana es extenso. Los Rams sin Stafford, los Ravens sin Lamar Jackson y los Colts sin su propio Anthony Richardson, quien aparentemente sufrió una lesión ocular durante el calentamiento.
Los Jets, por otro lado, celebraron su primer robo de balón de la temporada frente a los Broncos en Londres, un hecho insólito si consideramos que ningún equipo en la era moderna (desde 1933) había pasado cinco juegos sin una sola recuperación de balón, según ESPN Stats & Info.
Esta plaga de lesiones alcanza incluso a equipos contendientes. Los Cowboys reportan entre sus inactivos a CeeDee Lamb (tobillo) y KaVontae Turpin (pie), ambos receptores fundamentales. Mientras tanto, los Steelers fortalecen su dominio en la AFC Norte sin mayores bajas, lo que podría definir su destino en la divisional más competida.
¿Puede un veterano como Brissett ser la solución?
La historia reciente de la NFL nos ofrece algunos ejemplos alentadores. Casos como el de Nick Foles en la temporada 2017 con los Eagles, quien reemplazó a Carson Wentz y terminó siendo el MVP del Super Bowl, demuestran que los backups pueden hacer historia. Sin embargo, comparar a Brissett con Foles es precipitado.
El corpulento mariscal de 1.93 m y 105 kg tiene un estilo completamente diferente al de Murray: menos movilidad, pero más tolerancia al contacto físico y una lectura más tradicional del juego. Su presencia podría permitir un enfoque ofensivo más conservador, centrándose en la línea ofensiva y el juego terrestre.
El riesgo de la precipitación
Presionar a Murray para volver podría tener repercusiones duraderas. Jugadores que regresan antes de tiempo tienden a sufrir recaídas. Aunque su lesión actual es en el pie, un área crítica para la movilidad de un quarterback como él, la experiencia nos dice que cuando una parte del cuerpo se forza, otras compensan y pueden terminar lesionadas.
Los Cardinals deben sopesar entre sacrificar parte de la temporada para proteger el futuro de su franquicia o arriesgarlo todo a un retorno anticipado. Una encrucijada que en la NFL moderna suele decidirse con los ingresos, pero donde una mala decisión se paga en años de reconstrucción.
El papel de la defensa en la ecuación
Arizona necesita que su defensiva haga su parte si quiere sobrevivir sin Murray. Durante los últimos tres partidos ha permitido un promedio de 24 puntos por juego. La presión sobre el quarterback rival y la cobertura en la secundaria tendrán que estar en su mejor nivel si quieren quitarle presión a un Brissett que no está diseñado para remontar desventajas.
Una liga que cambia cada semana
La NFL es un circo de volatilidad. En un momento un equipo puede estar al borde del colapso y al siguiente volver con impulso, como los Jets demostraron en Londres tras obtener su primer balón suelto del año. Los Cardinals están al borde de ese precipicio. Si Brissett puede mantenerlos a flote hasta que Murray sane completamente, podrían tener oportunidad.
Pero incluso si no es así, el momento puede ser útil: para evaluar talento joven, para cimentar fundamentos defensivos y para preparar una temporada 2026 donde, con suerte, se vuelva a hablar de Arizona como una amenaza real.
Por ahora, todas las miradas están puestas sobre Jacoby Brissett. ¿Estará a la altura de un momento que, aunque no esperaba, sin duda merece después de una década aguantando el rigor de ser "el otro mariscal"?