Trevor Lawrence bajo presión: ¿Qué está fallando en los Jaguars?

Una mirada crítica a los problemas que enfrenta Jacksonville tras la inesperada derrota ante los Seahawks

El arte de perder: Jaguars, de favoritos a preocupantes

Cuando los Jacksonville Jaguars comenzaron la temporada 2025 con un récord 4-1, muchos pensaron que serían una amenaza real en la AFC. Sin embargo, la derrota por 20-12 ante los Seattle Seahawks dejó al descubierto una serie de fallas estructurales que no pueden pasar desapercibidas, sobre todo si el equipo tiene aspiraciones reales de playoffs.

Trevor Lawrence, considerado uno de los jóvenes mariscales de élite en la NFL, fue capturado 7 veces y presionado en 27 jugadas. El juego terrestre fue inexistente, y las penalizaciones (10 para 76 yardas) solo profundizaron el desastre. En este post repasaremos a detalle lo que está fallando en la maquinaria del entrenador Liam Coen y lo que necesitan ajustar de inmediato si esperan recuperarse frente a los Rams la próxima semana en Londres.

La protección a Trevor Lawrence: un colapso inesperado

La línea ofensiva, que había mostrado solidez en los primeros juegos, se desmoronó completamente frente a Seattle. El novato Jonah Monheim debutó como centro, pero sus errores de comunicación permitieron que Byron Murphy se paseara por el backfield con siete presiones. Además, el tackle izquierdo Walker Little fue completamente superado por Leonard Williams y DeMarcus Lawrence.

“Eso es parte de ser mariscal en la NFL”, dijo Lawrence. “Hay que jugar con un bolsillo apretado. Los de enfrente también cobran para presionar. Pero hay que mejorar.”

Lawrence terminó con una línea estadística decente (27/42, 258 yardas, 2 TD), pero sus 7 capturas representan el peor número de su carrera. Previamente su techo eran 5. Aun así, el joven quarterback no tiró compañeros por debajo del autobús, aunque es evidente que la línea debe mejorar con urgencia.

Inexistencia del ataque terrestre

Travis Etienne, usualmente una válvula de escape confiable, fue completamente neutralizado: 27 yardas en 12 acarreos. La línea ofensiva no abrió huecos, pero también llama la atención la falta de diseños creativos que ayudaran a Etienne a funcionar en espacios abiertos.

Jacksonville, que promediaba 127 yardas terrestres por juego, apenas llegó a 61 yardas totales esa tarde. El juego unidimensional simplificó el trabajo defensivo de Seattle.

Errores mentales y ofensiva ineficiente

Como si eso no bastara, el ataque desperdició chances claras: un touchdown de 54 yardas fue anulado porque Travis Hunter se alineó fuera de lugar. Brian Thomas Jr. soltó dos pases clave, incluyendo uno en tercera oportunidad. También fallaron un gol de campo y un punto extra... un desastre completo.

“Operamos con indisciplina,” afirmó Liam Coen, el entrenador. “¿Qué nos está frenando? Nosotros mismos.”

Defensiva sin chispa: sin presión ni robos de balón

Para colmo, la defensa —que era top-3 en margen de balones recuperados— no logró un solo takeaway por primera vez en la temporada. Sin Devin Lloyd repitiendo hazañas como su pick six de 99 yardas contra Kansas City, el grupo lució plano.

Aunque recuperaron a Travon Walker (recién salido de una cirugía), los Jaguars no presionaron al mariscal de Seattle, Sam Darnold. Darnold tuvo tiempo para construir dos jugadas gemelas de 61 yardas, una con Jaxon Smith-Njigba y otra con AJ Barner, ambas letales. El marcador no refleja del todo la falta de intensidad defensiva.

¿Se cayó la fórmula del éxito?

Hasta este punto, Jacksonville había vivido de robos defensivos. En las primeras cinco semanas, lideraban la liga con +12 en diferencial de balones recuperados, incluyendo jugadas claves contra Carolina, Houston, San Francisco y Kansas City.

Pero contra Seattle, sin esas oportunidades extras y sin presión a Darnold, el equipo colapsó. Está claro que, sin robos de balón, muchas de las debilidades afloran sin piedad.

“Eso es nuestro oxígeno,” dijo Jourdan Lewis, esquinero. “Necesitamos robos para ganar partidos.”

Una cita con la historia… y con los Rams en Londres

El próximo domingo, los Jaguars viajarán a Londres para enfrentarse a los Rams. No es terreno desconocido: Jacksonville ha jugado allí nueve veces desde 2013, y posee récord 5-4 en Reino Unido.

Pero enfrentarán a un equipo con una línea defensiva agresiva liderada por Aaron Donald, quien ya debe estar saboreándose la oportunidad de presionar a Lawrence tras ver la cinta de este último partido.

Si los Jaguars no recuperan el balance ofensivo y mejoran en protección, podrían estar cayendo en una espiral peligrosa, especialmente jugando fuera de casa y con la moral baja.

¿Problemas de liderazgo?

En más de una rueda de prensa, se ha notado una vibra extraña en el equipo. Coen ha sido directo en sus críticas. Algunos veteranos hablan ya de frustración. Aunque aún es temprano (récord 4-2), dos derrotas consecutivas podrían convertir las dudas en crisis.

No olvidemos que Jaguars viene de dos años sólidos, incluyendo una ronda divisional en playoffs. Pero expectativas altas exigen respuestas fuertes. Y, por ahora, nadie —ni entrenadores ni jugadores— ofrece soluciones convincentes.

¿Qué deben hacer para recomponer el camino?

Las claves para Jacksonville son claras:

  • Recuperar el juego terrestre: Etienne necesita más apoyos, bloqueos laterales y jugadas creativas.
  • Proteger a Lawrence: Ajustes en la línea ofensiva y cambios esquemáticos para liberarlo rápido del balón.
  • Forzar robos nuevamente: La defensa debe volver a buscar balones como prioridad número uno.
  • Reducir castigos y errores mentales: un equipo con aspiraciones de playoffs no puede seguir autodestruyéndose.

¿Una mancha pasajera o el comienzo del declive?

El partido fue una llamada de atención. No solo por el resultado, sino por cómo se perdió: sin pasión, con errores tontos y descuidos inadmisibles. Los buenos equipos reaccionan. Los mediocres repiten el patrón.

¿Quiénes son estos Jaguars realmente? Londres nos dará la próxima pista.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press